La nota publicada en la última edición de Semanario Parlamentario sobre los aplausos recibidos por los diputados nacionales en el recinto a lo largo del último año, generó un gran debate en las redes sociales, motorizado por una activa participante en Twitter, la diputada macrista Laura Alonso, quien cuestionó con acierto que la medición de los aplausos represente un ejemplo de calidad. “Hay un ‘Índice de Calidad Legislativa’ que mide los aplausos q recibimos los diputados. La calidad no se mide por los aplausos, muchachos”, dijo la diputada, que se quejó en otro tuit porque “a las galerías solo entran los aplaudidores de La Cámpora así q es metodológicamente incorrecto el ‘aplausómetro’ de Diputados. Qué truchada”.

Aclaremos que se trató nomás de un informe cuantitativo y no cualitativo, pues no necesariamente la calidad de los discursos se mide por los aplausos, pero vale como dato. Y respecto de los aplaudidores, es verdad que el oficialismo suele abrir los palcos especialmente para sus militantes, pero también se debe tener en cuenta que entre los diez más aplaudidos figuran siete opositores.