Nadie lo anunció, pero se comenzó a implementar. Se trata de un nuevo sistema de control de salida del país en Ezeiza, Aeroparque Metropolitano y la terminal de Buquebus, que se basa en las huellas dactilares de cada individuo y una fotografía que se saca en el momento, además del escaneo del DNI o pasaporte, según el destino.

Sin ningún tipo de información, el sistema se comenzó a implementar ni bien se anunció el acuerdo de intercambio de información fiscal con el Uruguay.

Fuentes oficiales consultadas por este tema admitieron que “es un método de control más sofisticado, es por un tema de seguridad y además de la posibilidad de entrecruzar información”.

“Sin dudas que eso va a permitir ver quiénes viajaron al exterior, a qué destino, y a su vez cruzarlo con los gastos de esa persona afuera y la compra de dólares que hizo en el mercado local”, resaltó el funcionario.

Desde las empresas de transporte, tanto aéreas como fluviales, se han quejado con ganas.

“Esta medida en realidad es para controlar a ver quién viaja y saca plata del país. El punto es que nos está complicando notablemente el embarque sin dudas”, aseguró.

Entre los empresarios este tema empezó a generar gran preocupación. Un importante dirigente empresario aseguró que “es inédito que un país sea tan puntilloso con la salida de gente, cuando en realidad los controles estrictos se hacen esencialmente al arribo de personas a una nación”.

Preocupante advertencia

A todo esto, otros dirigentes empresarios han formulados advertencias más serias.

“La cosa así tal como está, no va; vamos mal y vamos a estar peor si no corregimos pronto el actual rumbo del país”, fue la frase de uno de los importantes dirigentes de la Unión Industrial Argentina.

Los hombres de la central fabril resaltaron que el clima de negocios ha empeorado notablemente en estos últimos dos meses. “La desprolijidad absoluta con respecto a YPF ha sido el punto culminante para mucha gente que había pensado en algún momento invertir o hacer negocios y que finalmente optó por dar un paso al costado”, puntualizó el hombre de la UIA.

De allí que los popes de la industria están advirtiendo que se empiezan a reorientar cada vez más inversiones hacia los países limítrofes y que finalmente no vienen a la Argentina.

“Hay muchos que no ven bien la cosa, tienen experiencia de los vaivenes de la Argentina y optan entonces por hacer negocios en Brasil, en Chile o mismo en Uruguay, a pesar de ser un país pequeño”, agregó el mismo dirigente.

El Gobierno está concentrado cada vez más en controlar, en restringir, en cerrar. Cabe una pregunta: ¿Esa no es también otra forma de ajustar, de realizar un ajuste?