La legislación actual de la Ciudad de Buenos Aires le da un gran valor al Arbolado Publico. En ese sentido, la ley N° 3.263 establece que hay que “establecer campañas dirigidas a crear conductas conservacionistas, destacando la función del árbol en el ecosistema urbano y sus consecuencias sobre la salud física y psíquica de la comunidad”. En primer lugar, queda claro que esta ley no es PRO.
La importancia del cuidado de los árboles se debe a que proporcionan parte del oxigeno que respiramos, eliminan el dióxido de carbono, regulan el impacto visual y sonoro ya que absorben los ruidos. Por eso es que entre los años 2005 y 2006 plantamos 50 mil árboles en la Ciudad de Buenos Aires, en las especies que estaban determinadas para cada lugar, como fue en Carlos Pellegrini, Cerrito, Lima y Bernardo de Irigoyen.

A contramano de esta política de defensa del arbolado porteño está la gestión del ineficiente Macri. Quién tala los árboles indiscriminadamente como ocurre en la intervención de la Avenida 9 de julio. Paralelamente, nos encontramos en los barrios con un abandono de los árboles, lo que genera la caída de los mismos. A modo de ejemplo recordemos que en la calle Adolfo Berro, entre Casares y Sarmiento, en inmediaciones del Jardín Japonés, un árbol de grandes dimensiones cayó sobre un micro escolar.

Por otro lado, los espacios públicos son lugares de todos y todas. Estos no sólo tienen valor como espacio material en sí, sino también por su imagen, por su valor simbólico. En ese sentido la imagen de la avenida 9 de julio con sus árboles, la plaza de la República y obviamente el obelisco de fondo, representa una de las caras más valoradas de la ciudad y la Argentina. Esa imagen que pertenece al imaginario colectivo no estará más!

Intervenir esos lugares requiere necesariamente realizar audiencias públicas para desarrollar un debate profundo en la ciudadanía. Para saber qué es lo que desea el pueblo, a quienes el ejecutivo debería representar. De eso se trata la democracia.
No sólo realizar una audiencia a escondidas para cumplir con los requerimientos formales.

Asimismo, toda obra pública requiere la adjudicación de las tareas mediante un proceso licitatorio transparente. En este caso fue tan transparente que la licitación parece que no se vió. Quizás con el objetivo de favorecer a alguna empresa amiga. Cuando se realizó el metro bus en la avenida Juan B. Justo, hubo un pliego para dicha tarea.

Como conclusión, mientras los vecinos y comerciantes se manifiesten contra la masacre del paisaje, el sacrificio del arbolado y el exterminio de un especio público. Mientras la legislación promueve la defensa del arbolado. Mientras se realizan obras sin participación de los ciudadanos. Mientras no informen estudios serios de los beneficios en transporte, que tendrá para los ciudadanos, Mientras que Greenpeace tuvo que salir a decir que fue “una decisión innecesaria”. Mientras tanto: Macri deshace Buenos Aires.

Lía María es exministra de Espacio Publico del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires