Un candidato elegido con un arrollador 65 por ciento de los electores, aunque sólo tendrá una mayoría relativa en el Parlamento, deberá responder con creces a su electorado. El vendaval de votos obtenido por Mauricio Macri, lo legitima como uno de los principales dirigentes de la oposición y como tal su punto de partida debe ser la construcción de políticas públicas que incidan en una mejor calidad de vida en todos los ámbitos para la sociedad porteña.

Así, la nueva mayoría electoral del PRO se convierte en una minoría absoluta en la Legislatura a la hora de votación, razón por la cual sus dirigentes deberán acordar sí o sí con algunos sectores de la oposición para sortear los obstáculos que se les presentará a lo largo de los próximos cuatro años.

Sin embargo puertas adentro del macrismo es donde se despiertan las primeras escaramuzas por los espacios de poder. Las disputas están ligadas esencialmente a los nuevos planes para el segundo mandato de Macri, que prevé un retoque en el esquema de los Ministerios. Allegados directos a MM admiten la creación de nuevas carteras, así como el reemplazo de algunos ministros. Ciertos movimientos responderían a necesidades políticas y otros al desgaste que la función pública ejerce sobre quienes se desempeñan en cargos relevantes.

Aunque hubo un impasse entre la primera y la segunda vuelta luego, en el entorno del jefe de Gobierno comenzaron las disputas por el futuro, particularmente a partir del 10 de diciembre.

Todos con ella

Las versiones que dan cuenta de un nuevo gabinete estremecen a toda la Legislatura y a gran parte del Ejecutivo, pero todos los protagonistas tienen una certeza: la electa vicejefa de Gobierno, María Eugenia Vidal, no transitará por los mismos andariveles que su antecesora Gabriela Michetti, quien nunca presidió el recinto durante los pocos meses que se desempeñó como titular del Parlamento, mientras paralelamente una dura puja interna del macrismo mellaba su mandato.

Por el contrario, la actual ministra de Desarrollo Social desembarcará con un blindaje estructurado especialmente para aislarla del constante desgaste que supone estar al frente del Poder Legislativo. La consigna es entonces: “Todos deberán cuidar a la nueva joven mimada del jefe de Gobierno” para construir desde allí a la heredera del líder del PRO con miras a 2015. Ello ya fue comunicado por el propio Macri a sus colaboradores más cercanos luego de su aplastante triunfo, y sin duda pasó a ser el dato más conversado en los círculos cercanos al poder macrista.

Por ello se especula que para cumplir esa decisión, las pujas internas que asomaban inexorables hacia el interior del PRO quedarán postergadas hasta 2013. Es que según afirman voceros oficiosos, es imprescindible que en los próximos dos años reine una tregua.

No caben dudas de que las primeras consecuencias de esta decisión impactarán de lleno en las ambiciones del bloque de diputados macristas, donde varios de sus integrantes ansían “el llamado de Mauricio” para cruzar la Avenida de Mayo, abandonar la hoguera legislativa y desembarcar en el renovado gabinete que acompañará en su segundo mandato al líder de PRO que, a partir de diciembre, contará con nuevos ministerios, flamantes incorporaciones y discretas despedidas.

Si bien las especulaciones sobre lo que ocurrirá con los nombramientos en el remozado Gabinete desvela a los legisladores que finalizan su mandato a principios de diciembre y que no tuvieron oportunidad de reelección, no es menos cierta la desazón con la que recibieron esta noticia en el seno del bloque oficialista. El mensaje cayó como un baldazo de agua fría y desde entonces viven con una pesadilla. El presidente del bloque, Cristian Ritondo y el vicepresidente primero de la Legislatura, Oscar Moscariello, ya fueron notificados que deberán quedarse donde están. Según se dejó trascender en ámbitos de la Legislatura, la llegada de María Eugenia Vidal al Palacio Legislativo conlleva casi una “orden” para Moscariello y Ritondo, quienes según habría establecido el mismo reelecto titular del Ejecutivo deberán custodiar, al menos por dos años, a la nueva vicejefa de Gobierno.

La información dio por tierra, por decisión del propio Macri, las primeras versiones originadas pocas horas después de los resultados del 31 de julio. Por entonces, varios diputados del PRO daban por descontada la designación de Ritondo como vicepresidente primero del Cuerpo, en representación de la primera minoría que le corresponderá al PRO con los 26 integrantes que reunirá ese bloque después del 10 de diciembre.

Las versiones se derrumbaron apenas Macri confirmó que el tránsito de la nueva representante del Ejecutivo ante los legisladores, no será tan errático como el paso de Michetti por la Legislatura, que poco tiempo después de ocupar la presidencia renunció para postularse como diputada nacional y dejó el control del Parlamento capitalino en manos de Diego Santilli, actual ministro de Ambiente y Espacio Público.

A pesar de que la decisión de Macri derrumbaba las especulaciones lanzadas desde las entrañas mismas de la bancada PRO, los indicios hechos circular por el propio jefe comunal fueron leídos como una “supuesta” promesa de acercamiento de Macri con sus legisladores, el bloque que nació con 27 miembros y terminó con 24, luego del éxodo que provocó la larga saga de desencuentros entre el líder del PRO y sus diputados.

¿Un nuevo esquema legislativo?

Sin embargo aún queda por resolver el esquema legislativo con el cual el Cuerpo trabajará los dos próximos años. Esto es la integración de las Comisiones de Asesoramiento Permanente y quienes ejercerán las respectivas presidencias. Al respecto cabe destacar que el reglamento interno del Parlamento establece que las autoridades de las mismas deberán designarse respetando la “proporción en que los sectores están representados en el seno de la Legislatura y la diversidad de género”.

Como sucede en todo cuerpo colegiado, también en esta oportunidad y como ocurriera dos años atrás las disputas por ocupar los lugares claves de la institución ha despertado peleas que obligaron al oficialismo dejar trascender que están en condiciones -dado los resultados electorales obtenidos- de establecer los parámetros con los que se distribuirán las comisiones.

Debe recordarse que son 24 las comisiones permanentes que funcionan en la Legislatura, de ellas ocho tienen significativa relevancia ya que tratan asuntos que tienen directa injerencia en la administración de la Ciudad y ellas son: Asuntos Constitucionales (Martín Ocampo), Presupuesto, Hacienda y Finanzas (Alvaro González), Justicia (la presidía el fallecido legislador Gerardo Ingaramo), Seguridad (Martín Borrelli), Salud (Jorge Selser), Educación (Victoria Morales Gorleri), Obras y Servicios Públicos (Fernando de Andreis), Vivienda (Rocío Sánchez Andía) y Tránsito y Transporte (Claudio Palmeyro). La Junta de Etica, Acuerdos y Organismos de Control en manos de la denarvaísta, Mónica Lubertino, seguramente volverá a estar a cargo de un diputado macrista, mientras la Junta de Interpretaciones y Reglamento continuará en el ámbito del PRO a cargo del legislador Alejandro García.

Por lo descripto no caben dudas que el oficialismo intentará recuperar comisiones estratégicas para la administración que encabeza Macri y que por el momento son conducidas por diputados que responden al arco opositor como son las de Salud (Proyecto Sur), Vivienda (Coalición Cívica) y Tránsito y Transporte (conducida por el sindicalista peronista alineado con Hugo Moyano, Claudio Palmeyro). En tanto, la de Justicia cuya presidencia se encuentra acéfala desde el fallecimiento de quien era su presidente, diputado Gerardo Ingaramo también es intención del oficialismo retenerla.

Libro de pases abierto

Si bien no es una información oficial, se ha dejado trascender que la Comisión de Presupuesto, Hacienda y Finanzas ya tendría su ficha puesta y sería nada menos que el nieto del economista desarrollista y fundador del MID, Rogelio Frigerio y que lleva su mismo nombre; la actual legisladora Carolina Stanley pasaría a ocupar el sillón que quedará vacante una vez que María Eugenia Vidal desembarque en la Legislatura, en tanto el legislador michetista Martín Borrelli que tiene asegurado su cargo de miembro en el Consejo de la Magistratura de la Ciudad no quedó descartado para ocupar el Ministerio de Justicia en caso de que prospere la separación de esa cartera de la de Seguridad. Aunque para el mismo cargo sonó reiteradamente el nombre del actual titular de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Martín Ocampo.