Un rato antes de la votación en Diputados sobre un proyecto para facilitar el acceso al conocimiento científico, la santiagueña Norma Abdala de Matarazzo -quien en ese momento presidía la sesión- pidió a los diputados ocupar sus bancas. Pero cuando el último orador del tema terminó su discurso, aún no había quórum. La chicharra comenzó a sonar de inmediato y se mantuvo durante más o menos… diez minutos. Parece que los diputados se habían tomado su tiempo para merodear por los pasillos, como suelen hacer. Lo cierto es que los legisladores ya no sabían qué más decir para estirar el tiempo. Finalmente, Julián Domínguez tomó el lugar de Matarazzo y el Cuerpo llegó al quórum. Y eso que había avisado…