El Movimiento Popular Neuquino fue un actor clave para el avance de la reforma judicial. Aunque sus diputados, Alicia Comelli, José Brillo y Olga Guzmán, había sido señalados por un grupo de ONGs entre los “indecisos” que podrían frenar las leyes, finalmente dieron su primera muestra de respaldo al oficialismo al ayudarlo con la reunión del quórum.

Aún más, la segunda muestra de la alianza entre el gobernador neuquino Jorge Sapag y la Casa Rosada quedó en evidencia cuando los legisladores respaldaron tanto en el Senado como en Diputados la reforma al Consejo de la Magistratura, sobre el cual plantearon reparos.

El acuerdo, sin embargo, no se mantuvo con las flamantes para limitar las cautelares contra el Estado y para la creación de tres cámaras de Casación, que finalmente rechazaron. Lo hicieron, eso sí, conscientes de que su sanción estaba garantizada dada la mayoría parlamentaria y una oposición ausente en el recinto.

Ambos proyectos fueron aprobados con votos del Frente para la Victoria y el resto de sus aliados tradicionales: el Frente Cívico Santiago, Nuevo Encuentro, Partido Justicialista la Pampa, y los salteños Walter Wayar y María Cristina Fiore.