El radical se solidarizó con la entidad patronal por la estatización del predio la Rural. Aseguró que la medida es “ilegal”, “ilegítima”, y avanza contra la propiedad privada.
El diputado nacional Oscar Aguad (UCR-Córdoba) envió una carta al presidente de la Sociedad Rural Argentina Luis Miguel Etchevehere a través de la cual le expresó su “incondicional respaldo a raíz de los atropellos y agresiones que sufre todo el sector agropecuario argentino”, en alusión a la estatización del predio la Rural. “Hoy, igual que ayer, me uno a ustedes en defensa de los que trabajan y producen en nuestro país”, sostuvo.
“Ante la tentativa de consumar este despojo ilegítimo, que se suma a otros ya cometidos, no podemos comportarnos como simple espectadores”, expresó Aguad en la misiva y añade: “Esta acción desnuda la debilidad de un relato falaz que asfixia con impuestos y administra el gasto sin prioridades. Al deterioro de las columnas que sostenían el modelo, se le suman sus predecibles consecuencias: inflación, crisis energética, huida de capitales y un fenomenal derrumbe de las inversiones, tanto doméstica como externa. Sin un programa de unidad nacional, que genere confianza para atraer inversiones y desarrollar integralmente el país, este modelo populista está agotado y condenado a cristaliza las desigualdades sociales”.
Aguad también se dirigió a Cristina Kirchner: “Sr. Presidente, el pueblo de la Nación debe resistir este atropello, que no sólo pretende quedarse ilegalmente con este predio, sino avanzar sobre el concepto de propiedad privada, asociado a una pauta cultural de valores que tienen que ver con nuestro desarrollo como sociedad y con nuestro futuro, inmerso en la aldea global de la que formamos parte”, añadió el diputado.
En la carta que envió al titular de la SRA y a través de la cual se dirige a todos los asociados de esa entidad, el diputado radical remarcó: “Todos tenemos la obligación de expresar nuestro rechazo a esta manera de organizar la sociedad y de administrar el destino común; me refiero a los argentinos en general, a las entidades que los representan, a los hombres de la cultura y de la ciencia, a la prensa libre e independiente y especialmente a su dirigencia política y gremial. Además debemos defender a los jueces de la nación, últimos garantes de nuestras libertades, nuestro honor y nuestro patrimonio. Una comunidad pacífica solo se defiende con la ley en la mano, sabiendo que no existe el pretendido derecho a violentar la Constitución”.
