El ministro señaló que los proyectos que obtuvieron dictamen este martes apuntan a “retomar la senda democrática” y consideró que “éste es un tema de política legislativa, no de interpretación constitucional”. Julián Álvarez rechazó que la Justicia deba ser un poder “contramayoritario”.
El ministro de Justicia, Julio Alak, encabezó este martes la defensa de los proyectos más ásperos de la reforma judicial: los cambios en el Consejo de la Magistratura, la creación de tres nuevas cámaras de casación y la regulación de las medidas cautelares contra el Estado.
Acompañado por su segundo, Julián Álvarez, el funcionario expuso en el plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Justicia y Presupuesto.
“La gran mayoría de la población desea una reforma del Poder Judicial”, arrancó Alak, quien aseguró que el proyecto para reformar el Consejo de la Magistratura apunta a “retomar la senda democrática” en este poder, que en ese sentido “tiene un déficit desde su origen”.
Según el ministro, “la Constitución no dice que está prohibido elegir a los jueces, abogados y académicos por voto popular”, como hacen otros países como Estados Unidos, donde “el 70% de los estados” tiene esta modalidad de elección.
Además, consideró que “éste es un tema de política legislativa, no de interpretación constitucional”, y que “no puede ser visto como una actitud que resta independencia al Poder Judicial”.
Álvarez aseguró que la nueva representación del Consejo “cumple en forma cabal con el equilibrio” planteado en el artículo 114 de la Carta Magna. También rebatió un argumento opositor al afirmar que “no se puede acceder a cargos electivos si no es a partir de partidos políticos”.
Asimismo, enfatizó que “es un error total vincular al control de constitucionalidad con un poder contramayoritario” o “minoritario”.
Sobre las tres nuevas instancias de Casación, Alak argumentó que “los expedientes, incluso los de los jubilados, en miles de casos se demoran por fallos contradictorios” y advirtió que “la Corte está saturada” de causas, con lo que disminuir las que llegan a esta instancia “es una necesidad”.
Por otra parte, el ministro defendió la regulación de las medidas cautelares al explicar que “no puede un individuo cualquiera, aunque sea juez, paralizar los efectos de una ley por tantos años”, ya que detrás de las leyes “hay toda una discusión”.
