El titular de la Comisión de Defensa de Diputados presentó un proyecto de declaración a través del cual cuestionó las expresiones del primer ministro británico y pidió que el canciller “sea diplomático no ‘twittero’”.
El presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara baja, diputado nacional Julio César Martínez, repudió las declaraciones del primer ministro británico, David Cameron, quien afirmó que la soberanía sobre las Islas Malvinas “no es negociable”.
También solicitó al Poder Ejecutivo Nacional que refuerce la política diplomática destinada a lograr que el Reino Unido de Gran Bretaña cumpla con las resoluciones de los organismos internacionales que lo instan a negociar la soberanía de las islas con nuestro país.
“Queda absolutamente claro que el Atlántico Sur se ha convertido para gran Bretaña en uno de los ejes centrales donde se disputará el dominio geopolítico y neo-económico, lo cual se evidencia en la decisión británica de autorizar la exploración de hidrocarburos al norte de las islas y la creciente militarización y las cada vez más ciertas posibilidades de nuclearización del Atlántico Sur”, sostuvo Martínez en su proyecto de declaración.
“Frente a esto, tenemos el deber de prestar debida cuenta del fenómeno y actuar en consecuencia, lo cual exigirá de la Cancillería argentina una política más incisiva, coherente y sostenida en el tiempo”, afirmó.
“En ese sentido, y más allá de nuestro mandato constitucional de resolución del conflicto por la vía diplomática, volvemos a insistir con nuestra extrema preocupación sobre el estado de precariedad de nuestras Fuerzas Armadas para defender
nuestro territorio nacional y, en particular, nuestra plataforma marina”, advirtió Martínez.
El diputado riojano agregó que “casi todos los países del mundo desarrollan un poder de fuego disuasivo suficiente y necesario como para poner límites de resguardo a la prepotencia y ambición de otros”, dijo, advirtiendo que “sin embargo, en nuestro caso, no podemos pensar en ningún tipo de acción disuasoria porque carecemos de capacidad logística, operativa y de medios para hacernos respetar”.
Martínez concluyó que “si a esta carencia agregamos que al frente de nuestra diplomacia tenemos a un improvisado funcionario con una adicción enfermiza al ‘twitteo’ que nos expone a reiterados papelones internacionales, no cabe duda que la situación debería preocuparnos”.