Por Carla Froy

Con la impronta humorística cordobesa, el senador Luis Juez (Frente Cívico) se mostró a favor sobre las intenciones de “comenzar a pensar en pesos”, como se impulsa desde la gestión oficial, pero consideró que las medidas deben ser tomadas con mayor “prudencia”. En este sentido, explicó a Parlamentario: “Cuando el Estado actúa de esta manera espasmódica, desordenada, descoordinada e irracional siempre los grupos económicos se terminan beneficiando”.

Con respecto a la tensión que generan en la sociedad las recientes medidas cambiarias y la consecuente autoconvocatoria por las vías sociales, el senador del Frente Cívico consideró: “Muchos de los que agarraron la cacerola ahora son los que votaron a Cristina” y pidió la construcción de un espacio alternativo para fomentar una conciencia política en la sociedad.

“La crisis en el interior es durísima”, manifestó y se quejó de las consecuencias negativas que traen el cierre de las importaciones especialmente sobre la industria cordobesa. Además, denunció la “corrupción” en la gestión de Juan Manuel de la Sota. Frente a los rumores por la emisión de cuasimoneda, Juez aseguró que el actual gobernador no está dispuesto a pagar ese precio político por sus aspiraciones a 2015.

Conciso y directo, consideró que los ciudadanos tienen “aversión por las normas” y que se necesitan “reglas claras” para fortalecer la seguridad jurídica. “¿Qué jodidos que somos los argentinos, no?”, concluyó con soltura.

– ¿Qué opina de la supuesta pesificación que se impulsa con la reforma del Código Civil y Comercial?

– Me parece una medida increíblemente importante. Pero el Gobierno, para poder hablar de pesificación debe tomar algunas decisiones. Primero: no puede haber contrato en dólares entre el Estado nacional y el provincial. Además, no se puede hablar de pesificación si no tenemos un elemento que mida la estadística argentina en forma creíble y aceptada por todos los sectores.

– ¿A qué se debe esta resistencia por parte de la sociedad en cuanto al peso?

– La mirada económica de los argentinos siempre ha estado atada al dólar, y se debe romper con esta cultura. De hecho, tuvimos durante diez años un programa de convertibilidad, mentira que culminó en que los ahorros de los argentinos se los terminará llevando la patria financiera. El país debe aferrarse y anclarse a su moneda, pero tendrá que hacer muchas modificaciones para que el valor del peso sea sólido.

– Las restricciones al dólar, ¿ayudan a pensar en pesos o alientan la esquizofrenia social?

– Por supuesto que alienta esta locura de creer que se acabaron los dólares. Con un dólar sos Gardel y quien no lo consigue es un muerto que se ha quedado afuera del sistema financiero. Hay que manejarse con más prudencia. Estas medidas son tomadas con semejante nivel de torpeza y lo único que han logrado es una terrible fuga de capitales, un terrible mercado negro que permite que muchos pícaros hagan sus grandes negocios… Cuando el Estado actúa de esta manera espasmódica, desordenada, descoordinada e irracional siempre los grupos económicos se terminan beneficiando.

– ¿Qué medidas deberían tomarse para fortalecer la seguridad jurídica y generar inversiones?

– La mejor forma de evitar la fuga de capitales es dándole garantías a las reglas de juego. En una Argentina donde no hay cumplimiento de la ley ni apego a las disposiciones legales, termina ganando el especulador que piensa para qué voy a pagar los impuestos si puedo pagarlos de una sola vez. Este es el concepto del argentino: siempre va a haber una exención a la ley y aquel que cumplió con todo quedó como un tonto. Los argentinos no somos serios porque tenemos aversión al cumplimiento de las normas.

– Se presume que este cepo al dólar junto con la Reforma a la Carta Orgánica del BCRA es para recaudar dinero y poder cancelar los Boden 12.

– Y que lo digan, más si este año tenemos vencimiento por 12 mil millones de dólares. De esa manera, las personas van a comprender por qué el Gobierno está atesorando dólares. Pero no dicen nada y cuando alguien quiere sacar dólares no lo autorizan en el banco. ¿Por qué mentir? ¿Para qué decir que no hay un cepo al dólar si no se puede acceder a la compra? Este es un Gobierno que se acostumbró a no explicar nada, porque cree que como la gente lo votó masivamente tienen derecho a hacer cualquier locura. Los tipos te construyen un relato que lo convierten en oficial, y lo pasan a un relato único y oficial que se consagra como la verdad. Entonces, es muy difícil aceptar el combo como viene. No hay posibilidades de disenso y eso a la larga termina quitándole credibilidad.

– El fastidio de un sector de la sociedad se expresó con los cacerolazos, ¿qué lectura hace al respecto?

– Muchos de los que agarraron la cacerola ahora son los que votaron a Cristina, que hace ocho meses atrás no tenían ningún problema mientras no nos toque el dólar. Son los mismos que en el 2001 decían “que se vayan todos”, no se fue nadie y siguieron votando a la misma dirigencia política hasta la fecha. Yo construí un partido político que se llama Frente Cívico a partir del “que se vayan todos”. Hoy muchas veces me siento ridículo hablando de estas cosas. La falta de credibilidad, de valores, la corrupción y el desapego de los políticos por su cumplimiento de la palabra empeñada fueron los motivos que nos pusieron en la calle. Actualmente, eso está más vigente que nunca. Sin embargo, toda la dirigencia política en el interior provincial son los mismos que en el 2001: los mismos tipos que saquearon el Estado, que destruyeron la fe pública y esfumaron el compromiso de los partidos políticos. ¿Qué jodido que somos los argentinos no?

– Entonces, ¿qué se debería hacer?

– Creo que en vez de desfondar la cacerola pegándole con la cuchara, se debe invertir el tiempo en construir ciudadanía política y credibilidad y una opción alternativa al Gobierno nacional, que no se fabrica con la cacerola, sino con perseverancia. Siempre me robaron los mismos ladrones, pero la sigo peleando porque ésta es una lucha. Acá no hay lugares para escabullirse ni atajos. En lugar de perder la paciencia, la sociedad tiene que ganar en calidad institucional.

– ¿Cómo pega la crisis en el interior?

– Es durísimo: el costo de vida es altísimo, la desocupación es alarmante, la pobreza es increíble… No sé si Moreno no se da cuenta, pero hay un montón de empresas que han dejado de producir o están suspendiendo trabajadores por la falta de insumos que son consecuencia de las trabas a las importaciones. Córdoba es una provincia muy industrial que tiene una vinculación directa con Brasil. Hoy no podemos terminar piezas de automóviles por el tema de las importaciones y eso le ata las manos a un montón de empresarios. Por otra parte, la salud en el interior no existe. De hecho está el ejemplo del hijo de la presidenta que no se pudo atender en su provincia por el problema de la rodilla. Eso demuestra la falta de confianza en los institutos sanitarios provinciales porque el área está destruida.

– Se ha dicho que Córdoba tiene problemas para pagar el aguinaldo y que podría llegar a emitir cuasimoneda, ¿es cierto eso?

– Córdoba va a pagar el aguinaldo, pero el problema es la extrema corrupción. Es cierto que la Nación le debe plata a la Provincia, pero la administración provincial ha hecho todos los desastres económicos y financieros que puede hacer un gobernador: se ha endeudado, ha tomado créditos carísimos con tasas de intereses usurarias, ha ejecutado obras públicas costosísimas con terrible sobreprecios… Córdoba está al borde de la emisión de la cuasimoneda, pero como Juan Manuel de la Sota es un gran especulador y no va a ser el primer gobernador en tomar esa decisión económica. Él está esperando que se caiga Cristina y que tropiece Scioli y así abrirse una avenida hacia 2015, mostrándose como un gobernador eficiente. No va a pagar el costo político en ser la primera provincia en pagar con cuasimoneda.