El artículo 45 de la Ley de Democratización de la Representación Política, la Transparencia y la Equidad Electoral establece el límite que inexorablemente deberán atravesar los precandidatos el 14 de agosto para dejar de lado el “pre” y convertirse en postulantes oficiales para el mes de octubre.

Señala ese punto de la norma que “sólo podrán participar en las elecciones generales, las agrupaciones políticas que para la elección de senadores, diputados de la Nación y parlamentarios del Mercosur, hayan obtenido como mínimo un total de votos, considerando los de todas sus listas internas, igual o superior al uno y medio por ciento (1,5 %) de los votos válidamente emitidos en el distrito de que se trate para la respectiva categoría. Para la categoría de presidente y vicepresidente se entenderá el uno y medio por ciento (1,5 %) de los votos válidamente emitidos en todo el territorio nacional”.

Ese 1,5 por ciento de los votos válidos debe cumplirse en cada rubro, sí o sí. De ahí que varias fuerzas que no llevan candidatos presidenciales estén haciendo cuentas sobre la cantidad de votos que necesitan sus precandidatos legislativos para quedar habilitados para octubre.

En el caso de la Capital Federal, por ejemplo, hay dos listas “cortas”. Son la del Pro, que postula a Federico Pinedo, y la narvaísta del Partido de la Ciudad en Acción, nómina encabezada por el ex fiscal Pablo Lanusse y la mediática Fanny Mandelbaum. En ambos casos necesitan alrededor de 28.000 votos para quedar habilitados para participar en octubre.

Para las presidenciales no la tienen fácil los precandidatos. El 23 de octubre aspiran a participar diez fórmulas, que deberán superar esa valla del 1,5 por ciento, en ese caso del total de votos válidos emitidos en todo el país. A juzgar por la última elección presidencial de 2007, estamos hablando de una cifra superior a los 300.000 votos. No será fácil.

Las fórmulas habilitadas para las primarias del 14 de agosto son las siguientes: Cristina Fernández de Kirchner-Amado Boudou (FpV); Eduardo Duhalde-Mario Das Neves (Unión Popular); Ricardo Alfonsín-Javier González Fraga (Udeso); Alberto Rodríguez Saá-José Vernet (Compromiso Federal); Elisa Carrió-Adrián Pérez (Coalición Cívica); Hermes Binner-Norma Morandini (Frente Amplio Progresista); Alcira Argumedo-Jorge Cardelli (Proyecto Sur); Jorge Altamira-Christian Castillo (Frente de Izquierda y de los Trabajadores); Jorge Bonacci-José Villena (Partido del Campo Popular), y Sergio Pastore-Gilda Rodríguez (Movimiento de Acción Vecinal).

El tamiz seguramente dejará a varios de estos candidatos fuera de la instancia de octubre. Para corroborar esa presunción, veamos qué pasó en el antecedente más cercano, el 28 de octubre de 2007.

En esa oportunidad se presentaron 14 fórmulas y de haber regido entonces la ley actual, sólo cinco de ellas hubieran pasado el escollo del 1,5%. En ese caso sólo podrían haber participado Cristina Fernández de Kirchner-Julio Cobos (45,29%), Elisa Carrió-Rubén Giustiniani (23,04%), Roberto Lavagna-Gerardo Morales (16,91%), Alberto Rodríguez Saá-Héctor Maya (7,64%) y Fernando “Pino” Solanas-Jorge Cardelli, que habrían pasado “raspando”: 1,58%.

Y hubieran quedado fuera de la elección las fórmulas López Murphy-Bullrich (1,43), Sobisch-Asís (1,40), Ripoll-Bidonde (0,75), Pitrola-Arroyos (0,61), Montes-Heberling (0,44), Amman-Deleonardi (0,37), Castells-Pelozo (0,26), Breide Obeid-Vergara (,24) y Mussa-Nespral (0,06).

Para tomar nota, en la provincia de Buenos Aires, para poder participar, una lista para diputados nacionales necesita al menos 110.000 votos.

Ya es de imaginar las denuncias de “proscripción” que lanzarán a partir del 15 de agosto más de uno de los que deberán mirar “por TV” las elecciones del 23 de octubre.