Era obvio que el Congreso no estaría ajeno a todos los coletazos que la causa de la exCiccone generaría. Y no sólo por el hecho de que la figura más importante de las involucradas es presidente de una de las cámaras. Aunque de hecho, esa condición le valió a Amado Boudou para romper la inactividad de una semana perlada de feriados para iniciar desde allí su contraofensiva.

Porque no podría decirse que la réplica real del vicepresidente se inició en el verano, cuando participó de un festival en el interior, tocando con La Mancha de Rolando ataviado con una remera con la inscripción “Clarín miente”. Ni tampoco parecen haber sido significativos los reportajes concedidos a medios afines, en los que ensayó su defensa. La verdadera defensa la esgrimió con el más rudo ataque que emprendió ese jueves desde el Salón Illía del Senado, en el marco de una conferencia de prensa convocada una hora antes, que se inició veinte minutos después de lo previsto y que concluyó tres cuartos de hora más tarde.

Durante su dilatada exposición, Amado Boudou descargó toda su artillería sobre varios blancos y dejó numerosos heridos.

Decíamos que el Congreso no resultó ajeno a los coletazos de un caso que debiera reducirse al ámbito de los Tribunales, hacia donde el vice apuntó la mayor parte de sus cañones. La primera consecuencia del caso que operó como una suerte de revulsivo para el oficialismo y la oposición fue el levantamiento de la sesión de la Cámara baja, reprogramada para la siguiente. Era de manual que así sucedería; la oposición venía machacando durante el fin de semana largo con que utilizaría la primera media hora de la sesión para reclamar la convocatoria de la Comisión de Juicio Político para el día siguiente. Y ya se sabe que al oficialismo no le gusta en modo alguno ser llevado a terrenos inexplorados. Levantada la sesión, luego el propio FpV convocó por sí mismo a una reunión de esa comisión -la única que aún no ha sido constituida- para el martes siguiente. Mis reglas, mis tiempos.

Lo mismo sucedería con el Senado. Un ámbito que suele ser más amigable, pero donde en el sitial principal estaría sentado nada menos que el protagonista de esta película, Amado Boudou. Para colmo, en su condición de “no senador”, el titular del Cuerpo no puede responder, sólo dar la palabra. Muchos todavía recuerdan cuando en tiempos en que Cristina Fernández de Kirchner ostentaba el doble rol de senadora y primera dama lo zarandeó de lo lindo al vicepresidente Daniel Scioli, que estoicamente se bancó todo, bien a su estilo.

No sería un trago dulce el que le tocaría a Boudou. Previsiblemente entonces, se levantó también la sesión del Senado, tal como lo había adelantado parlamen-tario.com. El argumento esgrimido era una falta de acuerdo en torno al proyecto de ley de muerte digna, que ameritaba un tiempo más para su análisis profundo. Seguro, pero por eso no fue…

Igual, la pelota quedó boyando en el Senado. Es que un día antes se había producido la previsible salida del procurador general de la Nación, Esteban Righi, uno de los heridos de la ofensiva del vicepresidente, que le apuntó en uno de los tramos de su exposición al estudio jurídico que fundó el funcionario saliente y que hoy tiene al frente, entre otros, a su esposa e hijo. La denuncia de que desde ese estudio le habían ofrecido sus “buenos oficios” para “aceitar” las relaciones con Comodoro Py ameritaban una reacción como la que sucedió, a menos que el vicepresidente fuera desautorizado por la presidenta de la Nación. Eso no sucedió, muy por el contrario. No le quedaba entonces otro camino a Righi que el que emprendió.

“Se entiende que lo protejan, ¿pero designar a un alter ego de Boudou al frente de la Procuración no es un poco mucho?”, le preguntó Parlamentario a un diputado oficialista al día siguiente de la elección de Daniel Reposo por parte de la presidenta. El hombre, que ha defendido el modelo K en las dos cámaras, se arrellanó en el asiento y respondió con una sonrisa: “Esa designación es una señal clara para que quede claro de qué lado está el Gobierno”.

En efecto, a partir de entonces no quedaron dudas en el ámbito del oficialismo de cuál era la decisión adoptada por CFK y cómo deberían alinearse. Los tibios respaldos, a partir de ahí, tornaron hacia la firmeza.

Lo que viene, lo que viene…

Pero en principio, la oposición no se la quiere dejar fácil al Gobierno nacional. El titular de la bancada radical de Diputados, Ricardo Gil Lavedra, anticipó su rechazo hacia el nombre de Reposo para la Procuración, ante la cercanía evidente del titular de la SIGEN con el vicepresidente. Y fue gráfico al anunciar que el radicalismo iba a “militar” contra ese nombramiento.

Lo cierto es que el camino hacia la confirmación por parte del Senado no es sencillo; más bien todo lo contrario. En principio, se anticipa que la designación tendrá un duro obstáculo a la hora de llegar al recinto del Senado, ya que para ser aprobada necesitará el aval de dos tercios de los legisladores presentes, algo con lo que, por el momento, no cuenta el Frente para la Victoria.

El escenario se plantea en base a un ideal con los 72 senadores presentes a la hora de votar. En ese caso, la bancada del FpV necesitaría 48 adhesiones.

Actualmente, el bloque kirchnerista cuenta con 33 legisladores propios y cinco aliados, que son Roxana Latorre (Santa Fe), María Rosa Díaz y Osvaldo Ramón López (Tierra del Fuego), Horacio Lores (Neuquén) y Carlos Menem (La Rioja), a los que se le suma el porteño Samuel Cabanchik, aunque como aliado “ocasional”.

El número de adhesiones a favor del oficialismo podría verse beneficiado con el correntino José María Roldán y la pampeana María Higonet. Estos dos legisladores vienen mostrando un tibio acercamiento al bloque del FpV. En el caso de Higonet, habrá que ver esta vez lo que define su jefe político, el también senador Carlos Verna, que volvió a la actividad parlamentaria tras una licencia.

Según confió a Parlamentario una fuente del bloque del FpV, no se debería descartar un posible voto positivo de la correntina Josefina Meabe, aunque por ahora no hay nada definido.

El trámite de la designación tendrá, como mínimo, un plazo de tres semanas a un mes para comenzar a ser tratado en la Cámara alta. Una vez allí, primero se debe dar la entrada formal en una sesión; luego, pasar por la Comisión de Acuerdos; y finalmente, con dictamen de mayoría, aprobarlo en el recinto con dos tercios de los presentes.

Por el lado de la oposición, ya está confirmado que los 14 senadores radicales, la porteña María Eugenia Estenssoro (Coalición Cívica), los cuatro integrantes del interbloque del Frente Amplio Progresista (FAP) y los catamarqueños Oscar Castillo y Blanca Monllau (Frente Cívico y Social) no apoyarán la designación de Reposo. Si los 21 legisladores se presentan religiosamente en todas las sesiones, se convertirán en el obstáculo más duro que tendrá el kirchnerismo para aprobar el pliego en cuestión.

En la oposición también se encuentra el peronismo no oficialista, integrado por Roberto Basualdo (San Juan), Adolfo Rodríguez Saá y Liliana Negre de Alonso (San Luis), Sonia Escudero y Juan Carlos Romero (Salta), Carlos Reutemann (Santa Fe) y Graciela Di Perna (Chubut). Ninguno de ellos tomó postura en relación con el asunto, aunque es sabido que luego del reparto de comisiones del año pasado, la mayoría de este bloque quedó muy disconforme con el oficialismo y procuró ser antikirchnerista a la hora de las votaciones importantes.

Así las cosas, el FpV debería conseguir una presencia total de sus senadores y aliados, y esperar la ausencia de un número importante de opositores como el mejor escenario, aunque todavía, las cuentas no le cierran. La novela del pliego de Reposo recién arranca en la Cámara alta.

Para terminar e ir haciendo cuentas, veamos cuál es la conformación actual del Senado:

Senadores del FpV (33): Pablo González y María Esther Labado (Santa Cruz), Aníbal Fernández y María Laura Leguizamón (Buenos Aires), Elena Corregido y Fabio Biancalani (Chaco), Walter Barrionuevo y Liliana Fellner (Jujuy), Daniel Filmus (Ciudad de Buenos Aires), Marcelo Fuentes y Nanci Parrilli (Neuquén), Pedro Guastavino y Elsa Ruiz Díaz (Entre Ríos), Marcelo Guinle (Chubut), Teresita Luna e Hilda Aguirre de Soria (La Rioja), Miguel Ángel Pichetto y María José Bongiorno (Río Negro), Beatriz Rojkés de Alperovich y Sergio Mansilla (Tucumán), Inés Blas (Catamarca); Rolando Bermejo (Mendoza), Mario Colazo (Tierra del Fuego), Ruperto Godoy y Marina Riofrío (San Juan), Daniel Pérsico (San Luis), José Mayans y Graciela de La Rosa (Formosa), Ada Itúrrez de Capellini (Santiago del Estero) y Ana Corradi de Beltrán (Santiago del Estero), y Sandra Giménez, Salvador Cabral Arrechea y Juan Manuel Irrazábal (Misiones).