Por Ivana Bianchi
La Argentina tiene hoy, 28 de agosto de 2013, una de sus últimas oportunidades de poder jugar en las “grandes ligas” del concierto de las naciones. Tal vez haya que esperar varios años a que tengamos de nuevo una oportunidad semejante.
Cuando hablamos de “grandes ligas” a nivel internacional no hay ninguna que sea tan importante como el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (único órgano cuyas decisiones son de carácter obligatorio) que nuestro país preside durante éste mes de agosto, al que le quedan los días contados. La presidencia es rotativa entre sus miembros mensualmente.
Presidir el Consejo de Seguridad no es por si misma una oportunidad para que un país ubicado casi en el fin del mundo, muy lejos de los centros de poder, y que no representa ni el 1% del PBI, el comercio o la población del mundo, tenga protagonismo. Pero presidirlo en el momento en que podría estallar uno de los conflictos más graves de nuestro tiempo, es otro cantar.
Pero lo que importa no es el protagonismo, sino la posibilidad real que tiene hoy Argentina, de convocar una nueva reunión urgente del Consejo de Seguridad que logre un consenso para encarar la crisis en Siria: que aclare si es verdad que el régimen que gobierna esa nación utilizó armas químicas, y que al mismo tiempo aquiete las maquinaciones de aquellas potencias imperialistas que quisieran usar como excusa ese posible hecho para atacar Siria, como atacaron Irak en el pasado en busca que armas nucleares, que a más de una década, nunca aparecieron.
Hoy el Consejo de Seguridad está reunido, presidido por el Ministro de Defensa y ex jefe de la bancada oficialista, Agustín Rossi, para evaluar los diez años de la Misión Haití. Es un tema importante, sin dudas.
Pero está este tema que es urgente, que para millones de personas es de vida o muerte. Y que incluso podría ser de vida o muerte para gran parte de la humanidad, ya que Oriente Medio es un polvorín de armas nucleares, que tiene Israel, y si intervienen las potencias occidentales (Estados Unidos, y el Reino Unido, antiguo colonizador de la zona, no olvidemos) es segura la intervención de otras potencias nucleares como Rusia y China.
Ningún esfuerzo, ninguna palabra, gestión, declaración, o incluso pedido desesperado de auxilio, está de más a la hora de salvaguardar el bien más preciado del concierto de naciones como es la paz, sin la cual no hay comercio, inversiones, seguridad interna… e incluso vida.
Dentro de tres días Argentina ya no ocupará la presidencia de éste organismo y será tarde: tarde porque otro país ocupará la presidencia y tomará esa iniciativa, o tarde porque el conflicto ya haya estallado.
Es hora de actuar, y de demostrar como en el pasado la firme vocación de paz de la Argentina. Gran parte de nuestro pueblo tiene ascendencia de esa nación que hoy pasa tiempos difíciles.
Espero que no dejemos pasar ésta oportunidad, ¡el mundo nos está mirando!