Consciente de que cuando el oficialismo es mayoría en el Congreso, el mismo es tildado como “escribanía” del Ejecutivo, el titular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, acepta ese concepto, con bemoles. Esto es, aclara que no tiene ningún problema con esa definición, teniendo en cuenta que lo que los legisladores están haciendo es “defender los intereses del pueblo”.

En declaraciones al diario Tiempo Argentino, Julián Domínguez resaltó la votación de las leyes enviadas por el Ejecutivo para extraordinarias, señalando su convencimiento de que “se habían discutido del derecho y del revés. Estoy convencido que esto es lo que permite darle un tratamiento en el recinto, donde se fijaron las posiciones”.

“Ahora bien, debemos ponernos de acuerdo sobre qué tipo de Congreso queremos. Si es aquel donde todos hablan, donde todos se escuchen o queremos uno donde se fijen posiciones una vez que concluyó la tarea de las comisiones”, planteó el titular de la Cámara baja, convencido de que “este último es el Parlamento que queremos. Esto es lo que los congresos modernos hacen en todo el mundo y es lo que debemos hacer. Por eso digo, lo que hizo fue tratar 12 leyes que ya habían sido debatidas y estudiadas con mucho detalle en las comisiones, algunas durante más de un año”.

Y ante el planteo de que el Congreso puede transformarse en una escribanía, Domínguez señaló que “no me molesta esa definición, porque una escribanía es la que da la certificación de buena fe y permite los actos registrales que construyen certeza en la sociedad”.

“Si el Parlamento es el que va a construir esa certeza de la buena fe de que estamos defendiendo los intereses del pueblo, pues no tengo ningún problema que lo sea -agregó-. Hay muchos prejuicios con respecto a ello, nosotros formamos parte de un proyecto nacional que tiene que institucionalizar la acción de gobierno. Nosotros debemos darle el marco normativo que le dé institucionalidad jurídica a la acción de gobierno, por eso sería bueno que revean el concepto”.

Domínguez puntualizó que “si diciéndonos escribanía nos quieren descalificar, le digo a la oposición que la verdad que no tengo inconveniente de ser el escribano de un gobierno que defiende los intereses del pueblo, que ha crecido nueve años de manera ininterrumpida el PBI, que bajó la desocupación, que aumentó la inversión en educación, que defiende la soberanía nacional, que se paró frente al FMI. Es más, me gustaría que la historia política me juzgue por haber sido quien posibilitó, desde el Congreso, que esos actos de gobierno tengan el marco jurídico y normativo que le dé sustento a la República Argentina”.

Con relación a la polémica planteada en torno a la ley del papel para diarios, Domínguez señaló que “esa norma significó ni más ni menos que garantizar un mandato constitucional como que todos tengan la misma oportunidad ante la ley a los medios de producción gráfica. Ser todos iguales y tener todos las mismas posibilidades. Pero por otro lado, en la Argentina se viene planteando la democratización de los medios de comunicación, que era una deuda pendiente. En el país, la política claudicaba ante la presión de determinados medios de comunicación que lograban comportamientos y decisiones públicas, a partir de una fuerte presión. De esta manera se logra democratizar los medios, en el acceso al insumo básico que es el papel”.