Por Carla Froy

Actual vicejefa del bloque Frente para la Victoria e integrante de la Comisión de Comercio, Juliana Di Tullio enumeró ante Parlamentario las ventajas de la política que pone traba a las importaciones, destacada por las medidas proteccionistas encaradas por el Gobierno. Aseguró que la gestión se propone fortalecer la industria nacional y que desde la bancada trabajarán para otorgarle las herramientas necesarias al Estado, acorde a la sintonía fina planteada por Cristina Fernández. Las leyes de género se suman a la lista de proyectos enviados por la presidenta, pero de una reestatización de YPF… no se habla.

– ¿Qué se persigue con esta nueva política de traba a las importaciones?

– En primer lugar, no hablaría de traba a las importaciones, sino de estímulo para que la industria nacional sea capaz de seguir produciendo y pueda tener planes de producción a corto plazo. La sustitución de importaciones ha sido un eje claro de la política económica de este Gobierno en los últimos ocho años. El argumento de mayor peso que sostiene esta medida es la revalorización de la industria argentina. A nosotros nos interesa venderle al mundo y a su vez elaborar los insumos que generen las materias primas. La presidenta siempre habla de valor agregado en la producción local y vamos en esa dirección.

– Sin embargo, han surgido críticas como la falta de ciertos productos, por ejemplo los medicamentos.

– No hay falta de medicamentos en Argentina. Durante los últimos años se estableció una capacidad productiva, incluyendo la de los medicamentos, con la inauguración de muchas plantas encargadas de su elaboración, lo que ha hecho posible la producción nacional y no tener la obligación de importarlos. Esto debería ser una buena noticia y no comprendo la preocupación o estado de alerta por un Gobierno que tiene como política este tipo de modelo.

– Si es una política que se viene desarrollando desde hace ocho años, ¿por qué profundizarla ahora?

– Porque hemos seguido etapas a cumplir. Desde los comienzos, que se remontan al 25 de mayo de 2003, no hemos hecho todo. Es parte de un proceso. La visión del Gobierno es que la industria nacional está en condiciones y es capaz de seguir sustituyendo importaciones, porque hay productos de elaboración nacional que podrían dejar de importarse. Eso significa mayor mano de obra y un incremento de divisas para la población.

– ¿Cuál sería el siguiente paso en este esquema?

– Aumentar el otorgamiento de créditos. Por eso hubo una decisión de la presidenta de reformar la Carta Orgánica del Banco Central para poder dirigir mejor el crédito y tener capacidad en las decisiones que refuercen la autonomía financiera. Un ejemplo es el éxito de los Créditos del Bicentenario. A través de ellos la industria ha tenido un crecimiento de actividades que no había desarrollado en los últimos treinta años. Nosotros apuntamos al fortalecimiento de la industria nacional, a la creación de puestos de trabajo de calidad y que los argentinos podamos vivir de nuestra propia producción.

– Otro de los inconvenientes fue la tensión especialmente con Brasil. ¿Cómo evitar futuros inconvenientes con los mercados?

– Con nuestros hermanos latinoamericanos mantenemos una sinergia espléndida y compartimos una política hacia adelante de construcción a la unidad. Es cierto que existen contradicciones menores, pero no principales, de los países con esta región que se posiciona como una posible potencia en crecimiento. Si hay diferencias por la colocación de productos en el mercado, es porque cuando se administra un país se tiene como prioridad los intereses nacionales.

– ¿Cómo mejorar la competencia con los productos extranjeros?

– Si se desarrolla la industria argentina, se consume dentro del territorio. Obviamente que hay un cupo de exportación y nos interesan muchísimo las divisas que se obtengan con los productos nacionales colocados en el mercado internacional. Es parte de nuestro proyecto político, económico y social, que también abarca lo cultural. Uno de los propósitos es reconstruir culturalmente una clase industrial que se había desguasado de forma brutal en los 90. No fue fácil destruir a la Argentina y tampoco lo será reconstruirla. Llevará más de quince años recuperar su esquema productivo.

Sintonía fina legislativa

– ¿Cuál es la agenda parlamentaria del Frente para la Victoria?

– Nuestra agenda tiene que ver con el funcionamiento del Gobierno y con el mejoramiento del proceso político, social, económico y cultural. En principio la obligación como bloque oficialista es que el Congreso vuelva a funcionar en términos de reparación, tras dos años parlamentarios desastrosos. Se trató de un período verdaderamente lastimoso desde el punto de vista político. Además, poco democrático en la representación de la voluntad popular. El Grupo A tomó por asalto el Congreso nacional y lo desguazó en su funcionamiento. Nosotros nos disponemos a repararlo asumiendo la representación del voto popular y de un Gobierno que fue legítimamente consolidado como proyecto con el 54% de los votos.

– ¿De qué manera desguazó el Grupo A el funcionamiento del Congreso?

– En primer lugar, los bloques se unificaron en una oposición, tras ganar por separado las elecciones. Los espacios políticos estaban representados por porcentaje de votos, cuando se juntaron tomaron por asalto una mayoría que no les había sido conferida por el pueblo argentino. Así quisieron hacer su representación en el Congreso. Entonces se quedaron con la mayoría de las presidencias de las comisiones y armaron ficticiamente algo que no pudieron sostener en lo concreto. Lo que hicieron fue reventar la institución del Parlamento, no lo dejaron funcionar.

– En concreto, ¿qué temas figuran en la agenda?

– El 1º de marzo la presidenta ha pedido algunos instrumentos y otros que los presentó más adelante, como el traspaso de los subtes. Cristina Fernández anunció que enviaría el proyecto para modificar la Carta Orgánica del BCRA, la unificación del Código Civil y Comercial que es una excelente noticia en términos de género y de conquista de derechos. Aún no ha llegado el borrador, pero como temas se destacan el divorcio exprés, el reconocimiento al concubinato, el alquiler de vientre y fertilización asistida. En definitiva, nuestra agenda tiene que ver con los instrumentos y herramientas que necesite la gestión para poder funcionar.

– Dentro de estos instrumentos, ¿qué tan ciertos son los rumores de reestatizar YPF?

– Son decisiones del Ejecutivo. En los últimos meses la presidenta ha efectuado su propio análisis sobre la desinversión de YPF en la Argentina y que ha obligado al Gobierno a importar energía para poder seguir funcionando. Un país que crece a nuestra tasa, necesita un mayor abastecimiento energético por la creciente demanda en el consumo.

– Pero en definitiva, ¿existe un proyecto de ley como tal?

– No existe un proyecto como tal y no fue dicho por la jefa de Estado. Lo que hay es una decisión política de que YPF haga lo que tenga que hacer. De lo contrario, se buscarán soluciones democráticas desde el Estado.

– En este sentido de darle las herramientas al Estado, ¿dónde queda el debate por subir el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias?

– Es una discusión anual que siempre damos. Nosotros somos el bloque oficialista y las cuentas públicas son conducidas por la presidenta, con lo cual vamos a saber hasta qué punto o no se puede subir el mínimo no imponible.

– ¿Este es el gran año para tratar leyes sobre género?

– En principio, todos lo años son excelentes para avanzar sobre deudas pendientes con respecto a los derechos correspondientes a más de la mitad de la población. Las mujeres no hemos perdido derechos, sino que debemos conquistarlos. Argentina ha avanzado en muchas cuestiones pero continúa pendiente en muchas otras. Siempre es buen momento para tratar temas de este estilo para construir una sociedad más justa.

– ¿Cuáles son esos derechos a conquistar?

– Uno de los temas pendientes es la despenalización del aborto o la legalización de la interrupción del embarazo. En este sentido, el Parlamento tiene una deuda social. Además, hay que mejorar la Ley de Trata de mujeres, niños y niñas. En mi opinión, me parece importante la incorporación del femicidio dentro del Código Penal, aunque soy conciente de que eso no detiene estos episodios. Es necesaria una batalla cultural para evitarlos, con un fuerte trabajo desde el Estado.

– ¿Por qué ha fallado el tratamiento de la despenalización del aborto?

– Yo creo que la conducción de Legislación Penal a cargo de Carlos Vega (Coalición Cívica) tuvo mucho que ver, ya que actuaba como si quisiera tratar un proyecto que jamás trató. Se realizaron una serie de reuniones pero sin ninguna discusión específica con ningún proyecto en temario.