Trece diputados compararon la expropiación de la petrolera con la vuelta al Estado de la aerolínea de bandera. El cruce entre Héctor Recalde y Juan Casañas. Fuerte alusión al tema en el seno de La Cámpora.
El regreso de YPF a manos del Estado trajo a la memoria la nacionalización de Aerolíneas Argentinas, sancionada en septiembre de 2008. Fue así que, durante la sesión especial en la que Diputados sancionó la ley de expropiación de la petrolera, trece diputados tomaron como antecedente la estatización de la aerolínea de bandera, algunos como ejemplo a seguir y otros, criticando el déficit al que podría conducir la norma de manera similar.
La primera en aludir al tema fue la peronista opositora Graciela Camaño, quien aclaró que “a diferencia de Aerolíneas Argentinas, donde el Estado no fue cómplice en sus informes con respecto al vaciamiento que estaba sucediendo, en esta empresa el señor Baratta, el señor De Vido y el señor Cameron son absolutamente responsables”.
En tanto Omar De Marchi, el mendocino aliado del Pro, alegó problemas de caja y sostuvo que “como con Aerolíneas Argentinas no alcanza, pedimos a La Cámpora que se haga cargo”. En una dura crítica a la agrupación kirchnerista, pidió pensar “si queremos o no que esta gente maneje nuestro petróleo”.
Precisamente una de las diputadas de ese palo, María Luz Alonso, se encargó de defender la administración de la flota a partir de la estatización.
“Cuando la actual gestión de Aerolíneas asumió debió, así como Néstor allá por el año 2003, hacerse cargo de una pesada herencia y dedicarse a reconstruir una empresa estratégica que se encontraba absolutamente vaciada, con sus activos sobrevaluados y sus pasivos subvaluados”, recordó, y agregó que “hoy Aerolíneas en muy poco tiempo ha trasformado su imagen con una gestión eficiente, renegociando todas las deudas heredadas, siendo ejemplo en el servicio, incorporando aviones nuevos a su flota y aumentando los destinos a los que conecta”.
Así, Alonso explicó: “Tuvimos que llegar a la intervención estatal porque los intereses económicos de las empresas privadas fueron, tanto en Aguas Argentinas como en Aerolíneas Argentinas y Repsol YPF, en contra del interés nacional y atacaron pilares fundamentales del crecimiento argentino con inclusión social, en sectores estratégicos de nuestra economía”.
Contraatacó la juecista Graciela Villata, quien habló de Aerolíneas como antecedente de “un Estado ausente o insuficiente para controlar”. Para el radical Hipólito Faustinelli, quien se retiró del recinto al momento de votar, “ellos (por el kirchnerismo) son los responsables del manejo de la empresa estatal Aerolíneas Argentinas, una de las más deficitarias del mundo”.
Otro radical, Mario Fiad, fue directo: “No queremos que esta empresa siga el camino deficitario e ineficiente de Aerolíneas, donde pareciera que al Estado le bastaba con enorgullecerse con la expresión `nuestra aerolínea de bandera´.”, lanzó. Su par de bancada Rodolfo Fernández dijo que “hoy sabemos que YPF fue desmantelada y vaciada como en su momento sucedió con Aerolíneas Argentinas”, pero que “no corresponde ahora preguntar qué pasó o si fallaron los controles; tenemos que mirar para adelante porque en todo caso, si algún funcionario incumplió con su deber, la Justicia es la única que lo debe juzgar”.
Ramón Puerta, del Frente Peronista, fue otro que auguró un futuro poco promisorio para YPF tomando como ejemplo a Aerolíneas Argentinas. Consideró que “si van a gestionar desde el Estado es posible que ocurra lo mismo que está sucediendo con la política aérea: primero se venden los pasajes de LAN y luego los de Aerolíneas Argentinas; la primera cumple con los horarios, sus aviones salen y al contribuyente no le cuesta nada; la segunda cuesta mucho, los aviones no salen y su deuda aumenta”.
En tanto, Manuel Garrido habló de la imposibilidad de los controles de la Auditoría General de la Nación sobre la empresa y de la “aberración jurídica” que esto significa ya aplicado sobre Aerolíneas. Cabe aclarar que la nueva ley sobre YPF tampoco permite controles por parte de este organismo.
Pero Agustín Rossi respondió a estas críticas sobre el final del debate: “A los que se asustan por los controles, les digo que no es la primera empresa que estatizamos. ¡Tráiganme una denuncia de corrupción en el Correo, en Aysa o en Aerolíneas! ¡No hay ninguna denuncia de corrupción sobre los funcionarios que estuvieron al frente de cada una de esas empresas!”, exclamó entre aplausos.
También por el oficialismo, Miriam Gallardo destacó “la experiencia que tuvimos con la aerolínea de bandera, representada por Aerolíneas Argentinas y Austral, que ha modernizado su flota de aviones, incorporándolos a la red aerocomercial internacional y cubriendo destinos en el país que otros privados no quieren explotar”.
Por último, vale mencionar el cruce que tuvieron durante la sesión el cegetista Héctor Recalde y el radical Juan Casañas. Recalde defendió la gestión de su hijo, Mariano, “quien está en una empresa que está siendo recuperada, más allá de las diferencias que se puedan haber planteado”. Casañas levantó el guante e ironizó: “Hace rato, el señor diputado Recalde hablaba muy bien de Marianito en Aerolíneas Argentinas. En realidad, no hay que restarle mérito, pero debemos señalar que esa empresa pierde 2 millones de pesos por día. Esa es plata nuestra, de nuestros bolsillos. ¡Vaya a saber Dios cuánto va a perder YPF!”, reclamó, mientras el kirchnerista reía incrédulo.
