El diputado nacional Carlos Comi (Coalición Cívica-ARI de Santa Fe) señaló que “no sorprende que desde el Gobierno nacional y la AFA quieran silenciar el dolor de los familiares de la Tragedia de Once porque ya se han pasado todos los límites éticos y morales”, al referirse a la negativa para que los equipos puedan ingresar el fin de semana a las canchas con banderas conmemorativas, en reclamo de Justicia por las 51 muertes ocurridas hace un año.

En declaraciones a la radio La 2×4/FM 92.7, el legislador añadió: “Si bien de la Presidenta, de Abal Medina o de Julio Grondona no se puede esperar nada en ese sentido, ojalá los futbolistas den una lección de rebeldía y se animen igual a entrar con banderas. Es una decisión de ellos en el vestuario y sería una actitud respetuosa en honor a las víctimas y los familiares”.

El integrante de la Comisión de Deportes de la Cámara baja, en esa dirección, sostuvo: “Los clubes, lamentablemente, obedecen lo que decide Grondona y esto lo sabemos todos, ya que en mi caso fui dirigente de Central Córdoba de Rosario. Y Grondona tiene en estos momentos un matrimonio por conveniencia con el Gobierno donde sus límites son muy chiquitos. Y habiendo tanto dinero de por medio hace exactamente lo que le ordenan desde la Casa Rosada”.

Más adelante, Comi trazó un paralelismo de lo que ocurre en la AFA con la coparticipación. “Los dirigentes de los clubes funcionan al igual que los gobernadores porque se mueven alrededor de los recursos. Todos tienen deudas y cuando las deben renegociar hay que ir a la AFA para hablar con uno y otro, pero siempre los acuerdos, aunque sea con instituciones chicas, los cierra don Julio (por Grondona)”, puntualizó y enseguida advirtió: “Esa metodología hace que el favor se lo terminen debiendo a él. Para acordar el dinero, la bendición final es de Grondona y pareciera que la plata sale de su bolsillo, cuando en casos como el de la televisación es de los contribuyentes. Es un sistema tan perverso como el de la coparticipación”.

El diputado santefecino no dudó en criticar el sistema de Fútbol para Todos al sostener que “empezó siendo una publicidad institucional diaria, cuando la Presidenta prometió que iba a ser realmente para todos. Desde el Estado, pero solventado por los privados, con la venta de publicidad. Sin embargo, de eso se pasó a una propaganda cotidiana de actos de gobierno y de denigración de cualquier gestión u opositor que pensara distinto al oficialismo. Se utilizan esos segundos para, literalmente, matar a cualquiera que disienta con el kirchnerismo”.