El déficit habitacional en la ciudad de Buenos Aires es real”. Con absoluta franqueza la presidenta de la Comisión de Vivienda de la Legislatura porteña, Lidia Saya, se refirió a la situación de pobreza y vulnerabilidad social que aqueja a un sector importante de vecinos que habita en la Capital Federal y cuyo principal problema es la falta de accesibilidad a una vivienda digna. Su reconocimiento ante el problema social que describe no invalida -de ninguna manera- su afirmación de que la gestión que encabeza Mauricio Macri “es la administración que más recursos del Estado ha destinado a esa franja social, como una clara señal de que apunta a una verdadera distribución de la riqueza”.

Asimismo Saya manifestó que las prioridades para el segundo mandato de Macri tienen que ver con la regularización dominial, la urbanización de las villas y el lanzamiento de una línea de créditos a través del Banco Ciudad, para vecinos de bajos recursos que quieran habitar la zona sur de la Capital Federal. Además, sostuvo que las denuncias del arco opositor a través de “discursos grandilocuentes” esconden “grandes falacias”.

– ¿Cuál es su balance del trabajo de la Comisión de Vivienda en estos cuatro años en que la misma estuvo presidida por el Pro?

– Por empezar, debemos plantear algo que es esencial, lo decimos y asumimos porque ello es real y por lo tanto nos hacemos cargo: el déficit habitacional que aqueja a la ciudad es de similar dimensión al que ocurre a nivel nacional.

– ¿Ese déficit habitacional cómo se cuantificaría?

– No hablamos de cifras porque el nivel de complejidad que conlleva el problema habitacional es muy grande; porque uno puede hablar de déficit habitacional incluyendo a cientos de personas que viven en las villas, pero también de la gran cantidad de personas que alquilan en la ciudad, que habitan viviendas en donde convive toda una familia en condiciones de hacinamiento, eso también es déficit habitacional. O quienes alquilan habitaciones en hoteles o pensiones… Es decir, el acceso a una vivienda digna para el grupo familiar completo acorde a un salario que pueda mantener el lugar, hoy por hoy se podría decir que es casi inalcanzable. A ello hay que agregarle las dificultades de acceso a los créditos para la compra de una vivienda, todas estas cuestiones inciden para que claramente la ciudad de Buenos Aires tenga un déficit habitacional en el contexto de un país que lejos está de haber cumplido con las metas habitacionales que oportunamente planteó el Gobierno nacional.

– ¿A qué se debe la demanda incesante de viviendas en la ciudad?

– Desde hace muchos años un vasto sector de jóvenes del interior del país cuando termina la escuela secundaria sostiene: “Tengo que trabajar y debo estudiar”. ¿Y adónde voy?, suelen preguntarse. Rápido se responden: “Me voy a Buenos Aires”. Esto, lógicamente, no es nuevo. Lo que pasa es que con el transcurso del tiempo se fue agravando la situación socio-política y económica de la gente del interior. Entonces hoy nos encontramos en la Capital Federal y no en el resto del país con una gran cantidad de población que viene a trabajar, a desarrollarse y buscar el progreso en esta ciudad. La ciudad ha crecido demográficamente, se ha incrementado de manera superlativa el valor de la tierra, es decir: se han complejizado distintas cuestiones en detrimento de la población, lo que nos lleva a reconocer, sin ocultamientos y con todas las letras, que el déficit habitacional es real en la ciudad de Buenos Aires.

– Si bien es un avance reconocer el problema, ¿el Gobierno porteño qué hizo al respecto?

– En esta gestión se han realizado distintas acciones para empezar a ordenar las políticas sociales que desde hace décadas no se hacían, o si se hacían lo realizaban de forma coyuntural. En ese aspecto hemos avanzado con políticas sociales, con la urbanización en villas, hemos dedicado enorme esfuerzo y medios para la zona sur con acciones que tienen que ver con políticas sanitarias, como así también con políticas sobre educación. Lo cierto es que esta administración es la que más recursos del Estado ha destinado a esa franja social, como una clara señal que apunta a una verdadera distribución de la riqueza. Para ello hemos tenido que pagar costos altos, como lo fue el aumento de algunos impuestos. Son esos recursos que el Estado devuelve a la población en carácter de servicios.

– ¿Cuáles son los programas que a nivel habitacional lleva adelante la ciudad?

– Por ejemplo los grandes complejos habitacionales que se construyeron en los 80, y que en muchos casos se entregaron las viviendas pero nunca se escrituraron. Pero hoy el grupo familiar necesita tener la escritura y al respecto se ha implementado un programa durante 2011, y al que durante el presente año se prestará una mayor atención aún para normalizar la escrituración de esas propiedades. Paralelamente a ello hay edificios cuyo mantenimiento está a cargo del Gobierno de la Ciudad, justamente porque al no tener sus habitantes la escritura correspondiente, no se puede organizar el consorcio para llevar una administración independiente. Por ello la idea es trabajar para finalizar la regularización dominial cuanto antes y que el edificio pase a ser administrado por sus propios dueños. Mientras tanto hay que seguir invirtiendo para brindar una mejor calidad de vida a esos vecinos que habitan dichos edificios; de esos complejos habitacionales hay varios centenares en esas mismas condiciones en la zona sur de la Capital Federal.

– ¿El programa de escrituración dominial está direccionado a un determinado sector social?

– Esa es una apuesta importante y que tiene que ver particularmente con la clase media. Este es un sector que le ha dado todo un modo de vida y ha vitalizado la zona. Pero otro tema complejo es el de brindarles servicios a esos vecinos. Es que las empresas privadas no hacen inversiones en esas zonas: hablamos de luz, gas y agua que, las empresas prestatarias, deliberadamente no realizan obras, o lo hacen en la medida en que la gente avance en la instalación de la infraestructura necesaria. Recién entonces los servicios se prolongarán hasta allí.

– ¿Cuál es el rol que cumplen los organismos de Gobierno encargados del área?

– Respecto a todo lo concerniente a la habitación en villas, esos son programas que desde la Corporación del Sur y desde el programa Pro Sur en particular, se les ha dedicado mucho trabajo; es una población de mucho menos recursos y lo más perentorio para ellos es la instalación de cloacas. También en estas zonas hubo barrios que se construyeron y entregaron hace 20 o 25 años y que han sufrido el deterioro por la falta de mantenimiento de los gobiernos de la ciudad. Además, hubo un aumento desmedido de la población en estos barrios y sin el cuidado y el mantenimiento necesario por parte de las administraciones de la ciudad se fueron convirtiendo paulatinamente en sectores de villas.

– ¿La administración porteña privilegia saldar las cuentas de administraciones anteriores en lugar de encarar nuevos emprendimientos?

– Hoy nuestra tarea está enfocada hacia aquella gente que tiene vivienda, escasa, acotada, o que habita en algunos edificios que se encuentran ediliciamente bien, pero sin los papeles. Entonces nuestra labor apunta a darles la seguridad jurídica, escrituración mediante, para que estos vecinos trabajen para que su barrio sea un lugar más vivible. Nosotros no estamos en condiciones de hacer lanzamientos de nuevos programas que tengan que ver con la construcción de viviendas para una población a la cual también debamos subsidiar. ¿Qué es lo que estamos pensando hoy? En el lanzamiento de créditos a través del Banco Ciudad, cuyos requisitos sean claramente mucho más accesibles, pero la gente debe pagar. Este es un aspecto de una discusión política que sostenemos durante los últimos años y en la que a través de eslogans se sostenía que Macri debía dar casas, o mejor dicho, construir casas y regalarlas. No hay manera y mucho menos fondos: por el costo de la tierra y por el costo de la construcción de viviendas dignas. Todo lo que respecta a la construcción, es lo que tiene que ver -sí o sí- con situaciones que presenten características de emergencia. Por ejemplo todo lo que está ligado al programa ACUMAR, que aparte está judicializado. A pesar de ello hay un plan claro dirigido a erradicar a todas aquellas familias que están en muy, pero muy malas condiciones viviendo a la vera del Riachuelo.

– ¿Qué hay sobre la urbanización de villas?

– Desde el sector político tenemos muchas quejas; yo haría un detalle de cada cosa en particular, porque muchas veces los títulos grandilocuentes esconden grandes falacias. Puedo decir que si algo ocurre en alguna zona, es atraso. Mucho de ello a costo nuestro, por la manera en comunicar. Hay una población que una vez resuelta su situación no sale a gritar “gracias Macri”. Sí tenemos activistas políticos que cada vez que algo se demora o que se vienen acumulando situaciones sociales de emergencia, tienen una actividad muy política, pero que sólo ocurre en la Legislatura. Como presidente de la Comisión de Vivienda y en virtud de la línea de trabajo que se realiza en la zona sur, estoy muy orgullosa de la gestión que se viene desarrollando. Sabiendo que falta mucho, pero con plena conciencia de una deuda que viene de mucho tiempo atrás, y conciente de que no hay magia. Hay que trabajar intensamente desde la gestión, manejando con inteligencia los recursos, con reflejos en el ordenamiento de las prioridades, es decir la construcción de viviendas hoy no es prioridad, porque no hay recursos, por lo tanto no hay posibilidades. Ahora en cambio hay complejos habitacionales a los que hay que mantener y regularizar el dominio para la población.

– ¿Cómo se compone el déficit habitacional porteño?

– El déficit habitacional es real; allí incluimos todas las situaciones de los habitantes de la ciudad: desde los que viven en zonas muy vulnerables, con dificultades grandes para el acceso a créditos, a quienes les resulta difícil el acceso a viviendas sociales, y también a la gente de clase media que enfrenta severas dificultades para ingresar al circuito crediticio y cuya intención es vivir en una determinada zona con su grupo familiar. A ello hay que agregarle toda la demás gente que alquila todo tipo de viviendas. Nosotros lo que planteamos es: prioridad zona sur. Es lo que hicimos desde el primer día de gestión, llevando o acercando todo tipo de servicios del Estado o que brinda el Estado y asimismo haciendo un panorama sobre la situación general de la ciudad con las particularidades de cada barrio.

– Según las cifras, la Ciudad aporta a la Nación un 25 por ciento de los ingresos a las arcas nacionales. ¿Cómo es que no hay fondos para construir?

– Bueno, desde esa perspectiva tendríamos que hablar de Telerman, Ibarra, Bouer o Domínguez, que son intendentes que fueron bajando los recursos puestos en la construcción de viviendas; de eso se trata. La construcción sale cara, la tierra en la ciudad tiene precio elevado, y año a año, se ha fue incrementando el número de esta población que requiere de soluciones para su problema habitacional.

– ¿Cuales serían las prioridades para el segundo mandato de Macri en materia habitacional?

– La regularización dominial de todas las construcciones realizadas o terminadas hasta ahora y en las que no se entregó la correspondiente escritura; también estamos trabajando con el Banco Ciudad, con el propósito de lanzar una línea de créditos hipotecarios, de manera que sean muy accesibles, por sobre todo para la población más vulnerable con el objeto de lograr que surja en la zona sur un movimiento inmobiliario y luego todo lo que se refiere a urbanización de villas.