Rogelio Frigerio (nieto) en diálogo con Parlamentario se mostró persuadido de que la crisis económica mundial repercutirá ineludiblemente en la Argentina, descree de los acuerdos y controles de precios y se muestra convencido de la necesidad de reformular el Indec. Además, manifestó que el traspaso de los subtes y otros servicios deberá hacerse con los recursos correspondientes o de lo contrario habría que rediscutir el sistema de Coparticipación Federal. “La Ciudad sólo recibe 1,4 por ciento de Coparticipación”, acotó.

– ¿Cómo influirá el aumento del ABL en la clase media porteña?

– Esta es una reforma tributaria que tiende a la equidad y a darle mayor prioridad a un impuesto que desde todo punto de vista, es uno de los más defendibles que pueda percibir un Gobierno. Es el más progresivo que tiene una administración; el impuesto inmobiliario a diferencia del IVA, por ejemplo, que es muy regresivo. El ABL había quedado rezagado respecto del resto de los tributos, porque no había tenido ninguna actualización en los últimos años; años de niveles de inflación de dos dígitos acumulada, año tras año, ejercicio tras ejercicio. De hecho pasó a representar un porcentaje mínimo en los ingresos de la Ciudad como Ingresos Brutos, patentes, que sí tienen una actualización respecto al índice de precios.
En ese sentido la reforma estuvo dirigida a corregir esa distorsión, a darle más preponderancia en el esquema tributario de la Ciudad a un impuesto que tiende a la equidad y a generar un proceso de mayor equidad impositiva, porque había muchas distorsiones, había gente que habitaba inmuebles de precios similares a los de mercado y que tributaba un impuesto muy diferente al que debería hacerlo.

– ¿El sistema qué se implementará tiene como objetivo implantar un régimen equitativo en cuanto a tributos?

– La idea y el objetivo del impuesto es ése. Aquél que considere que no es tratado con justicia ni con equidad, puede por supuesto hacer el reclamo administrativo que corresponda porque la idea del impuesto y de la reforma es generar un proceso de mayor equidad y darle a este impuesto una mayor relevancia dentro del esquema tributario porteño.

– La crisis mundial que golpea a Europa y en menor magnitud a EE.UU, ¿tendrá sus coletazos en el país y especialmente en la Ciudad?

– Evidentemente, y aunque la Argentina está bastante alejada del mundo, está sí conectada por dos variables las que si se ven afectadas por esta crisis global, nos van a golpear: una es Brasil y otra es la soja. Si esta crisis afecta a Brasil y Brasil no crece como venía creciendo o se ve obligada a devaluar su moneda, ello va a tener un impacto muy importante en el sector industrial, sobre todo en la Argentina, y si la soja, también sufre la crisis y baja de un umbral de 400 dólares la tonelada, creo que también va a tener un efecto no deseado, sobre todo a nivel de las cuentas fiscales que son cada vez más dependientes de las retenciones a la soja.

– ¿El nivel inflacionario qué se prevé obligará a tener que rever el Presupuesto de la Ciudad?

– Esto ha venido ocurriendo en los últimos años; ya hay gimnasia respecto a este proceso. Se sabe que las variables macroeconómicas las maneja y las determina el Gobierno nacional, los gobiernos locales no están capacitados, ni tienen herramientas para arbitrar en las políticas macroeconómicas que son potestades del Poder Ejecutivo Nacional. Este le baja a las administraciones provinciales las pautas macroeconómicas, proyecciones de las distintas variables y las provincias las toman como si fueran buenas. Lo que ocurre en los últimos años es que nunca terminan siendo buenas si el Gobierno nacional deliberadamente subestima el nivel de inflación para poder al final del día hacerse de recursos por afuera de la discusión parlamentaria, por afuera del control parlamentario y manejarlo de manera más arbitraria.
Seguramente ocurra lo mismo durante 2012, quizá en menor medida que en el 2010 y 2011, porque la Argentina va a crecer sensiblemente en menor medida y esto va a hacer que los recursos tampoco tengan el crecimiento que se incluye en el Presupuesto.

– ¿Las cifras qué contiene el Presupuesto -al menos en cuanto al crecimiento y la inflación- es consecuencia de la manipulación que se hace desde el Indec respecto a estas variables?

– Lo lógico es confeccionar un presupuesto operativo, un programa de gastos y recursos que se base en supuestos verídicos, creíbles; los presupuestos de los últimos años han perdido importancia y relevancia porque no están plasmados sobre proyecciones de variables macroeconómicas creíbles, sino deliberadamente subestimadas para tratar de generar recursos por afuera de los canales institucionales.

– Usted desde hace varios años sostiene que el acuerdo de precios entre Gobierno y empresas no funciona, ¿por qué ocurre ello?

– Los acuerdos de precios tuvieron éxito durante el primer año; cuando el Gobierno se dio cuenta que la inflación pasaba a ser un problema -allá por el 2006- instaló el tema de acuerdo de precios o los controles de precios con empresas y para sorpresa de muchos tuvo éxito durante por lo menos un año. Ya a partir de 2007, los acuerdos perdieron relevancia y la inflación se posicionó en un nivel de dos dígitos, es decir por encima del 20 por ciento. Evidentemente el resultado de tener una de las inflaciones más altas del mundo habla a las claras de que el control de precios no ha tenido el éxito esperado.

– ¿Por lo qué usted expresa es necesario una reformulación del Indec?

– Es muy difícil hacer un buen diagnóstico de la realidad y en consecuencia aplicar políticas correctas si no tenemos un buen termómetro de lo que está pasando: un buen termómetro, de lo que está pasando con los precios, de lo que ocurre a nivel social o del crecimiento de la pobreza. Deliberadamente se subestima el crecimiento de los precios, también se subestima el nivel de la pobreza y se sobreestima el nivel de crecimiento de la economía, evidentemente y en consecuencia de ello, se dificulta la posibilidad de realizar un buen diagnóstico de lo que está pasando y corregir los errores.

– ¿Qué opinión le merece el traspaso del subte sin los fondos correspondientes?

– La Argentina tiene experiencia de transferencia de servicios a los estados subnacionales con el mero propósito de generar un ahorro fiscal. En la década del ´90, la criticada década de los años noventa, cuando se traspasó las escuelas secundarias y la mayoría de los hospitales a las provincias, no se hizo con un criterio de mejorar la eficiencia de la prestación de los servicios públicos, sino que el objetivo fundamental era descargar gastos o déficit del Tesoro nacional hacia las provincias, los resultados de esas transferencias no fueron buenas; repetir esa historia es muy peligroso, sobre todo con el antecedente tan cercano y claro que tenemos. Yo creo que hacer una transferencia a las apuradas, desordenada y sin los recursos, me parece que si el Gobierno central traspasa los subtes sin subsidios tendrá que implementar una corrección tarifaria y si no se hace lo mismo a nivel de los colectivos y de los trenes se va a generar una distorsión en el transporte público muy importante; si aumentan los subtes y no se incrementa el pasaje de colectivos y trenes muy probablemente tengamos un exceso de demanda en el rubro de trenes y colectivos que generará problemas en la prestación de los servicios muy difícil de resolver, por eso hace falta una coordinación. Me parece que esta transferencia apurada de los subtes con el único propósito de no asumir el costo político de aumentar la tarifa por parte del Gobierno nacional va a provocar únicamente problemas; el Gobierno de la Ciudad está dispuesto a aceptar la transferencia no sólo de los subtes, sino de todos los servicios que le corresponden a la Ciudad de manera ordenada y por supuesto con los recursos, porque tengamos en cuenta que la Ciudad recibe sólo un 1,4 por ciento de Coparticipación Federal porque esta discusión se realizó bajo el paraguas de que el Poder Ejecutivo Nacional se encargaría de una serie de servicios que otras provincias tienen a su cargo. Si la Ciudad se va a hacer cargo de todos los servicios y los bienes públicos, pues hay que rediscutir el sistema de Coparticipación Federal.

– Al Pro se le endilgó falta de ejecución del Presupuesto, especialmente en algunas partidas, ¿usted cómo observó ese tema?

– Fueron casos muy puntuales y con explicaciones muy concretas. En general la ejecución del Presupuesto de la Ciudad está en línea con la ejecución del Presupuesto nacional y con el del resto de las administraciones; con el “timming” de la ejecución, también similar al del resto de las jurisdicciones; con una aceleración de la ejecución hacia final del año como ocurre todos los años en todas las jurisdicciones del país.

– ¿Cuáles son las prioridades que la administración de Mauricio Macri debería llevar adelante en su segundo mandato?

– Creo que el primer mandato del Pro ha sido muy exitoso, así lo prueba el resultado electoral; me parece que sirvió también para acomodar algunas cosas que estaban muy desordenadas en la Ciudad respecto a los controles, a la administración, a la posibilidad de ejercer un buen Gobierno. Creo que eso se solucionó y pienso que ahora viene una etapa de reformas o de mejoras en lugares sensibles que tienen que ver con la salud, la educación, la seguridad. Seguramente la Ciudad tenga más responsabilidad en un área muy delicada y muy demandada por los ciudadanos como es el tema de la seguridad y se va a tener que ocupar de eso y también de construir territorialmente apoyos para que el proyecto de la Ciudad se pueda trasladar al Gobierno nacional en el 2015.

– Si la Ciudad se autofinancia y sólo recibe un 1,4 por ciento en concepto de Coparticipación, ¿es necesario rediscutir el sistema de Coparticipación Federal?

– Creo que en la medida que el Gobierno nacional tenga la disposición de transferir los servicios que aún permanecen en su órbita y pretende no transferir los recursos (presupuestos) para que la Ciudad se haga cargo de esos servicios, evidentemente hay que rediscutir el sistema de Coparticipación que está fundado -al menos en lo que corresponde a la Ciudad- en el supuesto de que el Gobierno central financia la gran parte de los servicios públicos que se prestan en la Capital Federal. Si esto se modifica, el Gobierno nacional transfiere los recursos presupuestarios o se tiene que rediscutir la Coparticipación Federal; si no se hace alguna de esas dos cosas el que va a sufrir será el vecino.

– ¿Cuáles son las estimaciones inflacionarias para el próximo año?

– Nosotros estimamos un crecimiento de precios similar a la del 2011, seguramente el enfriamiento inexorable de la economía va a enfriar también un poco los precios, pero el aumento de las tarifas va a compensar esa situación, entonces creemos que una inflación similar a la de este año es lo más probable que ocurra.

– ¿Un 24 por ciento, sería la cifra?

– Eso lo dijo usted.