Ojo por ojo, diente por diente, pareció ser la consigna K de este miércoles, ya que tras recibir la visita de legisladores opositores al penal de Ezeiza para corroborar el tema de las salidas de presos, el ministro de Justicia, Julio Alak, se desplazó al hospital de salud mental Borda a fin de analizar las denuncias que penden sobre dicho nosocomio.

En ese marco, cuestionó al jefe de Gobierno porteño, instándolo a “invertir los recursos que la Ciudad tiene de sobra para revertir el estado deplorable en que se encuentra el hospital de salud mental Borda y la denigrante situación de abandono de los pacientes”.

“Macri administra un distrito con el segundo ingreso per cápita en términos de recaudación, tiene todas las necesidades de infraestructura satisfechas desde hace décadas y es subsidiado por el gobierno federal en la mayoría de sus servicios, lo que significa que no se trata de un problema presupuestario sino de un nivel de desidia escandaloso en materia de salud”, enfatizó Alak.

El ministro concurrió acompañado por los legisladores porteños del kirchnerismo Juan Cabandié, Gabriela Alegre, Alejandro Amor y Tito Nenna más el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda, quienes cuestionaron el “deterioro” de la salud pública en la ciudad y advirtieron que hay un “atropello a los derechos humanos” en los hospitales públicos.

El titular del bloque K de la Legislatura señaló que el Borda, como el Moyano y el Tobar García “son ejemplos del deterioro de la salud pública en la ciudad de Buenos Aires”, y remarcó que “es un problema estructural; estamos hablando de falta de médicos y de un cierre de camas producto de haber desmantelado la salud pública”.

“Ya que están preocupados por las cárceles”, los diputados nacionales opositores Patricia Bullrich y Federico Pinedo “deberían recorrer esos hospitales, donde acontecen graves violaciones a los derechos humanos y a la calidad de vida de los pacientes”, dijo Cabandié.