La conformación del equipo económico del flamante titular de la cartera, Hernán Lorenzino, comenzó a generar una serie de comentarios en el propio ambiente de empresarios y banqueros.

La opinión unánime es que Lorenzino tendrá funciones más recortadas de las que ya poseía el actual vicepresidente y ex titular de la cartera económica, Amado Boudou.

Un funcionario técnico del Palacio de Hacienda lo describió en forma elocuente. “Lorenzino va a tener más que nada la función de secretario de Finanzas y controlar, en cierta forma, los números fiscales. Pero en realidad, el margen de maniobra que tendrá será muy reducido”, resaltó el técnico del Palacio de Hacienda.

Un punto que no puede pasar desapercibido es que la figura de Guillermo Moreno se ha agigantado notablemente. No será superministro, pero sí lo que se denomina un “supersecretario”.

“Aquí el problema es que hay muchas funciones en las cuales Moreno reporta directamente a la presidenta, con lo cual, la función del ministro de Economía sin dudas que está cada vez más devaluada”, señaló un importante dirigente de la Asociación Empresaria Argentina (AEA).

En ese sentido, son varios los que consideran que la creación de nuevas áreas, como por ejemplo, la secretaria de Comercio Exterior, a cargo de Beatriz Paglieri, podría provocar disputas internas en el propio seno del Gobierno.

“Está claro que cuanto más se multiplican las funciones para un mismo sector, los problemas de recelos e internas aparecen. Habrá que ver cómo se puede manejar el tándem de Moreno-Paglieri, con Lorenzino como ministro, un hombre con neta formación financiera”, apuntó otro de los dirigentes.

Por lo pronto, lo que está delineando Lorenzino como primeros pasos en su gestión es de rearmar la estructura que lo acompañara y, asimismo, la prioridad de promover un regreso de la Argentina a los mercados de capitales.

Uno de los aspectos centrales que se comenzará a trabajar en estos días es el reinicio de las conversaciones con el Club de París, algo que ya viene sumamente desgastado.

“Esa es una prioridad, porque si se logra un acuerdo con ese grupo acreedor, se despeja el camino, no sólo del financiamiento, sino de poder acceder a captar más inversiones”, afirmó un colaborador directo de Lorenzino.

Sin embargo, la tarea no será fácil. El flamante ministro de Economía tiene que hacer, en este momento, un exacto equilibrio entre las conversaciones con los representantes de países europeos, muchos de ellos en crisis, y la exigencia de mayor cumplimiento de Argentina con el Fondo Monetario Internacional.

Todo esto, encima, con el desafío de lo que significa convivir como funcionario con otros colegas difíciles de llevar, como en este caso Guillermo Moreno. En definitiva, desafíos que ya tiene por delante el nuevo ministro de Economía.