Como militante política de toda la vida, siempre trabajé por el bien común. Así me educaron, con ejemplos de vida y así crecí en el trabajo diario, social y solidario en el barrio para que la gente viva mejor. Hoy, desde mi lugar de Legisladora de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires me duele profundamente ver en algunos tanto egoísmo, tan poca responsabilidad, tanta falta de respeto y tan poco compromiso con la sociedad, con la gente, con lo público.

Me cuesta aceptar ver, como poco a poco nos estamos acostumbrando a la imposición, a la instalación del miedo, a la falta de libertad de expresión. Sólo por poner un ejemplo, se hace cada vez mas común escuchar a la gente decir fui víctima de un hecho de inseguridad pero por suerte estoy vivo. Estas expresiones, pareciera que no son tomadas por quienes velan por la seguridad, en vez de trabajar mancomunado con todos los gobernadores, intendentes y jefe de Gobierno en la búsqueda de soluciones, se prefiere decir que “la inseguridad es sólo una sensación”.

Pero más allá de todo, lo que más me preocupa es la bronca, el mal humor y el oportunismo político que se está instalando en la sociedad.

El vecino, el ciudadano, volvió a salir a las calles. Volvió a protestar pacíficamente, volvió a manifestar que no está de acuerdo con muchas cosas. Volvió a pedir que lo escuchen y por sobretodas las cosas está pidiendo que se respete la Constitución Nacional y la independencia de poderes.

Autoconvocado y sin bandería política, el pueblo lleno la Plaza de Mayo, el Congreso y muchos puntos de toda la Argentina como Córdoba, La Plata, Mendoza, Salta, entre otros.

No se puede seguir mirando para otro lado. No se puede hacer oídos sordos a tanto reclamo de quien es el soberano. No se puede dar la espalda a la gente.

Creo entonces, que toda la clase política tenemos que reflexionar si queremos tener una Justicia independiente, si queremos dejar de tener enfrentamientos con empresarios, con el campo, con intendentes y gobernadores. Tenemos que reflexionar si queremos tener un periodismo libre de decir lo que piensan aunque sea contradictorio con el Gobierno. En definitiva, tenemos que reflexionar si queremos ser LIBRES con los Derechos y Garantías que tan claramente están volcados en nuestra Constitución Nacional, utilizando la Política como esa herramienta única y capaz de lograr que cada ciudadano de cada rincón del país vea la preocupación y ocupación de cada dirigente en pos del Bien Común.

Es momento, sin dudas, de dejar las controversias de lado y de más que DECIR, HACER. Es momento de revindicar a la clase política, al servicio público, a la función pública. Es por ello que TODOS los dirigentes políticos debemos de una vez por todas, estar a la altura de las circunstancias. En lo personal, renuevo día a día mi compromiso cerca de la gente.

Herrero es legisladora porteña del Pro