– ¿Qué opina sobre el debate del voto a los 16?

– Estoy absolutamente convencido de que al Gobierno no lo mueve la vocación de ampliar los derechos. No podemos discutir la posibilidad optativa de votar a los 16 de manera descontextualizada: hay intentos muy fuertes de reinstalar la reelección indefinida y situaciones concretas de adoctrinamiento ideológico en los colegios. Además, se trata de mirar un poco la historia porque hace muy pocos años hemos aprobado una reforma política y electoral primaria y no se discutió la necesidad de ampliar derechos.

– ¿Cuál es la posición del radicalismo?

– Hay que tener en cuenta que cuando un debate no nace ni del seno de la sociedad ni de los propios jóvenes, porque tampoco no se ha originado en los claustros estudiantiles y universitarios y en los colegios secundarios hay una fuerte especulación menor. Independientemente de estas razones ocultas y de las palabras que caen muy bien, nosotros vamos a dar el debate de manera responsable en el contexto de las audiencias y la decisión que el partido adopte será de forma orgánica, discutiendo con la Franja Morada y con la Juventud radical.

– De convertirse en ley, ¿qué estrategias serían necesarias para captar al sector joven?

-Independientemente de la masa crítica, creo que eso es a lo que apunta el kirchnerismo: está absolutamente aturdido por perseguir la misión imposible de establecer la monarquía electiva en el país. Más allá de a quién beneficia, hay que ver los objetivos concretos a largo plazo para sancionar una ley de estas características. A mí no me preocupa el mensaje a los tres millones de chicos, acá tenemos que discutir si están dadas las condiciones, si el debate es puro como para ampliar derechos de manera integral y no especulativamente.

– ¿Está de acuerdo con el voto a los extranjeros?

– A simple vista, no estoy de acuerdo. Pero como el senador Aníbal Fernández reconoció que se prestan a confusión ambos proyectos y hay que esperar una redacción definitiva, veremos con cuál nos quedamos.