Las próximas contiendas electorales serán un parámetro crucial para oficialistas y opositores porteños -sobre todo el mundo K- en vista de las presidenciales de 2015. Macri ya tiene “in pectore” el tramado político que utilizará en los comicios de medio término. El kirchnerismo navega en una interna palaciega. Treinta bancas en juego en la Ciudad.
Por César Montenegro
Aún con la incertidumbre de que si las elecciones a legisladores porteños se realizarán en conjunto con las nacionales, debido a los diversos cálculos de conveniencia que puertas adentro realiza cada alianza o partido, lo cierto es que ningún sector ha mostrado aún sus cartas, y esto ocurre primordialmente tanto en el FpV como en el Pro.
En principio, el macrismo barajó la opción de adelantar para junio las elecciones locales, pero según pudo saber Parlamentario, ello fue descartado. La idea de desdoblar los comicios tenía como objetivo capitalizar su supremacía en el territorio porteño, alcanzar la mayoría en la Legislatura local y despegarse del arrastre que puede llegar a tener el Gobierno nacional en octubre en caso de implementar medidas económicas positivas.
Al respecto un conspicuo dirigente macrista señalaba que tampoco estaban claros “los beneficios de hacer esa jugada, no se justificaba. Por el contrario, cuanto más adelante en el año sean las elecciones, más tiempo de mostrar avances de gestión tenemos”, acotaba nuestro interlocutor.
Las huestes de Mauricio Macri planean exhibir resultados concretos en la administración del subte –jugará fuerte en marzo, con la reapertura de la línea A–, apuesta a la solución de gran parte del problema de la basura, a la finalización de las obras del Metrobús en la Avenida 9 de Julio –prevista para antes de los comicios, y a la culminación de obras del Sistema de Atención Ciudadana. Con esas cartas, creen que llegarán a octubre bien posicionado para sacar un buen resultado.
Pero desde otro sector del macrismo sostienen: “Vamos a esperar que muevan ellos, no tenemos ningún apuro”, explicaron y fue la manera de graficar que el PRO no amagará ningún movimiento electoral hasta que la Casa Rosada defina si concentrará, o no, las PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) y las elecciones nacionales y provinciales en casi todo el país en dos fechas únicas.
Cabe destacar, sin embargo que fue luego de un arduo debate interno que el macrismo resolvió unificar las fechas. Con esa hipótesis trabajan ahora el oficialismo y la oposición de la Ciudad de Buenos Aires. Ahora, el único escollo a sortear consiste en que la Ciudad deberá adherir a la ley que autoriza el voto a los 16 años, algo que fue aprobado a nivel nacional. Una vez dado ese paso, el padrón para votar en las elecciones locales y nacionales será el mismo.
En principio desde la Justicia Electoral manifestaron que el obstáculo legal que podría obligar al desdoblamiento en todo el país es la ley que permite el voto opcional desde los 16 años, votada el año pasado. Esa nueva población electoral implica la creación de un nuevo padrón, pero la aplicación de la nueva ley que habilita ese voto adolescente en cada provincia depende de un decreto de adhesión firmado por los ejecutivos provinciales. En varios distritos gobernados por el peronismo, esa decisión será adoptada de acuerdo con el Gobierno nacional. También ocurriría en la Ciudad de Buenos Aires, donde el macrismo considera que los resultados de las elecciones porteñas no desvelan al kirchnerismo, por formar parte, junto con Córdoba y Santa Fe, de la tríada de provincias donde el FPV estaría muy lejos de conseguir una victoria.
Fundado en ello, la Ciudad analiza un borrador para adherir al voto desde los 16, concentrar las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) en agosto, y las votaciones para senadores, diputados y legisladores en octubre.
En la Ciudad de Buenos Aires, su espacio fundacional, el macrismo tiene nombres de sobra para repartir en las listas de aspirantes a la Legislatura y al Congreso nacional: Gabriela Michetti, Federico Pinedo, Horacio Rodríguez Larreta, Diego Santilli, Esteban Bullrich y el extrapartidario Roberto Lavagna, suenan como posibles candidatos para el Parlamento nacional. El kirchnerismo y el resto de los espacios políticos –FpV, Proyecto Sur, el FAP, el radicalismo y la Coalición Cívica– corren desde atrás, pero con chances dispares.
En ese contexto se llevará cabo –según indican los movimientos del oficialismo porteño- la elección de legisladores para renovar la mitad de los miembros de la Legislatura porteña que si es como aseguran las encuestas, el macrismo se alzaría con una victoria holgada que le acarrearía los legisladores necesarios para obtener quórum propio, permitiéndole –de esa manera- al jefe de Gobierno transitar los dos últimos años de su administración mostrando las obras realizadas, obvio, haciendo una comparación con las gestiones que le precedieron. Ese escenario es el que prepara el Pro como plataforma de lanzamiento con mira a las presidenciales de 2015.
Serán treinta bancas las que entrarán en juego en octubre próximo – si es que se cumple lo que hasta acá tiene planificado el macrismo– fecha que estima el oficialismo en la que se realizarán las elecciones a legisladores porteños.
Las bancas que cambiarán de titular a partir de los comicios a realizarse son treinta, de las cuales 10 corresponden al espacio liderado por el jefe de Gobierno; cuatro a Proyecto Sur, tres al Frente para la Victoria y a la bancada de Buenos Aires para Todos, dos a la Coalición Cívica-ARI, al bloque Bases para la Unión y a la Unión Cívica Radical; mientras que a los espacios legislativos denominados Confianza Pública, Frente Progresista y Popular, Nuevo Encuentro y Sindical Peronista un escaño a cada uno.
Debe recordarse que las listas necesitan llegar a un piso del tres por ciento del electorado, para conseguir al menos una banca en la Legislatura, mientras que la cantidad de votantes de la Ciudad de Buenos Aires llega a los 2.600.000 electores.
¿Quiénes se van?
El bloque de Propuesta Republicana (Pro) pone en juego diez bancas: Fernando de Andreis, Alejandro García, Carmen Polledo, Roberto Quattromano, Helio Rebot, Lidia Saya, Karina Spalla, Bruno Screnci Silva, Marta Varela y Oscar Zago.
Mientras que la bancada denominada Buenos Aires para Todos de sus cuatro integrantes, tres irán por la reelección: Fabio Basteiro, Laura García Tuñón y María América González.
En el bloque del kirchnerismo reina la incertidumbre ya que ninguno de los legisladores que debe renovar no percibió la menor señal desde la usina en la que se encumbran los posibles candidatos; en ese estado se encuentran: Mateo Romeo, Francisco Nenna y Maria José Lubertino Beltrán.
El bloque Proyecto Sur pone en juego tres de sus seis bancas; quienes deberán someterse al voto para renovar sus mandatos son: Adrián Camps, Rafael Gentilli y Julio Raffo.
En tanto en el sector que responde o respondía a Elisa Carrió, la Coalición Cívica-ARI, de los tres miembros con los que contaba el espacio, dos deberán renovar sus mandatos; ellos son: Fernando Sánchez y Rocío Sánchez Andía.
El mismo número de escaños pondrá en juego el bloque Bases para la Unión; quienes se someterán a la voluntad popular son: Juan Pablo Arenaza y Adriana Montes.
Mientras que el centenario partido de la Unión Cívica Radical deberá realizar una muy buena perfomance para renovar los mandatos de los dos únicos integrantes de su bloque: Rubén Campos y Claudio Presman.
En tanto que el espacio legislativo denominado Confianza Pública pone en juego el escaño de Daniel Amoroso, quien accedió a su banca en la boleta del Pro.
Lo mismo ocurre con el legislador Claudio Palmeyro que conforma el monobloque Sindical Peronista y accediera al escaño en nómina del FpV.
El Frente Progresista y Popular que lidera Aníbal Ibarra, someterá a la voluntad popular la banca de María Elena Naddeo al igual que el bloque Nuevo Encuentro que pone en juego el escaño de Delia Bisutti.
