Otra vez el gobierno de la ciudad muestra de manera clara y sin lugar a dudas un profundo desprecio por la opinión libre y democrática de las comunidades educativas. Hace quince días inauguraron el 0800BUCHON, que convocaba a delatar a los maestros y estudiantes porteños con la excusa de que en las escuelas no se puede hacer política. Lo que no se debe hacer es proselitismo partidario en horario escolar. Pero el hecho educativo es político, la enseñanza, el aprendizaje es política. Todo conocimiento es político.

Este lunes nos encontramos con la separación del cargo de todo un equipo directivo, de las maestras de 6º y 7º grado, del maestro bibliotecario y de un auxiliar, de una escuela de Monte Castro. Esta es una nueva arbitrariedad en las políticas educativas de la Ciudad. Esta medida extrema tomada por el Ministerio, basada en la supuesta defensa de los chicos de la escuela, no es más que un llamado de atención que pretende ser aleccionador hacia todos los docentes, para que nadie en la escuela manifieste lo que piensa. Las escuelas y el estatuto del Docente, tienen canales institucionales para cuando un docente comete una falta (si es que en este caso se cometió), que son las llamadas de atención o apercibimiento, las notas en los cuadernos de actuación docente, la baja en la nota de desempeño docente, etc. La separación de 6 docentes por una representación, fuera del horario escolar, con autorizaciones escritas de los padres, jamás debería ser sancionada con la separación del cargo. Lo que acá está planteando el Ministro Bullrich, es que no se puede “hacer política” en la escuela. Desde la llegada de la democracia, jamás se había separado de su cargo a todo un equipo directivo, a tres docentes y un auxiliar por una representación. Esta medida extrema es tomada sólo cuando hay denuncias por abuso o maltrato, o cuando se comprueban robos o irregularidades administrativas serias. El sumario o investigación de lo acontecido en el mes de marzo, cuando estos maestros le contaban a los chicos de la escuela, a través de una representación, que el ministerio de Educación pretendía cerrar 245 grados de la escuela pública, tendría que realizarse con los docentes en sus cargos. Argumentan que protegen a los chicos de la escuela. Pero en realidad el Ministerio no está velando por los niños y niñas de la escuela, les está diciendo: “el que piensa, pierde”, “el que se manifiesta en contra de lo que no le gusta a la autoridad, será castigado”, “Niños, no se quejen, porque si lo hacen serán sacados de al lado de sus compañeros y de donde eligieron para estudiar”.

Nuevamente nos encontramos ante una desmedida respuesta disciplinadora del pensar. ¿No hubiera sido más sencillo acercarse a la escuela y replantear con el diálogo las actividades propuestas dentro de la escuela? Los maestros enseñan y aprenden con su práctica a diario. Pareciera que el ministerio de Educación sigue sin aprender.

Laura García Tuñón.

Docente y miembro de la Comisión de Educación