Existe una creciente inquietud en la población ante la actual inseguridad, que no es otra cosa que el crimen desbordado e impune, que padecemos los argentinos desde hace más de tres décadas.

El auge del crimen tiene causas de diferente origen, y están vinculadas al sistema político, económico, social y cultural, el que lo fue multiplicando, y al mismo tiempo fabricando los justificativos para la actividad de los delincuentes.

1.-) La pobreza y la indigencia estructural de crecientes franjas de la población, consecuencia de actual política economía nacional que ha destruido el aparato de producción argentino. Arranca en 1976 con el gobierno militar y se ha agudizado durante los gobiernos democráticos de manera alarmante, confinando a la marginalidad y precariedad económica a millones de Argentinos y destruido la cultura del trabajo a más de dos generaciones. Fue redoblada durante el gobierno actual, al creer que combatir la pobreza es distribuyendo subsidios. 2.-) La gran difusión de la droga, tanto por su consumo o por las operaciones comerciales que se realizan con ella, lo que ha potenciado el auge del delito, aumentando su crueldad y la desinhibición de los delincuentes. 3.-) El fenómeno de la destrucción de la cultura, que sumerge a la población en una verdadero sumidero, donde los vicios suelen ser teñidos como virtudes, enalteciendo la trasgresión de la ley la moral. 4.) El consumismo desenfrenado, mediante la difusión por los medios de comunicación social, mostrando una serie de placeres y disfrutes en la cara de marginados económicos y excluidos culturales, que sin valores de ningún tipo buscan obtener esos placeres, sea robando o matando si es necesario. 5.-) El pensamiento políticamente correcto o progresista, y otras teorías que se desprenden de una forma de ver la realidad, establecida como el discurso oficial, difundido desde los multimedios oficialistas, destinado especialmente a las capas medias de la sociedad de donde sale la clase dirigente. También el neo marxismo de Frankfurt, que aspira a la demolición de los valores religiosos, patrióticos y familiares. 6.-) La abolición del principio de autoridad, sosteniendo que ésta es mala en sí misma porque reprime al hombre. Somete a la crítica toda institución basada en la autoridad, tildando a la Iglesia de oscurantista, a la familia de castradora, a las FFAA de genocidas y a la Policía de corrupta y represora. 7.-) La ideología de los Derechos Humanos, difundida en forma de lavado de cerebros desde hace 30 años, con la cual en el imaginario colectivo los DDHH es la garantía a cualquier trasgresión. Consideran que reprimir y encarcelar a los delincuentes es hacer lo que hacen los tiranos a pesar que se lo haga con la Ley en la mano. Esta ideología afirma que “los derechos humanos se ejercen contra el Poder”, con lo cual el delincuente termina siendo la víctima y ésta termina siendo ignorada cuando no criminalizada por tener cosas que el delincuente anhela tener. 9.-) El abolicionismo penal conocido como “garantismo”, ya cultivado en las facultades de derecho del país, formando camadas de abogados, muchos de los cuales son hoy los conocidos jueces que dejan en libertad a delincuentes y violadores. Los restantes magistrados tienen las manos atadas para reprimir condignamente el delito, pues el abolicionismo ya ha construido una maraña de leyes destinadas a dejar impune a la delincuencia con excusas de diversa índole.10.) La actual estructura militante, que nace como correlato de todo lo anterior, y que esta montada alrededor del tema de los derechos humanos, que en la década del 70´ formara parte del aparato de superficie del marxismo guerrillero y hoy se han convertido en terminales de grupos juveniles cuyos objetivos reales son francamente muy nebulosos. Esta estructura, inserta en el poder tiene mucha injerencia en las políticas de seguridad, con los resultados a la vista. Resumiendo: el mismo Modelo pone las causas económico- sociales y culturales del delito y tiene un aparato de justificación y promisión de la impunidad de los delincuentes.

Los hechos criminosos cotidianos demuestran, que la inseguridad es una de las consecuencias más trágicas de este gobierno, por lo cual se puede advertir que quienes prohíjan todas estas teorías tanto económicas como culturales y jurídicas, es prácticamente imposible que ellos mismos, puedan solucionarlas o al menos emprolijarlas. El cambio substancial debe nacer del convencimiento de los mismos ciudadanos, por ello trascribí cosas que he leído, que he oído, que he visto y que pienso; por ello no todo es mío, pero nada es ajeno a lo que ocurre en mi Patria, y con ello trato al menos señalar las raíces de la inseguridad, y que pronto se arranquen de cuajo estas malas hierbas del país.

Aníbal Hardy
hardyani@arnet.com.ar