Corre con ventaja la Presidenta. Además del hecho de haber ratificado en las primarias la consigna “Cristina ya ganó”, sigue en campaña permanente. A razón de un acto por día -cuando no dos-, Cristina Fernández da permanentes señales de ejecutividad y hasta puede darse el gusto de dosificar los grandes anuncios. En vísperas de las primarias, anunció el incremento para los jubilados; de cara a las elecciones generales, aumentó las asignaciones familiares.

No se le pasó por la cabeza a ningún dirigente opositor cuestionar tal medida. Como un boomerang, se le vendría en contra; además, venían reclamando una actualización de la AUH, por lo que sólo se atinó a insistir con el viejo reclamo de que ese beneficio quede enmarcado en una ley, para que no esté expuesto a la arbitrariedad de los gobernantes. Tan solo palabras: no es algo que desvele a sus beneficiarios.

Aturdida aún como está después del 14/08, la oposición ha resuelto moderar sus críticas hacia el gobierno. Los radicales cuestionan hoy más a Hermes Binner que a Cristina, mientras Duhalde hace lo propio con Rodríguez Saá. Y viceversa. Si hasta se quedó solo el ex presidente y candidato del Frente Popular con su insistencia sobre fraude en las primarias.

Consultado por parlamentario.com sobre el “fraude escandaloso” denunciado por Duhalde, un candidato que encabeza una de las listas legislativas de Udeso contó que quedaron en que Javier González Fraga se viera con la gente de Duhalde para interiorizarse sobre el tema, pero se mostró escéptico. Ya no quieren denuncias, sino prueba. Y si se puede verificar una alteración informática, que lo detallen para evitar que se repita en octubre.

Hasta Mario Das Neves, se distanció de las denuncias de su compañero de fórmula, al punto tal que llegó a especularse con la posibilidad de que bajara su candidatura. El gobernador de Chubut lo descartó y arreglaron en privado seguir juntos los próximos 50 días. Das Neves ya tuvo bastante con el escándalo de las elecciones en su provincia y ahora advierte que la gente quiere escuchar propuestas, no denuncias.

Además, la oposición tiene la sensación de que la Presidenta está blindada en este momento. A tal punto que ni se ilusiona con que la edición recargada del caso Schoklender pueda hacer mella en la figura presidencial. Pasa con Cristina algo similar a lo que nos tiene acostumbrado Daniel Scioli, quien sale entero de todo percance. Un dirigente opositor graficaba ante parlamentario.com el estado de gracia que alcanza a las figuras políticas que más votos son capaces de reunir, mencionando el caso Candela: “El gobernador estuvo en el lugar donde apareció el cadáver, y no se escuchó ni un insulto”, graficó.

Firme y sosegada, Cristina se muestra en cada discurso diario con la convicción de saber que está pasando su mejor momento político.

Esa buena imagen, la victoria en las primarias y el desconcierto opositor alientan al oficialismo a ir por más en octubre. La expectativa de mínima es repetir el resultado. Los más audaces dicen que todavía se puede mejorar, y auguran hasta un 52%. No es sencillo. Un control más estricto de la elección -con la presencia de los fiscales que en las primarias la oposición no tuvo- podría hacer bajar los porcentajes del 14 de agosto. En la oposición algunos hablan de hasta 6 puntos. Parece mucho.

Sin embargo la competencia “real” que plantea la cita del 23 de octubre hace pensar que no se repetirá en algunos distritos la abrumadora diferencia de agosto. Mendoza es el más claro ejemplo. Con todo, los opositores más sinceros admiten que, contra esa posibilidad, se opone la certeza de que “a la gente le seduce subirse al carro ganador”, tal cual la simbología utilizada por un dirigente opositor para esta columna, aunque admitió que, ante la certeza del resultado definido, algunos podrían darle el voto a otros candidatos. No sonaba tan convencido por esta última alternativa.

Claramente la oposición salió a plantear desde el 15 de agosto la necesidad de evitar que el oficialismo traslade esa gran ventaja al Congreso. La repetición del resultado de las primarias lo dejaría cerca; algunos puntos más de ventaja sí acercarían al kirchnerismo a una mayoría en Diputados y es a lo que apuntan los que aspiran a elevar los porcentajes del triunfo de Cristina.

Establecer ante la sociedad que el único objetivo de la oposición es trabar los planes oficiales, cualquiera sea el tenor de los mismos, aporta para el objetivo de contrarrestar la estrategia de transformar el 23/10 en una elección legislativa. El tratamiento de la ley de tierras es un ejemplo que va en ese sentido. Como tantos otros, el proyecto apunta a causar grietas en la oposición, que durante años presentó numerosas iniciativas sobre el tema que nunca fueron abordadas. La Presidenta viene pidiendo su aprobación desde marzo, y el espíritu de la norma toca sentimientos nacionalistas.

Pese a ello, la oposición traba el debate en comisión, aunque hay elementos sólidos para obstruirlo. Advierten que el proyecto oficial “hace agua por todos lados”, y citan por ejemplo que establece como límite el 20% la posesión de tierras rurales en manos extranjeras. Hoy menos del 3% está en esa condición, aclaran diputados opositores, que se preguntan si se apunta a vender el 17% restante. “Así como está, deberían cambiarle el nombre al proyecto y ponerle ‘ley para la extranjerización de tierras’”, ironizó la diputada Graciela Camaño, titular de una de las comisiones que se resiste a darle dictamen al proyecto oficial.

Hay además una razón que parece insalvable: la Constitución, que en su artículo 20 va directo al nudo de la cuestión, al expresar: “Los extranjeros gozan en el territorio de la Nación de todos los derechos civiles del ciudadano; pueden ejercer su industria, comercio y profesión; poseer bienes raíces, comprarlos y enajenarlos; navegar los ríos y costas; ejercer libremente su culto; testar y casarse conforme a las leyes”.

Una ley que limite esos derechos difícilmente pueda sortear un planteo en los tribunales. “Cualquier juez que deba expresarse, dictará la inconstitucionalidad de esa ley”, advirtió a parlamentario.com un legislador que objeta el proyecto oficial.

Otro diputado de la oposición consultado estimó que, pese a la insistencia de la propia Presidenta, el propio oficialismo no tendría demasiado interés en la aprobación de esa norma. Y convengamos que el FpV ha dado sobradas muestras estos años de que cuando quiere que salga una ley, presiona para lograrlo y lo consigue. ¿Qué no se aprobó el Presupuesto 2011? Al gobierno le resultaba más práctico así.

Tal vez ahora le resulte más práctico que aprobar la ley de tierras exponer una supuesta vocación obstruccionista de la oposición, y con ello mostrar el lado “positivo” de tener más diputados propios a partir de diciembre.