Los cambios a “mitad del río” nunca resultan oportunos y muchos menos agradables para quienes se ven, por decirlo de alguna manera, perjudicados. El caso que nos ocupa parecería tener, en el actual contexto, un claro beneficiario y, por contraste, perjudicados, al menos, en el plano de la formalidad.

La conformación del Frente Renovador en el Senado de la provincia de Buenos Aires, no solamente dejó sin quórum propio al oficialista Frente para la Victoria, que alberga ahora 23 miembros. También produjo otros desequilibrios lógicos.

Es cosa señalada en la Cámara alta que la primera minoría, en este caso la bancada del FpV, ocupe la vicepresidencia I del Cuerpo y, además, la presidencia, con mayoría, de tres comisiones que se consideran “claves”. A saber: Asuntos Constitucionales y Acuerdo, Legislación General y Presupuesto e Impuestos.

La situación del actual Senado dista mucho de esta situación óptima, a priori, que los tiempos inmemoriales indican; y no sólo por la irrupción del FR, sino por otras particularidades que la nueva conducción oficialista ha hecho “oídos sordos”; una táctica que muchos estiman que se extenderá hasta el próximo 10 de diciembre, cuando se produzca la renovación parcial del Cuerpo.

Primera partida

La cosa empezó bastante bien. Con la llegada de Gabriel Mariotto a la titularidad del Cuerpo, la norma no escrita de la Cámara alta se cumplió con creces. “La nueva forma de hacer política” como se decía respetaba con la máxima de las tres presidencias, con mayoría y con la vice; pero había una particularidad, que algo se discutió, pero quedó como una característica de la lógica interna del oficialismo.

Sucedía, y aún sucede, que el actual secretario de Seguridad Nacional y senador provincial, en uso de licencia, Sergio Berni, ocupó dos de los cargos “claves”, fue designado vicepresidente I y presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Acuerdos, un hecho inédito en la historia inmediata del Senado bonaerense.

Mucho más inédito resultó el desenlace que experimentó la historia. Sergio Berni fue designado como funcionario nacional y no renunció a la banca, ni a los cargos; por lo cual el vicepresidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Acuerdos, el senador del FpV Santiago Carreras asumió la presidencia, y la vicepresidencia I del Cuerpo la pasó a ocupar el vicepresidente II, el ahora senador del FR Roberto Costa.

La actual realidad, no del todo “blanqueada” es que el FR no solamente está formalmente a cargo de la vicepresidencia I, sino que además ocupa la tercera vicepresidencia de la Cámara alta. El senador Aníbal Asseff, del distrito Moreno y referente significativo del triunfo en las PASO del FR, es quien ocupa ese espacio.

Formalmente Asseff no abandonó el bloque de Unión Pro Peronista de la Cámara alta y esto constituye un detalle que cuida las formas. Pero de todas maneras, cabe resaltar que el FpV no ocupa ninguna de las vicepresidencias del Senado bonaerense.

El gran corrimiento

Como señalamos al principio, la irrupción formal del bloque del Frente Renovador fue el hecho que dejó en evidencia el endeble “control político”, por lo menos desde el plano formal, que ejerce el bloque del FpV y por extensión su titular el vicegobernador Gabriel Mariotto.

La situación de las vicepresidencias fue preexistente a la formalización de la bancada del FR que comanda el senador Jorge D’Onofrio, pero el equilibrio inestable que existía en las comisiones “claves” se vio fuertemente alteradas. En dos de ellas la situación es crítica, en la otra, se puede manejar, aunque allí aparece el problema del frente interno en el FpV.

En la Comisión de Asuntos Constitucionales y Acuerdos, es donde se conceden los acuerdos para la designación de funcionarios en el Poder Judicial, entre otros temas de importancia. La presidencia sigue estando en poder del oficialismo, pero se encuentran en minoría en la comisión. La presidencia es de suma importancia para cualquier sector político, porque es la que fija el temario de la comisión y resuelve las convocatorias.

Pero la actual integración de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Acuerdos presenta una conformación sensiblemente desfavorable para el FpV, con sólo seis senadores de un total de 15. Todos señalan que el FR, sin grandes esfuerzos suma al senador de UPP Alfredo Meckievi, y de esta forma estaría controlando la comisión a sus anchas con la mayoría de siete senadores; aunque claro que también forman parte de la misma dos presidentes de bancadas, el de la UCR y del FAP-GEN, Carlos Fernández y Ricardo Vázquez, respectivamente.

La situación se invierte en Legislación General. Aquí el FpV aparece con un senador más que el FR, pero el Frente Renovador tiene la presidencia en manos de la senadora Diana Larraburu. Hay cuatro legisladores más que forman parte de la oposición. El FpV no podría estar peor aquí, teniendo en cuenta que se trata de la primera minoría.

En la Comisión de Presupuesto la situación no es tan drástica. La partida de la senadora del FpV Nora De Lucia, es la actual titular de la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense, obligó al senador del FpV Patricio García a asumir la presidencia, los números se corresponden con la integración del Cuerpo, más allá de los cambios. Pero dentro de la tropa oficialista García debe contener dos senadores que nunca, hasta aquí, se integraron plenamente al bloque: Ricardo Bozzani y Osvaldo Goicoechea, aunque forman parte del mismo.

Las presiones

Nadie lo expresa al unísono pero todos los comentan por lo bajo y, obviamente, hay una gama de posiciones que constituyen extremos.

Dentro del FpV están aquellos senadores que desde el primer día están haciendo fuerza para que ésta situación sea revertida rápidamente, e inclusive están aquellos que hasta extienden los cambios a otras comisiones que preside el FR, por caso la de Seguridad que comanda D’Onofrio. Están también los que consideran que haciendo algunos cambios en Asuntos Constitucionales y Acuerdos y reemplazando la presidencia de la comisión de Legislación General la cosa estaría solucionada.

“Todo los dirigentes del FpV nos tratan bien, nadie quiere pelearse con nosotros” sostuvo un dirigente massista que cree que no va a cambiar nada hasta el próximo 10 de diciembre, cuando se constituya el nuevo Senado.

Estas declaraciones no hacen otra cosa que aumentar la desconfianza dentro del FpV, muchos senadores creen que los cambios deben ser naturales, que ni siquiera es necesario una discusión; “somos la primera minoría en el recinto y no se corresponde con la integración de las comisiones importantes, lo que indica el manual es, de mínima, que en la integración de las comisiones se respete, proporcionalmente, la integración de la Cámara, acá esto no sucede” dijo un integrante de la bancada del FpV.

Pero si hacemos una mirada más profunda, la inacción no sería por falta de coraje político de los máximos conductores del Senado, particularmente Mariotto; sino que sería la escasez de certezas la que lo inmoviliza.

La observación corrió por cuenta de un avezado colaborador del bloque peronista del Senado: “sí Mariotto tensa la cuerda por ahí se va algún otro”. No sería este tiempo pre electoral el mejor momento para actualizar este asunto.