La iniciativa, que tiene el objeto de desarrollar una experiencia de innovación bibliotecaria, promoción de la lectura y de cultura democrática mediante la fundación de una Red de Bibliotecas que se establecerán en las cabeceras de las diferentes líneas de subte que posean espacio suficiente y accesibilidad para las personas con discapacidades. Está dirigida a acercar la biblioteca al lector.

La propuesta del diputado de Proyecto Sur Julio Raffo viene a rellenar un bache que en la actualidad se puede observar y que consiste en la existencia -aún hoy- de barreras estructurales e históricas en el acceso a la gran mayoría de las bibliotecas de la Argentina, ya que gran parte de ellas, a lo largo de su historia, han vivido continuos achicamientos de sus presupuestos y han sufrido la aplicación de políticas culturales que las han menospreciado o directamente desmantelado.

Ello llevó a que actualmente abran al público pocas horas por día y que tengan grandes vacíos en sus colecciones. En los casos en que abren sus puertas de lunes a viernes, tienen horarios discontinuos. En otras bibliotecas, la barrera que presentan, es que los servicios que brindan son semipúblicos, pagos o no permiten el préstamo gratuito a domicilio, este último un servicio fundamental, que muchas bibliotecas del país no ofrecen. Algo que la norma del diputado de Proyecto Sur tampoco ofrece como alternativa, sin embargo la iniciativa de por sí resulta plausible.

Un caso emblemático es el que representa la biblioteca más importante del país, la Biblioteca Nacional, cuya apertura al público se extienden hasta las 21, de lunes a viernes y el límite en que se prestan libros in situ es solo hasta las 20. La mayoría de los millones de trabajadores de Buenos Aires y del Conurbano bonaerense finalizan su jornada laboral alrededor de dos horas antes, lo que hace entonces imposible que puedan acercarse al libro por ese medio. Este tipo de obstáculo es una típica barrera que impide aproximarse a las bibliotecas en la Argentina, a lo que se debe agregar las cantidades de requisitos que se piden para asociarse. Ese espacio vacío lo pueden llenar las bibliotecas que la ley sancionada propone crear.

En el 2008 se realizó una encuesta en la que el 40 por ciento afirmó que lee menos de lo que quisiera por falta de tiempo y porque los libros son caros.

Resulta difícil pensar que sectores populares puedan asistir a las bibliotecas a causa de estas barreras horarias, como asimismo las de carácter social, cultural, geográfico o económico. Las estadísticas muestran que la mayoría de los asistentes a las bibliotecas de la Ciudad de Buenos Aires son personas con recursos elevados, por lo tanto, podría pensarse que la desigualdad y concentración que se da en lo económico se da en lo cultural. Hay claramente un sector menor de la población que logra acercarse porque vive a poca distancia o porque sus horarios de trabajo se lo permiten. Al respecto cabe preguntarse: ¿Se puede hablar realmente de democracia y ciudadanos cuando tenemos estos tipos de exclusión en el acceso a la lectura? Estos hechos demuestran que hay potenciales usuarios para las bibliotecas que se propone desarrollar.

La idea es que los pasajeros puedan retirar libros gratis y en calidad de préstamo en cualquiera de los puestos de Bibliosubte que se instalen en las estaciones de la red. Quizá, mediante la implementación de esta medida, en el futuro se pueda volver a ver pasajeros enfrascados en la lectura de un libro “más que en las pantallas y botones de sus celulares”, como sostuvo oportunamente el escritor Exequiel Martínez.

Bibliosubte

El Bibliosubte es una iniciativa aprobada por la Legislatura que tiene por objeto la “promoción de la lectura en forma libre y gratuita, la difusión y movilización educativa, cultural y social y la construcción de una nueva cultura ciudadana para la mejora de la calidad de vida”, sostuvo su autor, Julio Raffo.

Al respecto agregó que “la creación de bibliotecas en espacios no tradicionales, como las estaciones de subte, facilita que el libro y la lectura lleguen a todos los sectores sociales por la variedad demográfica de sus potenciales usuarios ya que ello implica una forma de revalorización del espacio público que contribuirá a una Ciudad más inclusiva”.

También en los fundamentos de su iniciativa, Raffo manifestó “que las bibliotecas cumplen un papel esencial en la democratización del acceso a los libros y en la formación intelectual. En nuestra Ciudad, no todos los barrios y comunas cuentan con suficientes espacios para la lectura; aún más, el horario de atención al público es la barrera más presente en el acceso a los libros, a lo que se agrega que la mayoría de las bibliotecas existentes cierra los días feriados y durante el mes de enero, época del año en el que muchos ciudadanos aprovechan las vacaciones para leer”, acotó.

En esa línea recordó que en países como Brasil, Colombia, España y México existe desde hace años este tipo de servicio de lectura en el transporte público, con gran éxito. El Bibliometro de Santiago de Chile, funciona desde hace quince años y hoy cuenta con una red de 17 bibliotecas que poseen 48.000 volúmenes y 50.000 socios activos.

La ley sancionada por el pleno del Parlamento porteño determina la creación de una “Red de Bibliotecas” en las estaciones del Subterráneo de la Ciudad de Buenos Aires, que se denominará Bibliosubte. Esta integrará el Registro Único de Bibliotecas en los términos de la ley 2577 y formará parte de la Red de Bibliotecas de la Ciudad.

Según específica el texto de la norma aprobada los locales de Bibliosubte se ubicarán, en una primera etapa, en las cabeceras de las diferentes líneas de Subte que posean espacio suficiente y accesibilidad para las personas con discapacidades. Posteriormente podrán incorporarse las estaciones de transferencia para ampliar la red de Bibliosubte.

En esa línea dispone que cada local de Bibliosubte estará formado por módulos flexibles, ajustables a las necesidades de cada terminal, con posibilidad de ampliación o traslado. También precisa que el proyecto y construcción del Módulo tipo y su ampliación, así como la gráfica, serán realizados por concurso público. Cada local deberá poseer una terminal de computación interna para la administración del stock de libros y conexión al catálogo centralizado de la red de bibliotecas.

Socios

La ley Raffo indica asimismo que los requisitos para asociarse serán los mismos que establece, en general, la Red de Bibliotecas de la Ciudad, como así también los relativos al régimen de préstamo, devolución y sanciones por incumplimiento. La devolución podrá realizarse en cualquier local de Bibliosubte. Además se precisa que no será exigible contar con domicilio en la Ciudad. El carnet de socio será personal, intransferible y válido en todos los locales de las bibliotecas.

Según regula en cuanto a derechos y deberes de los usuarios, el socio de Bibliosubte tendrá derecho a retirar el material bibliográfico de su interés en calidad de préstamo en las condiciones que establezca la reglamentación. Deberá cuidar y hacer buen uso de los materiales bibliográficos de acuerdo con los términos y condiciones que se establezcan.

La ley de creación de Bibliosubte igualmente precisa que en el ámbito de la Dirección General del Libro y Promoción de la Lectura funcionará una Comisión Permanente para el análisis y seguimiento de la satisfacción de los usuarios a través de la evaluación de los servicios y programas.