En las tres sesiones que Diputados realizó en lo que va del año, ya se puede vislumbrar qué camino toman los legisladores que juegan solos: cuáles son los aliados incondicionales del oficialismo, quiénes lo apoyan ocasionalmente y los que se suman al grueso de la oposición.
Dos votaciones clave en la Cámara baja ya dejan percibir cómo se mueven las piezas del tablero. En este marco, distintas son las estrategias de los diputados que integran bloques unipersonales para sacar provecho de la mayoría numérica del kirchnerismo, en un caso, o intentar lidiar con ella, en el otro.
Las dos sesiones especiales que ya tuvieron lugar en el recinto de la Cámara baja dividieron aguas: aquella en la que se aprobó la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, y la que sancionó el traspaso del transporte a la Ciudad de Buenos Aires, ambos proyectos impulsados por el Poder Ejecutivo.
La otra sesión que realizó el Cuerpo, que fue ordinaria, no presentó disidencias y dos iniciativas fueron aprobadas por unanimidad: la declaración por la soberanía de las Islas Malvinas y la derogación del avenimiento del Código Penal.
En este mapa legislativo, quince monobloques definen sus tácticas de cara a un año parlamentario que se presenta como uno de los más activos de los últimos tiempos.
El elenco estable de los K
Tal como se pudo ver en ambas votaciones, el Frente para la Victoria sigue contando con sus aliados más fieles: Nuevo Encuentro (5), liderado por Martín Sabbatella; el Frente Cívico por Santiago (7), cuyo presidente es Daniel Brue; el Movimiento Popular Neuquino (3), conducido por Alicia Comelli; el Frente Cívico y Social de Catamarca (2) cuya líder es Mariana Veaute; y finalmente el PJ La Pampa (2), que tiene como jefe a Roberto Robledo.
Un caso especial es el de Unión Peronista, bloque liderado por Felipe Solá. El diputado abandonó el año pasado el Peronismo Federal para formar su propio espacio, con intenciones de acercarse al oficialismo. De hecho, dio a conocer su apoyo al votar a favor del Presupuesto para este año. Lo mismo hizo con las modificaciones a la Carta Orgánica de la entidad que preside Mercedes Marcó del Pont. Y, aunque sus diputados se abstuvieron en la votación en torno a los subtes -Solá se ausentó al momento de emitir el voto-, nada hacer pensar que los “felipistas” dejen de seguir la senda que marca el kirchnerismo.
Otro caso curioso es el de Córdoba Federal, integrado por Francisco Fortuna y Estela Garnero, quienes en ambas votaciones dividieron sus votos, si bien se los puede tildar de aliados ocasionales. Mientras que Garnero se abstuvo en la votación por el BCRA y votó en contra del traspaso del transporte a la Ciudad, Fortuna -el jefe del espacio- apoyó ambos proyectos.
Frente a todos estos bloques deben lidiar un radicalismo con divisiones internas, el PJ disidente, la Coalición Cívica, el Pro, Proyecto Sur, el juecismo (Frente Cívico por Córdoba) y el interbloque FAP, que ya dejó entrever algunas diferencias entre los bloques que lo integran (Partido Socialista, Gen, Libres del Sur y Unidad Popular).
La estrategia de los monobloques
Quince son en total los diputados que se mueven entre las diversas bancadas buscando generar alianzas o tomando su propio camino.
En las dos votaciones que mencionábamos, al menos seis de los monobloques con que cuenta la Cámara baja apoyaron fielmente al kirchnerismo. La nómina se compone de Walter Wayar (Frente Peronista Federal), Julio Ledesma (Corriente de Pensamiento Federal), Juan Carlos Forconi (Santa Fe en Movimiento), María Cristina Fiore Viñuales (Renovador de Salta), Alfredo Olmedo (Salta Somos Todos) y Jorge Garramuño (Movimiento Popular Fueguino). Todos estos diputados se pronunciaron a favor tanto de la transferencia del transporte a la administración porteña como a las reformas en el BCRA.
En la otra vereda figuran otros nueve diputados, que en su andar buscan acercarse a distintas fuerzas opositoras. Es el caso de Patricia Bullrich (Unión por Todos), quien abandonó la Coalición Cívica para constituirse como monobloque, pero en medio de rumores de un feeling con el macrismo. Victoria Donda, en tanto, sigue firme su alianza con los bloques que integran el Frente Amplio Progresista, que sin embargo mostró algunas rupturas durante la última votación: se pronunciaron en contra el Gen, Roy Cortina y la misma Donda, mientras que el socialismo y Unidad Popular se abstuvieron.
Marcela Rodríguez, que fue la primera en renunciar el año pasado a la Coalición Cívica para conformar su propio espacio (Democracia Igualitaria y Participativa), votó en contra de las modificaciones en la entidad financiera, aunque se abstuvo de votar sobre la disputa de los subtes. Sin embargo, a pesar de que a lo largo de las sesiones siempre se la ve intercambiando diálogo con los referentes del oficialismo, se mantiene como dura opositora.
A la mano derecha de Raúl Castells, Ramona Pucheta (MIJD), ya se la vio en distintas conferencias de prensa junto a los diputados del exgrupo A, denunciando la inflación “falsa” del INDEC y también sumándose al pedido de juicio político al vicepresidente Amado Boudou. La diputada ingresó al Congreso por Compromiso Federal y hoy en día forma parte del interbloque del Frente Peronista.
La denarvaísta Graciela Ocaña (Udeso), en tanto, ya presentó algunos pedidos de informes por el caso Ciccone y la causa que involucra en Suiza al titular de la CGT, Hugo Moyano.
Otros que juegan solos y siguen su propio camino, aunque fieles opositores al kirchnerismo, los diputados Liliana “Chispita” Fadul (Partido Federal Fueguino), quien acompañó, junto a la UCR, el dictamen de minoría firmado por la Coalición Cívica por la cuestión del Banco Central; y el santafesino Carlos Favario (Demócrata Progresista).
Como último monobloque opositor hay que mencionar al diputado José Biella Calvet, de Udeso Salta, quien a pesar de haberse ausentado durante el debate por el transporte porteño, votó negativamente la reforma de la Carta Orgánica del BCRA. A la inversa sucedió con otro diputado: Eduardo Ibarra, del monobloque Unión por San Juan.
