A través de un proyecto de resolución, el diputado Alfredo Atanasof solicitó al Poder Ejecutivo Nacional informes sobre las medidas desarrolladas con el objeto de revertir la creciente caída sufrida por la balanza comercial de combustibles en nuestro país, toda vez que desde el año 2003 al 2012 se pasó de un superávit equivalente a 4.830 millones de dólares a un déficit de 4.000 millones, con los consabidos peligros para la economía nacional.

En efecto, el resultado de la balanza comercial de combustibles 2012 dio a nuestro país un déficit o diferencia negativa más que preocupante, ya que las exportaciones de combustibles totalizaron 6.343 millones de dólares y las importaciones ascendieron a U$S 10.254 millones, obteniendo pues como déficit la preocupante cifra de 3.911 millones de dólares.

Esta diferencia negativa en la balanza, de casi 4.000 millones de dólares, adquiere otra dimensión si se tiene en cuenta un informe de la Auditoría General de la Nación (AGN) elaborado en 2007, por medio del cual se demostraba un fenómeno, con respecto al combustible, que consistía en el aumento del consumo y, de manera inversamente proporcional, el descenso de las inversiones en exploración, lo que provocaba una “importante disminución del stock de gas natural, el principal componente de la matriz energética nacional, a menos de nueve años”.

Ante esa situación “sumamente critica”, Atanasof recuerda que ya en 2007 el organismo de control decía que si no se quería convertir a la Argentina en un país importador de combustibles sustitutos se debían invertir unos U$S 4.000 millones por año durante una década.

Para más datos, en lo respectivo a la importación de combustibles por parte de nuestro país, vale decir que la compra a otros países ascendió de 550 millones de dólares en 2003 a 10.254 millones de dólares en 2012. Lo que significa un crecimiento equivalente a unas 18 veces. Concluyendo que en sólo diez años las importaciones de combustibles aumentaron un 1.765%.

Por otra parte, las exportaciones de combustibles también muestran una evolución hacia el alza, pero de menor magnitud toda vez que en el año 2003, la Argentina tuvo ingresos por 5.380 millones de dólares gracias a las venta de combustible a otros países y una década después, esas operaciones le reportaron a la Nación unos 6.343 millones de la misma moneda; lo que significa que entre 2003 y 2012 las exportaciones combustible se incrementaron un 18% contra el incremento igual a 1.765% de las importaciones.