En el Día Mundial de la Hemofilia, senadores nacionales pretendían que el pleno de la Cámara alta debatiera este miércoles una iniciativa que pretende extender el subsidio de los pacientes hemofílicos que se contagiaron SIDA entre 1978 y 1985 por hemoderivados a quienes contrajeron hepatitis B y C -mediante la misma vía de contagio- en el período 1979-1995. Cabe señalar que el proyecto obtuvo dictamen favorable este martes en la Comisión de Salud y Deporte y cuenta con la aprobación de Diputados.

Sin embargo las urgencias del oficialismo por abordar el paquete de reforma judicial llevaron a postergar el tratamiento de este proyecto y se acordó que eso sea el próximo miércoles.

Se trata de una iniciativa que introduce una modificación a la actual Ley 25.869, la cual establece el otorgamiento de un subsidio para personas hemofílicas infectadas con el virus del SIDA por la utilización de hemoderivados contaminados en el período 1978 -1985. El actual proyecto de ley, que cuenta con la aprobación de Diputados, pretende ampliar dicho espectro de beneficiados para quienes hayan contraído hepatitis B y C entre 1979 y 1995.

Cabe señalar que el proyecto de ley obtuvo dictamen este martes en la Comisión de Salud y Deportes, presidida por el jefe de la bancada radical José Manuel Cano, quien celebró el vasto consenso y la buena predisposición para su tratamiento. El senador tucumano señaló que se trata de una deuda pendiente para un sector de la sociedad que necesitan una respuesta de manera urgente. “Cuando se habla de garantizar derechos, no deben existir condicionamientos económicos”, determinó el tucumano.

Durante el plenario de comisión asistieron expertos y pacientes que destacaron la importancia de la medida y pidieron por su pronta sanción. En este sentido, Marcelo González, miembro de la Fundación Argentina de Hemofilia, explicó que con este paso se busca “reconocer a una minoría vulnerable” de aproximadamente 700 afectados. “Precisamente tiempo es lo que no tenemos”, les instó.

Además, pidió por la elaboración de “políticas públicas inclusivas” ya que los enfermos de hemofilia tienen serias dificultades para conseguir empleo. Es por eso que necesitan un “apoyo económico sostenido que otorgue autonomía”.