En su discurso, la diputada Ivana Bianchi describió aspectos técnicos de la nueva ley sobre Fertilización Asistida. Al respecto detalló que al permitirse la donación de gametos “anónima” y la participación de “terceros ajenos a la pareja como aportantes del material genético del niño o la niña, estamos vulnerando su derecho a la identidad. Porque el dato biológico es constitutivo de la identidad de las personas”.

Como segundo punto habló de la donación de embriones, recordando que los que refiere esa ley “son nada menos que el principal objeto de la misma: los ansiados hijos que las parejas desean tener y por los que vienen luchando desde hace tanto tiempo”.

En ese marco, la diputada puntana expresó su temor porque se esté dejando la puerta abierta a “la eliminación selectiva de embriones que podrían ser descartados por presentar defectos físicos o patrones genéticos que a futuro sean indeseables, o bien descartados por la revocatoria contemplada en el artículo 2°”.

Así las cosas, pidió tener en cuenta que “para la ciencia y para el derecho, el embrión concebido, ya sea dentro o fuera del seno materno, es persona por nacer. Vale que recordemos que para la Constitución nacional persona es todo ser humano”. A su vez, recordó que la Convención de los derechos del niño que tiene jerarquía constitucional “reconoce al existencia de la persona desde la concepción, y si vamos al Código Civil, el embrión humano recibe el nombre de persona por nacer y está sujeto desde la concepción a la patria potestad”.

Ivana Bianchi recordó que existen en el país 15.000 embriones congelados “con destino incierto”. Algunos serán transferidos al útero de las mujeres sometidas al tratamiento de fertilización asistida, dijo, “pero no todos y la duda que se me genera a pesar de que exista un fallo de la cámara civil de la caba del año 1999 sobre la prohibición de que sean destruidos o se usen para experimentos, sosteniendo que los embriones tienen estatus de personas y solo pueden ser transferidos a la pareja que aportó los gametos”.

Se preguntó entonces qué pasa con los embriones de parejas separadas o fallecidas, advirtiendo que “no quisiera que pase en nuestro país como lo que publicó la BBC de Londres”, que señaló que existen en Estados Unidos alrededor de medio millón de embriones congelados donde los expertos reconocen que no saben qué hacer con ellos ante la alta tasa de abandono”.

Tras hacer referencia a otros temores que pidió atender, expresó su preocupación porque “no está solamente limitada esta ley a asistir a las personas que padecen infertilidad o esterilidad, sino que queda abierto el acceso a los tratamientos en forma gratuita por aquellos que no padecen esta patología”.

“Celebro profundamente que, al incluir la fertilización asistida en el Programa Médico Obligatorio, sean muchos más quienes puedan acceder a estos tratamientos. La ley sería sin dudas más perfecta y beneficiosa para el acceso a la salud de la población, si estableciera regulaciones sobre las prácticas que he mencionado”, destacó finalmente.