A pesar de los intentos repetidos del Pro de evitar conflictos con las líneas subterráneas, todo lo que rodea a ese medio de transporte le termina generando dolor de cabeza. Además del mes eleccionario, agosto fue un karma para el partido de Mauricio Macri. En el medio, los pasajeros como rehenes. La visión de los legisladores.
Por Gonzalo Palese
Los nuevas estaciones de subte inauguradas, que tardaron más tiempo en habilitarse que en aprovecharse, un recorrido de viaje limitado durante semanas, paros sorpresivos, demoras en el servicio, fallas y reducciones de servicio, un descarrilamiento, un perro con ganas de pasear por las vías que obstaculizó el normal traslado, fueron el resultado de un mes fastidioso para todos los actores relacionados con el subterráneo de Buenos Aires: Gobierno de la Ciudad, trabajadores y especialmente, los pasajeros.
En esta ocasión, el eje de los conflictos entre la gestión Pro y la dirigencia gremial de los trabajadores del subte tuvo lugar en la línea B, pero no fue la única línea, ya que en los otros recorridos también hubo enfrentamientos, que parecen nunca acabar. Pero ¿Por qué? ¿Son palos en la rueda?, como sostiene el Gobierno de Mauricio Macri. ¿Son reclamos laborales?, como aseguran desde el gremio. ¿O simplemente fue una sucesión de hechos desafortunados los que convirtieron a agosto en un mes fatídico para viajar en subte?
Mientras la campaña electoral empezaba a tomar color, la gestión porteña se arrancaba los pelos imaginando como inaugurar las estaciones Echeverría y Juan Manuel de Rosas, sin tener que chocar contra la negativa de los metrodelegados y desatar un conflicto político, social y mediático que lo muestre “débil” frente a los comicios del 11 de agosto. No lo logró.
Si bien fueron formalmente presentadas, no pudieron operar hasta recién pasadas las PASO producto de las idas y vueltas entre gremialistas y funcionarios del Gobierno de la Ciudad. Mientras el Estado porteño, por intermedio de Subterráneos de Buenos Aires (Sbase), afirmaba que las condiciones estaban dadas para trabajar en las nuevas paradas de la línea en cuestión, los trabajadores sostenían dos argumentos que imposibilitaban el normal y completo desarrollo de ese medio de transporte: inseguridad laboral y problemas con respecto a la carga horaria.
A partir de allí comenzaron los inconvenientes que tornaron al mes de agosto en un mes caótico para quienes son usuarios de esa línea de subterráneos.
Desde el arco político de la oposición, hubo quienes se pusieron de lado de los trabajadores, otros hicieron foco en los usuarios y responsabilizaron a los trabajadores. Se habló incluso de un sabotaje por parte de los empleados de los subterráneos y de que estos últimos entorpecían el normal funcionamiento para “hacer política”.
La diputada nacional del Pro Laura Alonso fue un poco más allá y, a través de twitter, fustigó contra los empleados ferroviarios a quienes acusó de no trabajar. “Señores metrodelegados los usuarios del subte B los detestamos, laburen por favor”, disparó Alonso.
Todas las voces
Para conocer la visión y la lectura sobre lo ocurrido y para que expongan un panorama sobre el futuro funcionamiento de los Subterráneos Semanario Parlamentario se comunicó con algunos legisladores porteños.
Para el legislador del bloque Sindical Peronista y presidente de la Comisión de Tránsito y Transporte, Claudio Palmeyro, el problema reside en que el Pro no escucha ni dialoga con los trabajadores.
“El apuro por querer inaugurar nuevas estaciones hizo que no se tomara en cuenta una serie de temas que se tendrían que haber discutido y dejarlos en claro antes de que comience a funcionar esta línea en su totalidad, porque indudablemente se está afectando lo que tiene que ver con la carga de trabajo de los metrodelegados”, argumentó Palmeyro.
El diputado, uno de los aliados del kirchnerismo en la Ciudad, desestima la posibilidad de que exista un conflicto político e insiste en que el problema persiste producto de una falta de atención del Pro hacia los empleados. “No le veo la parte política, lo que veo es que hay un problema que hay que resolverlo y para eso hay que hacerlo con tiempo, sentarse con la parte involucrada y tratar de encontrar la solución”, sostuvo.
Por su parte, el legislador de la Coalición Cívica y único vocal de ese partido en la Comisión de Transporte, Maximiliano Ferraro, consideró que “no se puede caer en una disputa entre Gobierno de la Ciudad y metrodelegados generando blancos o negros entre unos y otros”, y luego reconoció que “lo que tenemos que entender cada uno desde nuestra responsabilidad, es decir, el Gobierno de la Ciudad a través de Sbase; nosotros los legisladores, y los metrodelegados, es mejorar el servicio para que cada vez viajemos de mejor manera”.
En tanto, desde el Pro no dudaron en arremeter contra los metrodelegados, destacando, incluso, la gestión en materia de tránsito y transporte. “Los trabajadores de los subterráneos tendrían que ocuparse por tener un mejor servicio y acompañar este gran esfuerzo que está haciendo el Gobierno de la Ciudad, que sin subsidios se hizo cargo de un servicio, que quiere extenderlo, que quiere mejorarlo y que quiere hacerlo más cómodo para la gente”, analizó el vicepresidente 1° de la Legislatura, Cristian Ritondo.
Fiel a su habilidad a la hora de declarar, se permitió aludir de manera indirecta a los empleados de Metrovías y sentenció: “A veces veo que algunos especulan más políticamente que en derechos a la seguridad”. Más adelante, Ritondo aseguró que “siempre lo que pidan los trabajadores va a ser atendido, pero no en el marco de algo que termine perjudicando a la gente”.
Ante la consulta de Parlamentario acerca de si existe un conflicto político detrás de los reclamos, el diputado del Pro respondió sin mediar: “Sin duda, hay que ver a donde va Dellacarbonara, no? Hay que recordar que es candidato por una fuerza que compite en la Ciudad”.
Otra de las voces del partido de color amarillo que se sumó a la ola de declaraciones fue el diputado Oscar Moscariello quien consideró que la problemática del subte puede entenderse en el marco de una disputa política que tiene asidero, porque se está en un año electoral.
Para el legislador, durante los tiempos de campaña “ciertos temas que se llevan a extremos y suceden estas cosas que son lamentables”.
También, adhirió a la postura de Ritondo y de Alonso y sostuvo que el problema de fondo es de origen político. “Cuando un servicio público es tomado como un medio para hacer política creo que en ese sentido los perjudicados son los usuarios”, afirmó Moscariello.
Pasado y presente
Si bien el Gobierno porteño se hizo cargo del subte hace un año, son varias las promesas que se anunciaron e innumerables los reclamos que se le hacen, ya sea desde el sector gremial, desde las fuerzas opositoras o desde los usuarios.
Para Claudio Palmeyro, el Gobierno de Mauricio Macri “no ha modificado absolutamente nada desde un año hasta esta parte, seguimos hablando de lo mismo que estábamos hablando hace un año atrás”.
Casi en la misma línea opinó el diputado Ferraro, aclarando que la extensión del subte es algo que toda la oposición debe apoyar, pero también debe cuestionar cuando la misma se hace en momentos de campaña. “Parece que nos acordamos de inaugurar hospitales y extensiones de subte sólo en tiempos electorales”, criticó.
En cuanto a la consulta acerca de cuál es su lectura con respecto al trabajo del Ejecutivo en materia de subterráneos, no duda en calificar a la gestión macrista de insuficiente. “La evaluación en materia de extensión por kilómetro de subte de lo que prometió el jefe de Gobierno desde su primer mandato a la fecha, podríamos decir que es de un nivel irregular e insuficiente”, sostuvo Ferraro.
Además, el diputado de la Coalición Cívica abre una nueva arista dentro del conflicto del subte: la auditoría prometida por Mauricio Macri y que hasta ahora no se realizó. “Estamos preocupados por la manera en la que se está llevando adelante la administración del subte, y estamos expectantes por el informe de Auditoría para ver de qué nos hicimos cargo y si realmente Metrovías debe seguir siendo la empresa que opere el servicio de subterráneos de la Ciudad de Buenos Aires”, sentenció.
Por el lado del Pro, Ritondo asegura que la gestión de su jefe político es “muy buena” y debe ser destacada porque, a juzgar del legislador, se tomó al subte sin subsidios y “con el único objetivo de mejorarlo”.
Lo que viene
Para estos días, la gestión que encabeza Mauricio Macri planea inaugurar dos estaciones más en el recorrido de la línea A de subterráneos y ante el temor de que ocurra un escenario similar al que aconteció antes de las PASO, los legisladores exponen su visión sobre lo que pueda ocurrir.
En referencia a este acontecimiento y a la posibilidad de que al Pro se le complique la inauguración de las estaciones San José de Flores y San Pedrito, Ritondo expresó: “Esperamos que se trabaje como lo hace el Gobierno de la Ciudad, que gane la voluntad y que haya diálogo para que entendamos que todos queremos que funcione mejor el subte”.
Sin embargo, el presidente de la Comisión de Tránsito Claudio Palmeyro estimó que “si no se toman el trabajo de hablar con los trabajadores y de garantizar la seguridad es muy posible que nos encontremos con la misma situación”.