Por Carolina Ramos

Con la mente puesta en un futuro no tan lejano, Graciela Ocaña está dispuesta a disputar el contundente liderazgo macrista en la Ciudad de Buenos Aires. En ese horizonte, la “hormiguita” no se achica y, junto al legislador porteño Daniel Amoroso, decidió encabezar un nuevo partido político, denominado Confianza Pública. Ya sea desde la Cámara de Diputados o desde el Senado, la exministra de Salud de Cristina Fernández quiere evitar las divisiones y “aportar ideas” para vivir “cada vez un poco mejor”.

En una charla con Semanario Parlamentario, la diputada asegura que no tiene problema en “conversar con otros espacios” y confirma la buena relación que mantiene con los integrantes de la fórmula electoral Udeso, que la llevó al Congreso para luego disolverse. “Uno no se puede enamorar de sus ideas, sino que tiene que tratar de congeniar”, sostiene.

– Cuénteme de esta nueva fuerza política que encara junto al legislador Daniel Amoroso, ¿de qué se trata?, ¿qué fue lo que los motivó a impulsarla?, ¿cómo se perfilan para las próximas elecciones?

– Yo tengo un sueño, que es gobernar la Ciudad de Buenos Aires; creo que es una Ciudad que tiene todas las posibilidades que una Ciudad necesita para tener una calidad de vida excelente, desde los recursos humanos, sus vecinos, la diversidad, su presupuesto; una Ciudad que a través de los años ha construido una historia propia, y creo que puede ser una representación clara de lo que es la Argentina. En ese sentido, trabajamos con Daniel (Amoroso), básicamente, en poder construir un espacio que dé cuenta de muchas de las demandas que los ciudadanos tienen, como la inseguridad, el transporte, la mejor utilización de los espacios públicos: la posibilidad de vivir en una Ciudad mejor. Nuestra idea es tratar de juntar, en esta Argentina donde se ven continuamente muchas divisiones. Lo que nosotros proponemos es aportar ideas, porque más allá de este sueño que comentaba al principio, yo tengo otro, que es el más importante: vivir en una Argentina mejor, con una mayor calidad institucional, con políticas de Estado; un país donde más allá de estar en el oficialismo o la oposición, se pueda discutir e integrar estas cuestiones, que son las que cambian la vida de la gente.

– ¿Están abiertos al diálogo con otras fuerzas políticas?

– Más allá de las discusiones o diferencias, me parece que lo que tiene que prevalecer son los consensos, sobre todo en algunas áreas, como el transporte, donde hay que hacer una fuerte inversión; la salud, donde deben articularse esfuerzos con la zona Metropolitana; trabajar para mejorar la calidad educativa. Nosotros estamos dispuestos a dar la discusión, porque no es un tema de unos contra otros, sino de qué modelo de país o de Ciudad queremos, y aportar en ese marco las ideas y el trabajo que estamos haciendo en conjunto.

– ¿Cómo se explica este pase de la Provincia a la Ciudad?

– Yo tengo domicilio en la Ciudad de Buenos Aires, incluso voté allí en las últimas elecciones. Asumí como diputada por la Provincia. Desde que salí de la función pública, hace poco más de tres años, yo no tenía fuerza política, ni estaba afiliada a ningún partido, hasta ahora que decidimos construir este espacio. En ese marco fui invitada a formar parte de este acuerdo que hizo el radicalismo con Francisco de Narváez. Yo agradezco mucho la posibilidad que me dieron de ser diputada, en representación de la provincia en que nací, que es Buenos Aires, así que ingresé a las listas. Pero yo vengo trabajando desde hace bastante tiempo en la Ciudad, fundamentalmente en esto de construir una alternativa, que es algo que me obsesiona. Los diputados nacionales representamos al pueblo de la Nación, a diferencia de los senadores, que representan a sus distritos.

– ¿Usted sería candidata a senadora, entonces?

– Nosotros no estamos hablando de candidaturas. Es algo que a veces se sintetiza, pero la verdad es que no es algo que hemos dicho nosotros. Lo que queremos es construir un espacio plural, que refleje este estado de situación que hoy vive la Ciudad, que tiene muchos problemas. Los que vivimos aquí sentimos que la Ciudad está colapsada, con dificultades. Creo que hay que discutir desde un cambio de valores, en el sentido de trabajar mucho con la mirada del otro, percibir al otro, cambiar este paradigma de que no se puede cambiar, ya que cada día nos tenemos que acostumbrar a vivir un poquito peor. Yo creo que en un momento tenemos que decidirnos entre todos a vivir un poquito mejor. Hay muchos cambios que no se resuelven ni en un mes, ni en un año, ni en una gestión, pero no tenemos que acostumbrarnos a vivir peor.

– Usted mencionaba la alianza entre el denarvaísmo y el radicalismo; esa alianza se disolvió en el Congreso y usted pasó a formar parte entonces del interbloque del Frente Peronista, pero manteniendo su espacio… ¿cómo fue todo este proceso?

– Lo que pasó es que no se constituyó el bloque Udeso. Yo tengo muy buena relación y un trabajo en conjunto, como se ve en los proyectos, con varios bloques políticos de la Cámara, fundamentalmente de la oposición, tanto con el radicalismo, con su presidente, Ricardo Gil Lavedra, como con Francisco de Narváez, Gustavo Ferrari, Natalia Gambaro. También con Ricardo Alfonsín, con Manuel Garrido hemos trabajado bastante. Con ellos he compartido proyectos, presentaciones, pedidos de informes, pero yo tengo mi bloque.

– ¿Cómo observa el armado de la oposición de cara a las legislativas del año próximo? Un sector del Frente Peronista está cerca del Pro en el marco del GAPU; a su vez, hay radicales que también se acercan al macrismo… ¿cómo se ve usted en este entramado?

– Lo respeto. Yo también tengo muy buena relación personal con Gabriela Michetti, de respeto político, y con otros sectores de la Ciudad, el radicalismo, el peronismo, pero me parece que acá lo que hay que discutir básicamente son propuestas. Creo que todos estos grupos están tratando de sintetizar ideas, proyectos, propuestas. Me parece que eso debe ser valorado positivamente.