Sorprendió Cristina Fernández con su presencia en el Congreso este martes. La noticia de su llegada se confirmó poco antes de las cuatro de la tarde, y tres horas después, la presidenta ya estaba en el tercer piso del Palacio Legislativo para inaugurar la “Sala de la Juventud Néstor Kirchner” bajo el lema “Cambio es el nombre del futuro”.

Con los pasillos repletos de militantes de La Cámpora y la Jotapé Descamisados, que de inmediato acudieron a la cita entonando con fervor la marcha peronista, la primera mandataria ingresó al Congreso flanqueada por los diputados Agustín Rossi, Eduardo De Pedro y Andrés Larroque.

Antes de ingresar a las exoficinas 313 y 338, la presidenta leyó una placa adherida a la pared con el artículo que el periodista de La Nación José Claudio Escribano publicó cuando Néstor Kirchner fue consagrado presidente de la Nación.

En aquella nota, titulada “Treinta y seis horas de un carnaval decadente”, Escribano opinaba entre otras cosas que “el hecho de que Kirchner se instale en la Casa Rosada con sólo el 22 por ciento de los sufragios acentúa, en principio, el problema de la gobernabilidad”.

En la sala esperaban a Cristina el titular de la Cámara baja, Julián Domínguez, y los diputados camporistas Marcos Cleri, Anabel Fernández Sagasti, María Luz Alonso, Mayra Mendoza, Horacio Pietragalla Corti y Leonardo Grosso. También se hicieron presentes Carlos Kunkel, Juliana Di Tullio, Facundo Moyano, Carlos Moreno y Teresa García, además del jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina, José Ottavis y Mariano Recalde.

“Trabajo y jóvenes, qué combinación para un proceso de recuperación de la Patria”, comenzó Cristina, quien recordó que un 14 de mayo del año 2003, el expresidente Carlos Menem se bajaba del balotaje consagrando a su esposo al mando del Poder Ejecutivo.

“De las derrotas se pueden construir grandes triunfos”, aseveró la presidenta, al tiempo que recordó, al borde de la emoción, que había sido ella misma la autora del discurso de asunción de Néstor Kirchner criticado por el diario La Nación. “Decían que no ibamos a durar un año”, recordó.

El artículo en cuestión decía: “Más significativo que la toalla arrojada sobre el ring por un menemismo devastado por la catástrofe inminente e inevitable del domingo es el pésimo discurso pronunciado por el ahora presidente electo”.

“La primera medida de gobierno del doctor Kirchner deberá ser la cesantía de quien ha escrito ese discurso, y, si fue él mismo quien acometió su redacción, convendrá que ya mismo derive en otro la delicada tarea de escribir si es que aspira a ser un verdadero jefe de Estado”, había escrito el periodista.

A pesar de esto, la presidenta consideró que “lo que construye una Nación son los hechos, las acciones, no basta con los discursos”.

En un fuerte mensaje a la juventud, Cristina destacó que “cada pibe que se incorporaba a la política era un pibe menos que no se ocupaba en cualquier otra cosa que fuera perjudicial”.

“Hay un cambio de época muy fuerte. No tengan dudas de que va a haber grandes transformaciones”, aseguró, y agregó que “son ustedes (los jóvenes) los responsables de los tiempos que vienen”.

Luego, en una dura crítica a los medios por “todo lo que dijeron antes y después de las elecciones”, señaló que “todavía hay gente que tiene temores, empeñada en que a la Argentina le vaya mal”, aunque afirmó entre aplausos: “Somos absoluta mayoría contra los que quieren que nos vaya mal”.

En ese marco, descartó la presidenta que pueda llegar a haber algún “shock” en la economía. En referencia a las versiones que circularon sobre un eventual desdoblamiento del mercado cambiario, Cristina dijo que “no va a haber nada raro. No nos gustan los shocks a los argentinos, de ningún tipo”.

“Hay gente que está empeñada en contar todos los días algo diferente. Hoy leía titulares que el viceministro de Economía (Axel Kicillof) pensaba en 4, 5, 30 tipos de cambio… No crean nada”, dijo Cristina, remarcando que “esta presidenta es absolutamente responsable y previsible”.

Por otra parte, bajó línea al señalarles a los diputados que “tienen que meter mano en el sector financiero para apoyar al sector productivo”, para que haya “más trabajo y más consumo, para volver a reestablecer el equilibrio”.

Por último, opinó que “el mejor homenaje” para Néstor Kirchner “es que sigamos luchando incansablemente”, y concluyó: “Les pido a todos los argentinos: basta de mala onda y a laburar todos por Argentina”.