Reiteró sus críticas a la iniciativa de senadores kirchneristas y como autor de una iniciativa presentada por él hace una década en el mismo sentido, aclaró que la medida perseguía todo lo contrario que ahora.
El diputado nacional Jorge Yoma reiteró su postura contraria al proyecto kirchnerista sobre el “per saltum”, pese a haber sido autor en su momento de una iniciativa en el mismo sentido. “Presentada así la noticia, parece un contrasentido, pero es todo lo contrario”, aclaró el legislador riojano, recordando que en su momento lo planteó luego de que la Corte Suprema actuara tras la privatización de Aerolíneas Argentinas, y lo que impulsó en ese momento y reiteró en 1999 fue “poner límites a aquella discrecionalidad, con la cual por cualquier circunstancia y cualquier razón que al poder se le ocurra saltar todas las instancias, violar los derechos de defensa, violar el debido proceso, entonces por eso pensamos junto al diputado (Jorge) Vanossi y (Francisco) Durañona y Vedia reglamentarlo”.
“No fue para permitirlo (al per saltum), sino para limitarlo”, remarcó Yoma, para quien el instituto del per saltum “tiene extrema gravedad y es una defensa de los ciudadanos. En realidad, es una atribución excepcionalísima que se le da a la Corte, con la jurisprudencia que hay, por el cual cuando hay graves riesgos en las garantías de los ciudadanos que no pueden esperar el procedimiento normal de un trámite judicial, la Corte salta las instancias, toma la causa y la resuelve”.
En diálogo con radio Mitre, el presidente de la Comisión de Justicia de la Cámara baja remarcó que “el per saltum no es para darle más poder al Estado, sino para que la Corte Suprema, como máximo organismo, pueda en alguna instancia, cuando están en juego expresas de los ciudadanos, darle una garantía más de defensa a los ciudadanos”.
Así las cosas, calificó de “presión manifiesta” a la hecha por los senadores kirchneristas la presentación del proyecto para impulsar un instituto que calificó como “bastante controversial en la doctrina y la jurisprudencia”.
Consultado sobre cómo ve al Gobierno, se definió como “muy crítico en términos de algunas cuestiones que hacen a la política económica en la relación con las provincias, y ahora en el tema de la relación con la Justicia”. Contundente, dijo que “la verdad que no me gusta la Argentina que estamos viviendo; no me gusta viendo al ministro de Justicia denunciando a los miembros del Consejo de la Magistratura porque no votan como el ministro quiere; no me gusta verlos a los diputados opositores denunciando a los oficialistas porque no votan como ellos quieren en el Consejo de la Magistratura… No me gusta el exceso de controles en la economía”.
Respecto de ese último punto, consideró que esas trabas le quitan rentabilidad a las economías regionales, por cuanto “estamos con una inflación del 30% en los costos y salimos a vender con un dólar deprimido, con lo cual las aceitunas no las podemos vender a ningún lado; los chilenos vienen a comprar vino a granel acá, lo fraccionan y lo venden a Brasil; los italianos compran aceite de oliva en La Rioja, lo fraccionan y lo venden a Brasil. Estamos perdiendo mercados con todo esto y la inflación, que está generando problemas muy serios”.
Afirmó que “en las provincias argentinas hay una enorme recesión” y aseguró que lo que está diciendo ahora en público lo viene diciendo desde hace dos años en cada reunión con cada funcionario con el que se ha reunido. Se definió como “peronista” y dijo apoyar al Gobierno, pero reivindicó su libertad de conciencia.
Consultado sobre las críticas que le hace a los funcionarios con los que se reúne, dijo que los mismos le contestan: “Tenés razón, pero vamos a hacer una nueva reunión la semana que viene. En la última reunión que tuve con un funcionario que se caracteriza por tener un muy mal carácter, le planteé el problema de la competitividad de las exportaciones, primero me levantó la voz y me empezó a retar. Yo me levanté y me fui. Después me fueron a buscar, entonces me dijo ‘yo te voy a ayudar’. ¿Cómo nos vas a ayudar? Tenemos 120 millones de kilos de aceitunas para cosechar el año que viene y no sabemos a quién se la vamos a vender, por los problemas que tenemos con Brasil. Entonces me dice: ‘Cuando se esté por fundir una empresa, avísenme que yo les consigo comprador’… Esa es la solución que nos dieron a la economía riojana”.
