Martín Ferré demostró en sus últimos años ser un leal dirigente al reelecto gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, pero todo parece indicar que está a punto de tropezar nuevamente con la misma piedra. Su espacio gravitante se le niega en la Cámara de Diputados bonaerense. Pero la reflexión que ensayan muchos […]
Martín Ferré demostró en sus últimos años ser un leal dirigente al reelecto gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, pero todo parece indicar que está a punto de tropezar nuevamente con la misma piedra. Su espacio gravitante se le niega en la Cámara de Diputados bonaerense.
Pero la reflexión que ensayan muchos en el oficialismo provincial no se detiene en la solidaridad para con Martín, quien además no parece haber desentonado como ministro de Producción durante este último tiempo, sino que avanza hacia “la genuflexión” del primer mandatario provincial.
Y la pregunta que se impone es hasta donde podría llegar el gobernador “con su construcción de consenso de cara a la sociedad”, sin trasladar esa empatía en “espacios políticos que consoliden cierta consistencia al proyecto político” que formalmente encabeza.
La otra corriente de opinión es más benévola con Scioli y habla de un “trabajo fino” de la Jefatura de Gabinete para no hacer emerger una nueva voz del universo sciolista en las primeras ligas.
En medio del palabrerío siempre aparece alguien que aporta la síntesis: “de todas maneras, con amigos como los que tiene no va a necesitar enemigos” el reelecto diputado Martín Ferré, dijeron como para buscarle una explicación.
