En un año intenso, la Cámara de Diputados logró superar el récord negativo que había marcado el año pasado, resentido por las elecciones de octubre, cuando se reunió apenas siete veces. Los legisladores pusieron un pie en el acelerador y, desde el recambio legislativo, hubo nada menos que 23 sesiones, entre especiales (11), de tablas (7), una informativa, dos preparatorias y dos extraordinarias. En medio año, la Cámara baja ya había superado la cantidad de reuniones de todo 2011, período de los más bajos en cosecha legislativa. El trabajo no mermó luego del receso de invierno, y continuó hasta finalizar el período, en un año que será recordado no sólo por la gran actividad parlamentaria, sino por el puente que el Poder Ejecutivo tejió con el Legislativo para alcanzar, por necesidades coyunturales o decisiones políticas, leyes a merced del Gobierno.

El balance

Como bloque mayoritario en ambas Cámaras, el Frente para la Victoria ya había demostrado con una hábil lectura, durante las extraordinarias de fines de 2011, el ritmo parlamentario que estaba dispuesto a llevar. Así, en tiempo récord, el Congreso sancionó leyes tales como la de Papel Prensa, la Ley de Tierras y el Estatuto del Peón Rural. Todos los proyectos avanzaron en diciembre durante la misma sesión.

Ya en 2012, las sesiones especiales superaron a las sesiones de tablas: fueron 11 contra 7, según datos facilitados por la Dirección de Prensa de la Cámara. El número encierra el quiebre que hubo a mediados de año con la aprobación del proyecto que ordenó depositar los fondos judiciales porteños en el Banco Nación. En aquella sesión, que había sido acordada en Labor Parlamentaria, los bloques opositores se negaron a dar quórum; el jefe de la bancada oficialista, Agustín Rossi, no dio tregua y anunció que el oficialismo avanzaría con sesiones especiales en lo que restara del año.

Pero el trabajo en Diputados no escapó a las comisiones: las hubo muy activas, como las de Presupuesto, Legislación del Trabajo y Asuntos Constitucionales. Como contracara, otras comisiones no se reunieron con la frecuencia que la oposición esperaba: un caso emblemático es el de la Comisión de Libertad de Expresión, que fue convocada sólo dos veces en el año. De todos modos, hubo poco menos de 300 reuniones de comisiones individuales, y sólo 29 fracasaron (Ver recuadro).

Leyes “rosadas”

No es necesario un análisis demasiado profundo para notar que las principales leyes que vieron la luz en 2012 fueron impulsadas desde Casa Rosada. De hecho, nada menos que 10 fueron iniciativa del Poder Ejecutivo, contando el proyecto de Presupuesto 2013.

Ya en su primera sesión del año, Diputados aprobó la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central. Luego, sancionó la transferencia del subte, el Premetro, el tranvía de Puerto Madero y 33 líneas de colectivos a la órbita porteña. La lista de iniciativas del PEN sigue con la histórica expropiación del 51 por ciento de YPF y las modificaciones al Código Electoral para implementar en las próximas elecciones un nuevo DNI en formato tarjeta.

Tras el receso de invierno, la Cámara baja sancionó una ley clave para el Gobierno en el marco de la investigación que tuvo como protagonista al vicepresidente, Amado Boudou: la expropiación de la ex Ciccone (actual Compañía de Valores Sudamericana). En el mes de octubre, otros dos proyectos del Gobierno fueron convertidos en ley: la reforma al régimen de Aseguradoras de Riesgo de Trabajo (ART) para eliminar la doble vía y la habilitación del voto optativo a los 16 y 17 años. Le siguió una norma clave en el marco de la disputa con el Grupo Clarín: la reglamentación del instituto del per saltum, un recurso extraordinario que la Corte Suprema finalmente rechazó, en el marco de la aplicación de la Ley de Medios.

Pero el Gobierno no dejó de remitir proyectos al Parlamento y, cuando parecía que el recinto ya cerraba sus puertas, envió la reforma del mercado de capitales, para terminar con la autorregulación y otorgar nuevas facultades a la Comisión Nacional de Valores (CNV). En línea con este ritmo de trabajo, hay que destacar que el Congreso rompió con una tendencia que venía de 20 años y sancionó el Presupuesto para el año en curso el 31 de octubre, antes que cualquier año desde 1993. Diputados había avalado la iniciativa tres semanas antes.

Acuerdos y consensos

Los proyectos consensuados entre un oficialismo dispuesto a imponer su mayoría y una oposición soslayada fueron los menos, aunque hay algunos de particular relevancia. Por ejemplo, el Cuerpo que preside Julián Domínguez aprobó la “Declaración de Ushuaia”, texto que ratifica nuestra soberanía sobre las Islas Malvinas y que nació como reacción lógica ante la arremetida del primer ministro británico, David Cameron.

Otro proyecto acordado y fruto del trabajo de varios legisladores fue la derogación del avenimiento, que Diputados convirtió en ley. Esta figura implicaba la posibilidad de “perdonar” al violador en caso de que la víctima se casase con él, tal como sucedió con la joven pampeana Carla Figueroa, quien murió a manos de su esposo y violador.

La violencia de género como tema de agenda también se inmiscuyó en el Congreso cuando se incorporó el femicidio al Código Penal. Fue un triunfo de Diputados, que impuso el texto original pese a los cambios que le había introducido el Senado. Así, el Parlamento incorporó como agravante los asesinatos por odio de género o a la orientación sexual.

Además, en la última sesión ordinaria antes del descanso invernal, la Cámara baja aprobó el marco regulatorio de la Fertilización Asistida, luego de que bloques opositores intentaran en vano sesionar para tratar la suba del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias. Pese al ímpetu que todos los diputados le imprimieron a la sesión, la iniciativa para incorporar las técnicas de reproducción asistida al Programa Médico Obligatorio (PMO) permanece en “stand by” en el Senado.

El Parlamento emitió asimismo una declaración de repudio a la destitución del presidente paraguayo Fernando Lugo, también con acuerdo entre oficialismo y oposición. En la última sesión ordinaria del año, el oficialismo aprovechó para aprobar, en ambas Cámaras, dos repudios: a la denuncia penal efectuada por Clarín a ciertos periodistas y funcionarios, y al fallo del juez neoyorkino Thomas Griesa para pagarle a los denominados “fondos buitre” en el marco de la retención de la Fragata Libertad en Ghana. No contó con el apoyo de la oposición en ninguno de los dos casos. Sí lo logró para otra propuesta consensuada: la creación del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura. Y, cuando los legisladores ya armaban las valijas para irse de vacaciones, el escandaloso fallo de la Justicia tucumana que absolvió a todos los acusados del secuestro y desaparición de Marita Verón fue un llamado a que el Ejecutivo convocara a extraordinarias para que la Cámara baja sancionara de una vez por todas la reforma a la Ley de Trata de Personas, que no había avanzado en todo el año. En esta oportunidad, los bloques opositores desistieron de sus objeciones y la nueva norma vio la luz por unanimidad.

Trabajo extra

Además de la Asamblea Legislativa que recibió a la presidenta el 1° de marzo al abrir el período ordinario, diputados y senadores recibieron al presidente de Perú, Ollanta Humala Tasso. También se celebró una reunión conjunta de ambas Cámaras en el Día de la Memoria, y una reunión informativa a la que asistió el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, para dar su informe de gestión luego de su paso por el Senado.

El año también tuvo como protagonista a la Comisión Bicameral para la Reforma, Actualización y Unificación de los Códigos Civil y Comercial de la Nación, que llevó a cabo, en total, 15 audiencias en todo el país, en las que se escucharon 1170 ponencias.

Entre las comisiones permanentes, muchas se reunieron en distintas provincias: tal es el caso de las comisiones de Turismo, Deportes, Discapacidad, Derechos Humanos y Agricultura.