Por Carolina Ramos

De perfil bajo pero con extensa trayectoria política, el diputado nacional Pablo Kosiner asumió a principios de junio la vicepresidencia del bloque del Frente para la Victoria y se convirtió así en hombre de confianza del kirchnerismo.

En una charla con Semanario Parlamentario, el salteño opinó que las últimas movilizaciones contra el Gobierno nacional no incidirán en el voto. Por otra parte, buscó bajarle el tono al tema de la re-reelección al aseverar que “las bases de este proyecto nacional y popular son tan fuertes que el gran mandato va más allá de la persona que pueda llegar a sucederla”.

Además, quien fuera ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la provincia de Salta aseguró que el oficialismo insistirá con la reforma del Poder Judicial: “No sé cuándo, pero sé que en algún momento la estructura judicial debe cambiar en la Argentina”, analizó.

– ¿Qué significa profundizar “la década ganada”?

– Fundamentalmente, creo que significa mantener el modelo nacional y popular que arrancó con Néstor Kirchner y continuó con Cristina, un modelo que viene generando más inclusión permanentemente, que nunca se quedó sobre los logros obtenidos, sino que buscó siempre ir profundizando la inclusión. Esto significó recuperar el rol activo del Estado como regulador del crecimiento. A partir de allí se avanzó en la reconstrucción de las bases productivas del país, la recuperación del sistema previsional… siempre se ha ido avanzando, no quedándonos en una actitud conservadora, sino generando más crecimiento, entonces cuando uno habla de defender el modelo es pararse sobre los logros obtenidos y buscar mayores niveles de crecimiento, que cada vez más sectores de nuestro país vinculados al trabajo, al aparato productivo, vayan teniendo oportunidades de estar cada vez mejor. Eso es lo que se llama la década ganada.

– ¿Cuánto cree que influirán, a la hora de votar, las últimas grandes manifestaciones contra el Gobierno?

– Me parece que el tema de las manifestaciones es una muestra de que la Argentina vive hoy un clima muy claro de libertad de expresión, sin ningún tipo de amenaza. En otro momento del país, manifestaciones como las que hubo podrían haber terminado en cualquier cosa, y hoy hay un clima de libertad y respeto. Yo creo que al momento de elegir, la gente delega una responsabilidad. En 2009 la oposición tuvo la responsabilidad parlamentaria y fracasó. A pesar de haber tenido la mayoría en la Cámara de Diputados, no asumieron esta responsabilidad, porque las divisiones primaron por sobre los objetivos. Hoy el único sector político que da garantías de transformación está gobernando el país. Por algo el Frente para la Victoria es la única fuerza política que en los últimos diez años se ha mantenido en el poder.

– ¿Entonces cree que quien participó de las manifestaciones no se siente representado en la oposición?

– Yo creo que hoy la oposición está muy atomizada, y a mi no me cabe duda de que la síntesis de las elecciones del 11 de agosto en todo el país va a ser el triunfo del Frente para la Victoria.

– ¿Coincide con la idea de que la principal oposición de este Gobierno no es la oposición política, sino las corporaciones mediáticas y judiciales?

– Yo creo que las corporaciones representan sectores de intereses. Aquí las expresiones corporativas, los pensamientos de algunos medios, reflejan la falta de expresión y de posiciones políticas de muchos sectores de la oposición, y uno lo ve en el Parlamento: en su agenda van atrás de lo que determinados medios van instalando, entonces los temas que se van planteando a partir de algunos medios son los que toman ellos para discutir políticamente, bajando también los discursos que los medios bajan. Creo que por un lado hay una expresión política, social, un modelo de país que plantea la presidenta, y por otro lado grupos de poder que de acuerdo con los temas van mostrando posiciones. Pero uno también tiene en claro que cuando en cualquier lugar del mundo se plantea un proceso de transformación, se tocan determinados intereses.

– Con el ascenso de César Milani y el acuerdo con Chevron, la oposición consideró que el Gobierno renunció a las banderas de los Derechos Humanos y de la soberanía energética, ¿qué opina?

– Con respecto al caso de Milani como nuevo jefe del Ejército, la presidenta ha bajado claramente una línea de que se deben agotar todas las instancias para que a nadie le queden dudas de la situación. Este tema puntual no puede derribar desde ningún punto de vista diez años de trabajo destacado a nivel mundial de la Argentina en materia de Derechos Humanos. Está claro que es un argumento muy liviano por parte de la oposición. La política de Derechos Humanos de la gestión de Néstor y Cristina ha sido nada menos que dejar sin efecto las leyes de Obediencia Debida y Punto Final; llevar adelante una cantidad importantísima de juicios por la verdad, sobre responsables de la dictadura que han terminado muertos en la cárcel cumpliendo la pena establecida por la Justicia, y otros que lo harán a partir de los juicios que se están desarrollando; la gran cantidad de nietos recuperados, familias que han vuelto a encontrar su identidad… pensar que todo el trabajo en Derechos Humanos se deja de lado por este tema puntual es un argumento muy liviano por parte de la oposición. Están buscando empañar estos logros en materia de Derechos Humanos. Y el tema del acuerdo con Chevron, lo que ha caído es el argumento de la oposición de que la Argentina estaba aislada del mundo, que nadie iba a venir a invertir. Si uno repasa las declaraciones en el Congreso al momento de la aprobación de la ley de nacionalización de YPF, donde decían que nadie iba a venir a invertir, que hoy una de las máximas empresas que desarrolla este tipo de exploración y de explotación se asocie con YPF demuestra todo lo contrario. La oposición ha demostrado que todos los argumentos fijados para no apoyar en su momento la nacionalización de YPF se cayeron.

– Cuando hay una líder tan fuerte como Cristina, y ella dice que “no es eterna”, ¿se complica la continuidad de este modelo?

– No, no se complica porque las bases de este proyecto nacional y popular son tan fuertes que el gran mandato va más allá de la persona que pueda llegar a sucederla: lo importante pasa a ser este proyecto, y no la persona. Las bases del proyecto político que está llevando adelante Cristina Fernández de Kirchner son tan sólidas que lo importante va a ser no solamente continuarlo, sino profundizarlo. Lo que hay que bajar un poco son los decibeles de la expectativa. En su momento, y de acuerdo con las circunstancias, se discutirá quién la debería suceder, pero hasta 2015 falta mucho tiempo y nuestra obligación es seguir llevando adelante este proyecto.