Mientras eso sucede en la cúpula radical santafesina, Parlamentario pudo sondear que en las bases el enojo es aun más elevado, aunque todos coinciden en la imposibilidad de romper el frente, porque en todo el territorio las candidaturas están muy mezcladas. Una fuente consultada ponía el siguiente ejemplo: “En una ciudad, los radicales ganaron la […]
Mientras eso sucede en la cúpula radical santafesina, Parlamentario pudo sondear que en las bases el enojo es aun más elevado, aunque todos coinciden en la imposibilidad de romper el frente, porque en todo el territorio las candidaturas están muy mezcladas. Una fuente consultada ponía el siguiente ejemplo: “En una ciudad, los radicales ganaron la interna y el PS sacó 18%; pero el candidato a intendente necesita de ese 18% para ganar la general”, aclarando que ese candidato está “enojadísimo”, pues es del riñón de Alfonsín. Empero, no va a poner en riesgo sus propias chances.
Intendentes radicales que ya son gobierno tienen otra dificultad. Muy en privado señalan al poder de “la chequera”. Y dan precisiones, al afirmar bajo estricto off the record que “el socialismo hace kirchnerismo sin Kirchner. Nos extorsionan a los intendentes sobre la posibilidad de que lleguen subsidios con obras”. El tema es que esos dineros dependen de la firma del ministro de Gobierno, que es precisamente Bonfatti, el candidato a gobernador del Frente Progresista.