Una vez más la verdadera esencia del Grupo Clarín queda en evidencia. Una denuncia inédita por “incitación a la violencia” contra periodistas, funcionarios y legisladores que no hace más que demostrar que la intención de este holding empresarial -poco periodístico- es acallar las voces disidentes y generar temor en el resto de los actores públicos que expresan su opinión en democracia.

Clarín utiliza su posición dominante para condicionar a todos los resortes institucionales, cuando la situación se reduce al simple vencimiento de la tenencia para uso de radio frecuencias por el imperio de la ley. Esta megaempresa, que se niega a acatar algo tan simple como devolver el uso de una frecuencia, es capaz de todo hasta de amedrentar periodistas.

El intento de imputar a trabajadores de prensa delitos con altas penalidades transparenta el objetivo de un Grupo acostumbrado a actuar por fuera de la ley. El mismo grupo que se configuró haciendo negocios con la dictadura militar mientras desaparecían personas; el mismo que ha conseguido crecimiento a base de presiones y condicionamientos al poder político; el mismo grupo que durante muchos años hizo persecución gremial de sus trabajadores; el mismo grupo que le conculcó el fútbol a los argentinos y que con ello se expandió aplastando la competencia de cableoperadores locales.

En definitiva, lo que Clarín no soporta es el ejercicio pleno de la democracia y no sabe cómo ser empresa en el marco de la igualdad de condiciones.

María del Carmen Bianchi es diputada nacional (Frente para la Victoria – Ciudad)