Se entiende en el ámbito diplomático que mantener vacante una embajada es leída por el país de destino como un mensaje de enfriamiento de los vínculos. Es así que el diputado Alberto Asseff (Frente Peronista) solicitó al Gobierno nacional que informe al Congreso si las dieciocho embajadas argentinas en diversos países del mundo, actualmente sin jefe de misión, serán cubiertas a la brevedad y asimismo el motivo por el cual se ha producido esta situación excepcional de tantas representaciones vacantes.

Se trata de las embajadas ante la Organización de las Naciones Unidas, la Unión Europea, Paraguay, Suiza, Holanda, Suecia, Nigeria, Marruecos, Argelia, Portugal, Canadá, Kenya, Libia, Jamaica, Serbia, entre otras, que según indicó Asseff “están a cargo de encargados de negocios”.

“Según trascendidos confiables se estaría produciendo en el seno de nuestra Cancillería un recambio generacional. Ello siempre es bienvenido pero a condición que la mutación no sea ni abrupta ni traumática”, manifestó el legislador bonaerense.

Por otra parte, Asseff señaló que los nuevos funcionarios ostentarían “más condiciones políticas que profesionales”. “Es correcto y plausible que un diplomático argentino incorpore el conocimiento de la política pues es parte de su bagaje. Ello lo enriquece y sustenta el ejercicio de la representación del país. Empero, si de política se transita a polítización sectaria, lo benéfico deviene en pernicioso. La Argentina requiere eximios diplomáticos, altamente preparados. Pero ni necesita ni quiere que la representen sectarios”, advirtió el peronista.