Lo lindo de la Democracia es que todas las ideas y posiciones políticas conviven en un marco de respeto y tolerancia. La confrontación de ideas y propuestas es parte de su naturaleza y riqueza. La libertad es su condición ineludible de existencia. En última instancia queda en manos de la mayoría la responsabilidad de formar el gobierno de turno.

La lucha política lleva a utilizar algunos ardides para sacar ventaja al competidor. Los ejemplos son tantos que no viene al caso hacer una recopilación. Cada uno usa el que le conviene. Es natural.

Así uno de los más difundidos fue el que uso el gobierno nacional, su militancia y todo su aparato de difusión para castigar a Proyecto Sur: “le hace el juego a la derecha”. La situación resultaba paradójica: ¿Cómo explicar que el crecimiento de una fuerza a la izquierda del gobierno “le hace el juego a la derecha”?

La realidad es distinta. Si crecen fuerzas de izquierda, el espectro político se corre a la izquierda, cambia la agenda, pierde espacio la derecha y se abren mejores posibilidades para el cambio.

Cuando el gobierno apunta sus cañones contra Proyecto Sur, para debilitarlo, claramente le está diciendo a la derecha: entren ustedes en acción que nos sentimos más cómodos discutiendo y confrontando con Macri que con Pino Solanas. “Le hace el juego a la derecha”.

En mi opinión, cuando el PJ habla de izquierda o derecha, no lo hace por un posicionamiento ideológico, sino en función a mantener en sus manos la dirección del Estado. Por eso puede resultar ociosa esta reducción de ubicar a cada uno en un lugar del espectro político. Más como toda reflexión puede proyectar un poco de luz, me tomo el trabajo de continuar con estas líneas.

Aunque a todas luces he militado toda la vida por el socialismo y soy un tipo de izquierda, nunca me gustó demasiado el etiquetamiento. En principio porque me dice muy poco.

Siempre “alguien” esta en un punto del arco en relación a “otro”. Y esto puede llevar a horrendos equívocos. Hace muchos años mis oídos oían lo impensado: frente a los pinochetistas había que respaldar a los militares democráticos. ¿Dónde se les ocurre a ustedes que estaban los militares democráticos? Si, lo descubrieron, a la izquierda de los pinochetistas. ¿Quiénes eran? Videla, Suarez Mason, etc. Una vergüenza.

En tiempos mejores Alfonsín estaba a la izquierda de De La Rua. Duhalde a la izquierda de Menem. De La Rua a la izquierda de Menem. Y Cristina a la izquierda de Duhalde. En fin, el galimatías podría seguir hasta generalizar la confusión.

Confusión que llevó a que muchos izquierdistas, centro-izquierdistas y progresistas, terminaran encolumnándose detrás de Fernando De La Ruina. Ahí se los ve a Chacho Álvarez, Nilda Garré, Martín Sabbatella, Débora Giorgi, y tantos otros. Hoy todos ellos kirchneristas. En cambio los Kirchner no se equivocaron, respaldaron a Duhalde. Que no queda muy claro si estaba a la izquierda o a la derecha de De La Rua. Pero si sabemos que en el 99 quedó por atrás y en el 2002 por adelante. La línea del tiempo genera erupciones cambiantes, como vemos.

En esta línea también es interesante marcar la evolución o involución de las personas. Aunque entiendo que nadie puede ser juez en esta cuestión y menos yo que soy parte interesada, me animo a tirar algunos juicios. Ejemplo 1: si usted acompañó más de una década a Menem, la entrega del patrimonio nacional y la subordinación al consenso de Washington; y hoy es kirchnerista, usted evolucionó. Se corrió de la derecha al centroizquierda. Ejemplo 2: si en cambio usted militó en un Partido izquierda, hizo suyo el sueño del Hombre Nuevo y creyó que ya era hora de dar por tierra con el capitalismo; y hoy es kirchnerista, usted involucionó. Se corrió de la izquierda al centroizquierda. No tomen estas líneas tan en serio. ¿Todo es relativo?

Fíjense por caso mi situación particular. Siento por el gobierno una cierta simpatía en torno a algunas tímidas medidas populares que tomo. Pero a diferencia de lo que dije en el ejemplo anterior y entendiendo que la mayoría de la gente ubica al gobierno en el centroizquierda, yo lo ubico en el centroderecha. Epa!!!!

Es más. Yo creo que en la Argentina hay una derecha desagradecida.

¿Quién de todos ellos iba a parar a los indios cabreros desatados en diciembre de 2001 después del derrumbe de la orgía liberal?

Si por oligarquía se entiende el gobierno de unos pocos ¿puede la derecha decir cuanto más podría restringir el mundillo de las decisiones, sin darle intervención al pueblo?

Si por plutocracia se entiende el gobierno de los ricos ¿Puede la derecha decir con cuantos cuadros cuenta en capacidad de gobernar que pueda declarar un patrimonio mayor a los 70 millones de pesos?

Si la derecha estructural de las últimas décadas, en sentido estricto, se encarna en el Capital Financiero. ¿Quién de la derecha podría haberles hecho ganar más plata a los bancos que este gobierno en los últimos 10 años?

Si algo ilegal, ilegítimo, espurio, fraudulento, inmoral y colonial hay en este país es la deuda externa ¿Quién la hubiera pagado sin chistar, sin investigar, sin pasar por el Congreso, sin consultar al Pueblo?

¿Qué derechista habría mantenido la paz social, la estabilidad en el poder político, los negocios a diestra y siniestra, ganancias superlativas, concentración de la riqueza y la fuga de capitales?

¿Quién de todos ellos habría encolumnado en la línea sucesoria a Daniel Scioli, José Manuel de la Sota, Jorge Capitanich, José Alperovich, Juan Manuel Urtubey, José Luis Gioja, entre otros? ¿No cabe el dicho: “dime quiénes son tus sucesores y te diré quién eres”?

¿Acaso el Imperialismo no le dio a la Argentina el papel de apéndice agro-minero de las potencias hegemónicas? ¿No le asignó el rol de proveedor incondicional de bienes primarios y recursos naturales, con el libre acceso a los mismos? ¿Cree alguien que estamos en el G20 porque somos una potencia tecnológica? ¿No se observa la lógica comunión entre Monsanto y la Barrick Gold? ¿Puede tener el tupé algún derechista de decir que ellos hubieran cumplido mejor la voluntad del amo que este gobierno?

¿Qué tienen de que quejarse? Si. Es cierto. El gobierno cortó el negociado de las AFJP, recuperó Aerolíneas Argentinas, el 51% de YPF, abrió las paritarias, mantuvo una política de derechos humanos que permitió avanzar sobre los responsables del terrorismo de Estado (no denunció el rol del imperio, desde luego), mejoró nuestras relaciones en América latina. Además, quiero creer que por derechistas que sean no se quejaran de la Asignación Universal por Hijo. Pero, insisto, deben ser agradecidos porque mantuvieron el núcleo de sus negocios después del desastre que hicieron desde mediados del 70 en adelante.

¿Qué hay capitalismo de amigos? ¿Qué los que nos gobiernan participaron mayoritariamente del festín neo-colonial de los 90 junto a ellos? Más a mi favor. Si ya compartieron un espacio ¿Por qué van a pelearse ahora por chiquitajes?

Mañana Biolcatti va a seguir con el lamento eterno de la Sociedad Rural. Que la disponibilidad de dólares, que el tipo de cambio, que las retenciones, que la presión tributaria……¿Tiene conciencia Biolcatti que los salvaron del abismo?

Más o menos agradecida, más o menos quejosa, todo demuestra que a la derecha del gobierno hay vida, hay un espacio, hay poder y hay votos. Y que por eso digo al gobierno lo veo de centroderecha y no de derecha.

Por cierto existiendo a la izquierda del gobierno vida, un espacio, organizaciones del campo del pueblo y votos, “la derecha” ve al gobierno como populista, con aires progresistas, de centroizquierda y olfatea el peligro. Por eso pretende neutralizarlo ya en aquello que afecte sus negocios y después reemplazarlo. Ahí hay una contradicción. Es cierto.

Pero no es de fondo. Si se expresa a través de Clarín, bueno es decirlo, los dos tienen una mirada neo-desarrollista. Lo más avanzado del gobierno, Mercedes Marcó Del Pont, puede dar cuenta de ello.

En fin. Queda claro que en el espectro relativo de izquierda y derecha hay lucha. Pero no es la única dimensión y cualquier análisis resultaría muy pobre si se redujera a ella. También se mueven en el campo de las confrontaciones: los intereses del Imperio y la Nación, la toma de decisiones elitista y la Democracia participativa, los negocios mineros, forestales y agrarios contaminantes y la defensa de la salud pública y el ambiente, los negocios privados a costa del Estado y la Ética pública, las fuerzas conservadoras del pasado y las fuerzas transformadoras del porvenir. Claro, respondiendo al interrogante del título, no creo que en esta lucha todo sea relativo.

Creo en el compromiso con la vida, con la justicia, con la soberanía, con la democracia, con la ética y con el futuro. Y con estos valores, señor, señora, compañero, compañera, el mayor compromiso lo veo a la izquierda del dial.

Mario Mazzitelli es secretario general del Partido Socialista Auténtico (PSA)