Otro 17 de agosto, nos encuentra recordando al Padre de la Patria, el General José de San Martín. El libertador de América, jugó su vida en la batalla por la soberanía nacional, empeñó siempre su espada contra el colonialismo y la opresión de la Corona Ibérica, configuró las fronteras del territorio que se convertiría en la Argentina, sin derramar sangre criolla. Pese a que desde Buenos Aires presionaron para que ponga el Ejército Libertador al servicio de las facciones internas y combata el federalismo del litoral, este excepcional militar siguió guerreando contra la España medieval, porque San Martín no sólo desterró sus tropas de América, sino que también intentó hacerlo con las ideas arcaicas que acarreaba la colonia. Después vino Rivadavia, el empréstito con la Baring Brothers, las relaciones de dependencia comercial con Gran Bretaña, en fin, la historia que todos conocemos. Pero de la cual, a nuestro primer patriota no puede objetársele nada.

Otro elemento fundamental al que le debemos prestar especial atención en estos nuevos tiempos que corren en América Latina, es al proyecto político latinoamericanista que San Martín intentó forjar en el continente. Junto a Bolívar gestaron la revolución y cortaron los lazos más nítidos de la dependencia con España; pero sus ambiciones trascendían a las victorias con el enemigo colonial, postulaban una América Latina unida, creían en la Patria Grande. No es casual que la historiografía mitrista se empecinó en ocultarlo. Se usó al heroico guerrero-militar y se desechó al San Martín político, probablemente sus ideales eran peligrosos para la hegemonía unitaria porteña de aquél entonces.

Pero si la historia nos ha enseñado algo, es que somos débiles en la soledad. No es casualidad que estos 9 años de crecimiento los hayamos logrado acompañados de nuestros vecinos sudamericanos, que más que socios comerciales son compañeros de ruta. El No al ALCA, impulsado y gestado por Néstor Kirchner, fue el puntapié inicial para la reconstrucción de esta patria sudamericana, esta patria de los pueblos hermanos, en contraposición a la de las minorías oligárquicas asociadas con los intereses foráneos.

En este nuevo aniversario del fallecimiento de San Martín, rindo homenaje a sus ideales políticos, a esa Patria Grande que con Bolívar quisieron concretar hace dos siglos. Porque cómo argumentaba Jauretche “debemos ver el mundo desde aquí”, sabiendo que siempre fuimos, somos y seremos latinoamericanos; sólo luchando por y para nuestros pueblos es cómo debemos rendirle homenaje a nuestro libertador.

Silvina García Larraburu es Diputada Nacional.