El radical Ricardo Gil Lavedra hizo sus objeciones pero celebró la sanción de la reforma a la Ley de Trata y dedicó su discurso a los aspectos culturales que se esconden tras la explotación sexual de las mujeres.
Pese a lamentar que el tema no se haya tratado en sesiones ordinarias, el presidente de la bancada de la UCR en Diputados, Ricardo Gil Lavedra, opinó que las modificaciones a la Ley de Trata de Personas “traen muchos aspectos positivos”, como la eliminación del consentimiento como causal para eximir de penas a los acusados y “una mayor protección a las víctimas”. “Sin duda que significan un paso adelante”, indicó.
“Detrás de la trata hay un esquema de dominación patriarcal que viene desde hace tiempo, que supone que la mujer no es un sujeto, supone a la mujer como una persona diferente e inferior”, explicó el radical, quien destacó que “es una mujer (por Susana Trimarco) la que ahora se anima a enfrentar a la mafia de la trata”.
Para Gil Lavedra, “este estereotipo sexual conduce necesariamente a la violencia simbólica y física, la mujer debe resignarse a ser un mero objeto”. “Tenemos que seguir luchando para desarticular este estereotipo”, dijo.
Pero más allá de esto, insistió en que “no puede haber trata sin corrupción estatal. La trata necesita la aquiescencia de la policía, los jueces y el poder político”.
Por último, pidió “que la presidenta le de permiso a los legisladores para debatir la interrupción voluntaria del embarazo”. “Éstos son los debates que hacen madurar a la sociedad”, concluyó.
