El presidente del bloque de diputados nacionales de a UCR, Ricardo Gil Lavedra, le envió una carta al director ejecutivo de Canal 7, Martín Bonavetti, para solicitarle que se rectifique y aclare la información errónea sobre Ana Guzzetti.

Sucede que dicha periodista fue recordada en la emisión del 26 de septiembre del programa 6, 7, 8, de la TV Pública, a través de un intercambio entre el panelista Orlando Barone y la invitada Gabriela Cerruti. En ese intercambio, Barone estaba justificando la actitud presidencial de negarse a conceder conferencias de prensa, contando un episodio del que fue testigo, en el que durante una rueda de prensa Guzzetti le hizo un planteo al entonces presidente Juan Domingo Perón, quien se mostró entonces muy molesto y le pidió que respaldara con pruebas sus afirmaciones. Fue entonces que Cerruti lo interrumpió, advirtiéndole que la periodista de la que estaba hablando había desaparecido después de ese episodio.

En medio del revuelo generado en las redes sociales, más tarde la diputada Cerruti aclaró que en realidad, Ana Guzzetti había sido detenida y torturada, pero había sobrevivido.

En su carta, Gil Lavedra reclama a Martín Bonavetti “se proceda a rectificar y aclarar debidamente la información errónea dada a conocer al público, sobre la vida y trabajo de la periodista Ana Guzzetti, y de las represalias sufridas por ella en virtud de su ejercicio del periodismo. En particular, en torno a la entrevista en la que ella interrogara a Juan Domingo Perón acerca de la existencia de grupos parapoliciales en 1974, sobre las acciones judiciales emprendidas contra ella y contra el diario El Mundo y acerca de los hechos criminales de los que más tarde la periodista fue víctima”.

Advierte Gil Lavedra que “la información propalada fue groseramente manipulada por el panelista Barone, quien minimizó la trascendencia de un suceso de innegable contenido histórico e interés público para darle, en cambio, una interpretación burdamente malversada. Nadie resaltó, tampoco, el carácter de crímenes contra la humanidad de los actos cometidos por la temible Triple A, al amparo del poder político de entonces. Con buen tino, la periodista Gabriela Cerruti intentó marcar lo infeliz de la alusión del panelista y destacó la importancia del suceso, pero el conductor Luciano Galende, lamentablemente, eligió dirigir pronto la atención a otros asuntos, ante el silencio de Barone”.

De tal forma, un programa central en la estructura de la programación de la televisión pública ofreció, remarca el diputado radical, “una reconstrucción repudiable de un hecho histórico y la pantalla pública, lejos de haber servido de vehículo de formación y de construcción de ciudadanía, se destinó a propalar una reconstrucción histórica y una interpretación de sucesos criminales absolutamente reñidos con los principios de la democracia”.

“A fin de enmendar la situación, en consecuencia, le solicito que arbitre los medios que sean de su competencia para que se rectifiquen y se aclaren los extremos aludidos, a fin de ofrecer correctamente a la sociedad argentina este ejemplo paradigmático sobre el rol del periodista en la democracia y en la dictadura que constituye la vida y trabajo de la periodista Ana Guzzetti”, puntualiza la nota de Gil Lavedra.