Es importante tener en cuenta que la preservación de los ecosistemas locales garantiza al resto del planeta lo que muy pocos están en condiciones de generar: servicios ambientales. Ese capital natural regula los gases de la atmósfera, el clima, los suelos y el agua, sirve como refugio de especies y control biológico, garantiza las materias primas, los recursos genéticos y hasta la recreación y la diversidad cultural que ofrece un sitio natural.

La Argentina tiene en total 34 parques nacionales, más de tres millones de hectáreas resguardadas por el Estado y unos 250 predios cuya tutela está a cargo de municipios y provincias, mientras en la Ciudad de Buenos Aires, el Parque Tres de Febrero y la Reserva Ecológica Costanera Sur (RECS) conforman los espacios verdes más grandes en términos de superficie que tiene el distrito porteño, pero la Reserva es el de mayor diversidad biológica.

Cabe destacar al respecto que el valor social de las reservas naturales urbanas reside no sólo en que son el lugar ideal para respirar aire puro o alejarse de los problemas y los ruidos de la Ciudad, sino también para avistar aves y otras especies animales, realizar ejercicio físico o pasear. Son muy importantes para las personas que viven en grandes ciudades porque ayudan a mejorar su calidad de vida. Tienen un valor ecológico fundamental debido a la alta diversidad biológica que albergan. De este modo, constituyen lugares privilegiados con abundantes especies al alcance de todos. Además, permiten que un visitante, que minutos antes estaba sumergido en la vorágine cotidiana, note un favorable cambio con el solo hecho de trasladarse a un oasis desintoxicante dentro de las grandes metrópolis.

Costanera norte

En ese contexto la Legislatura ha sancionado el proyecto de ley, cuya autoría pertenece al legislador del bloque Proyecto Sur, Adrián Camps, que establece la creación de la Reserva Ecológica Ciudad Universitaria – Costanera Norte en el polígono cuyos límites son: al suroeste, el muro de contención de la Ciudad Universitaria; al sureste, el muro de gaviones que contienen el espejo de agua; al nornoreste, el área zonificada como Urbanización Parque; y al nornoroeste la desembocadura del Arroyo White.

La norma indica que el Plan de Manejo para la nueva reserva deberá tomar como base el plan diseñado en el 2007 por la UBA, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y diversas Organizaciones No Gubernamentales.

Además, prohíbe alterar la Reserva Ecológica por impermeabilización de su superficie o con excavaciones, rellenos, desmontes o por cualquier otra obra o acción humana que degrade la biodiversidad de la zona, de acuerdo con lo establecido en el Plan de Manejo.

Especifica asimismo que en atención a los convenios celebrados -con anterioridad- entre la UBA y el Gobierno de la Ciudad con relación a la creación del Parque Natural Ciudad Universitaria, se considerará al Área Reserva Ecológica Ciudad Universitaria – Costanera Norte y al sector zonificado como Urbanización Parque como una sola unidad de Gestión. La administración y la gestión serán objeto de un convenio específico a celebrarse entre la UBA y la administración porteña.

En los fundamentos de su iniciativa el diputado Camps sostiene que debido a su ubicación ribereña, la península de la Ciudad Universitaria constituye un hábitat propicio para plantas y animales que forman parte del flujo de seres vivos que se dispersan a través del Río de la Plata y sus elementos. “Estos ambientes de origen antrópico (rellenos) albergan gran diversidad de flora y fauna, registrándose según relevamientos de investigadores, docentes y alumnos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, más de 200 especies de plantas vasculares y un número similar de animales vertebrados. Esta riqueza constituye parte importante del acervo de este sitio, brindando potencialidad en el rol de conservación y muestrario educativo de especies en su ámbito original”, agrega el legislador de Proyecto Sur.

En esa línea Camps describe las riquezas en cuanto a flora y fauna cobija el espacio en cuestión y que según afirma: “Entre los distintos paisajes se distingue el pajonal, que se encuentra permanentemente inundado, en comunicación con el río, ocupando aproximadamente un cuarto de la superficie del área en cuestión. Está cubierto por plantas palustres, entre las que predominan los juncos, espadañas, saetas, margaritas del bañado, etc. La fauna aviar incluye garzas blancas, patos, macáes, gallaretas, etc. En el extremo sur del pajonal se formó un ceibal; luego hay un área boscosa, vecina al pajonal, en el que se halla un sector de alta biodiversidad, formado por varias especies de árboles nativos, como el ombú, el sauce criollo, el espinillo, y la palmera pindó, acompañados por gran cantidad de lianas y enredaderas”. Y acota que el “área más próxima al río es el chilcal, donde predomina una vegetación conspicua de plantas pertenecientes a los géneros Baccharis y Eupatorium que atraen a gran número de insectos polinizadores”.

Según surge del texto aprobado el área sirve no sólo como reserva de biodiversidad en sí misma, sino también como corredor biológico entre las ya establecidas reservas urbanas de la ribera del Plata, tales como las reservas Costanera Sur, de Vicente López y Ribera Norte, alejando así el peligro de la fragmentación espacial de los ecosistemas, una de las causas de la extinción de las especies.

Características generales

El clima del área es subtropical marítimo, gracias a la acción morigeradora del gran río con aguas provenientes de latitudes intertropicales. La temperatura anual promedio es de 17,6 ºC, y las precipitaciones anuales totalizan alrededor de 1150 mm, y están repartidas especialmente entre los meses cálidos. La entrada al área protegida se encuentra en las coordenadas: 34°32’ 23.54″ S 58° 26’ 38.62″ O. Su superficie es de 18 hectáreas. Posee un largo de 730 metros y un ancho máximo de 250 metros. En invierno suelen presentarse suaves heladas.

El sector que bordea al golfo es inundado en las sudestadas. El agua permanece sobre él sólo algunas horas, actuando como aportes extras a la precipitación y manteniendo el subsuelo con agua dulce siempre disponible para las raíces de las leñosas.

Al ser una reserva natural urbana, sus roles principales son la educación e interpretación ambiental, la conservación de los recursos biológicos, la investigación científica, la participación de la ciudadanía y, por último, el esparcimiento de la población.

Son 38 los parques y espacios verdes con los que cuenta la Ciudad de Buenos Aires en la actualidad. A ellos debe sumarse la Reserva Ecológica Ciudad Universitaria Costanera Norte.

Conducción

Según la norma aprobada el 13 de diciembre de 2012 la estructura y administración de la Reserva Ecológica Costanera Norte Ciudad Universitaria y la ejecución del Plan de Manejo estarán a cargo de un Director Ejecutivo elegido por concurso público de oposición y antecedentes, que dependerá de la autoridad ambiental correspondiente, en este caso del Ministerio de Ambiente y Espacio Público.

Las funciones del mismo serán fijadas por el Poder Ejecutivo y ellas deberán comprender al menos las siguientes: a) Implementar los planes y fijar las normas conducentes a la protección, cuidado, conservación y mejoramiento del espacio; b) Llevar a cabo una política de gestión ambiental; c) Administrar los recursos humanos y materiales necesarios para el cumplimiento del Plan; d) Inventariar y monitorear los recursos existentes en el área; e) Proveer lo necesario para el mantenimiento, vigilancia, control y fiscalización de la Reserva; f) Permitir los usos del suelo según lo establecido en la Ley Nº 449, Sección 5.4.11 exclusivamente.