Con las elecciones generales prácticamente definidas, esa es la sensación que predomina en el ámbito político. Con listas compuestas estrictamente por “leales incondicionales” al modelo, ese es el panorama que se vislumbra tanto en el Senado como en Diputados.
Así como sucedió a principios de 2010, tanto en el Senado, como en la Cámara baja, con la renovación parlamentaria que surgirá del resultado del próximo domingo emergerá una nueva cara en ambas cámaras.
Recordemos que hace dos años, en la Cámara baja el oficialismo perdió la mayoría y, pese a ser la primera minoría, fue doblegado por una mayoría que recreó lo que a partir de una definición de la diputada Patricia Bullrich, se dio en llamar “el Grupo A”. El mismo hizo que la oposición tomara el poder en la mayoría de las comisiones, y pese a dejar en poder del kirchnerismo a las estratégicas, también allí puso una mayoría.
En el Senado, a partir del reacomodamiento de varios peronistas que comenzaron a militar en el sector disidente, también la oposición tomó posesión de la mayoría de las presidencias y reacomodó la integración de las comisiones. Eso ya cambió en ese Cuerpo, donde la distribución sigue siendo igual, pero nuevos reacomodamientos emparejaron las cosas y dejaron margen a favor del FpV. En Diputados, las discrepancias en el seno del Grupo A hicieron lo suyo y si bien la oposición sigue mandando formalmente, en la práctica eso no se trasunta en resultados concretos.
Pero con los resultados que se esperan para el domingo, se descuenta que el oficialismo buscará el control de ambas cámaras. Tal cual sucedía hasta 2009, sin ir más lejos. No hay ninguna novedad en lo que vendrá, salvo que los nombres que llegarán al Parlamento son aún más incondicionales al proyecto kirchnerista.
Según anticiparon al diario La Nación los presidentes de los bloques del Frente para la Victoria en ambas cámaras, a partir del 10 de diciembre el oficialismo piensa ocupar la presidencia del grueso de las comisiones legislativas, controlarlas con la mayoría oficialista y ubicar legisladores incondicionales en el elenco de autoridades del Senado y de la Cámara baja.
Con ello, la Casa Rosada se garantizará que sus proyectos de ley sean sancionados sin mayores dificultades, tal como sucedió entre 2003 y 2009.
Según se señala, la oposición está resignada no sólo a la paliza electoral que vendrá, sino también a no resistir el embate. De ahí que no piensen unir fuerzas como en 2009 para oponer resistencia.
Según las proyecciones de parlamentario.com realizadas aplicando el sistema D’Hont a los resultados de las primarias, se puede indicar que el Frente para la Victoria se alzaría en Diputados con 80 bancas, que debieran sumarse a las 36 que tienen mandato hasta 2013, con lo que elevaría su bancada propia actual de 87 a 116 escaños. A ellos hay que sumar aliados seguros. Los siete del Frente Cívico por Santiago, los tres de Nuevo Encuentro y el salteño Wayar, con los que quedaría a dos del quórum propio de 129. Un número que puede sobrepasar sumando a los dos del MPN y una fueguina, lo que daría un total de 131. Ni hablar de eventuales regresos del peronismo opositor, o algunos casos puntuales de bancadas menores.
La mayoría parlamentaria también habilita al dominio numérico en las comisiones, cruciales a la hora de definir el derrotero que tendrá cada proyecto de ley: la aprobación o el “cajoneo”.
En 2007, el oficialismo impuso su mayoría en las 45 comisiones permanentes de la Cámara de Diputados y cedió la presidencia de sólo seis de ellas -las consideradas menos relevantes- a la oposición, aunque no así su control. Las seis comisiones concedidas fueron las de Tercera Edad, Vivienda, Población, Asuntos Cooperativos, Mercosur y Libertad de Expresión. Todas las demás fueron presididas por oficialistas, incluso las comisiones de control, como la Mixta Revisora de Cuentas o la que supervisa las actividades de la SIDE.
Agustín Rossi señaló a La Nación que “como manda el reglamento de la cámara, las comisiones deben conformarse de manera proporcional a la integración de cada bloque. Nosotros cumpliremos con esta premisa pese a que en 2009 la oposición no lo hizo: no respetó nuestra condición de primera minoría ni el hecho de que éramos el bloque representante del Gobierno en el Congreso”.
Según se desprende de los resultados de las primarias, esta podría ser la conformación de la Cámara baja, bloque por bloque:
Bloque por bloque
FpV: 116
UCR: 43
Peronismo no K: 42
FAP: 15
Pro: 11
Frente Cívico por Santiago: 7
Coalición Cívica: 7
Proyecto Sur: 3
Nuevo Encuentro: 3
MPN: 2
Monobloques: 7
