– ¿Por qué lo decepcionó el anuncio del Gobierno nacional sobre la renovación ferroviaria?

– El anuncio fue que se va a hacer la inversión ferroviaria más importante de los últimos 50 años. Sin embargo, sólo será para las ex líneas Sarmiento y Mitre, mientras que se excluye al tren más federal que tiene el país, el General Belgrano, que recorre 14 provincias y termina en el norte salteño en el límite con Bolivia. Hay que recordar que hoy es un ferrocarril que funciona con una capacidad de carga que oscila en un 20 y 30 por ciento de la que tenía en los 50. No funciona como corresponde y eso tiene importantes consecuencias. Hay ciudades como Tafí Viejo o General Güemes que tienen una gran cantidad de mano de obra desocupada dado que allí funcionaban los talleres ferroviarios por excelencia. En cambio, hoy para tener vagones se tiene que ir al sur. Se olvidó que cada formación del Belgrano reemplaza a 30 camiones con acoplado y consume lo mismo que siete camiones sin acoplado. Al consumir menos combustible, se abaratan notablemente todos los productos primarios del norte, pudiendo ser competitivos con los del centro. Por otro lado, el Belgrano permitía llevar nuestros productos hacia Chile y al sudeste asiático, en menor tiempo y con mayor capacidad de carga.

– ¿Hay una decisión política para que el ferrocarril no reemplace a los camiones?

– Camioneros tiene siete por ciento del paquete de Belgrano Cargas. No sé si eso será una causa de la falta de inversión. Ahora, el ramal C 14 no está en el Presupuesto 2013 y tampoco en el crédito chino que iba a venir para el ferrocarril. Lo que veo es que se hacen distintos emprendimientos en otros ferrocarriles. En el caso del Belgrano Cargas, no hay una política nacional de inversión. Sólo se acuerdan del Belgrano para épocas electorales. Luego cae nuevamente en el olvido.

– ¿Nota cambios importantes en la política ferroviaria después de la tragedia de Once?

– Fue un puntapié inicial para un cambio. Pero de acuerdo con un proyecto que presenté apuesto a que se declare a los ferrocarriles de interés nacional y sean reestatizados como sucedió con Aerolíneas Argentinas. Se los tiene que hacer viables para el transporte de personas y de cargas. En el caso del Belgrano Cargas voy a trabajar para que reciba fondos del próximo Presupuesto así deja de ser el “tren fantasma”.